Pilares de la Educación: Desarrollo Integral, Convivencia y Derechos Humanos

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Aprender a Ser: El Desarrollo Integral del Individuo

La educación debe contribuir al desarrollo total de cada individuo, es decir, espíritu y cuerpo, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad personal, espiritualidad. Todo ser humano tiene que estar en condiciones para ejercer un pensamiento autónomo y crítico y de forjar su criterio propio, para determinar él mismo lo que considera que tiene que hacer en las diversas circunstancias de la vida. Entonces, el problema ya no será tanto preparar a los niños para una sociedad determinada, sino dotarlos de forma constante de las fuerzas y las referencias intelectuales que les permitan comprender el mundo que los rodea y comportarse como actores responsables y justos. Más que nunca, la educación parece tener el papel esencial de conferir a todos los humanos la libertad de pensamiento, de criterio, de sentimiento y de imaginación que necesitan para desarrollar sus talentos y controlar, tanto como puedan, su destino. La diversidad de las personalidades, la autonomía y el espíritu de iniciativa, incluso el gusto por la innovación, son garantías de creatividad y de innovación. En un mundo extraordinariamente cambiante, que tiene en la innovación social y económica uno de los motores principales, se tendría que dar importancia a la imaginación y a la creatividad. Por lo tanto, conviene dar a los niños y a los jóvenes todas las ocasiones posibles de descubrimiento y experimentación (estética, artística, deportiva, científica, cultural y social). En la escuela, el arte y la poesía tendrían que recuperar un lugar más importante.

Aprender a Vivir Juntos: La Convivencia y los Retos de la Educación

Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los otros (convivir), es uno de los principales retos de la educación en la actualidad. El mundo de ahora es demasiado a menudo un mundo de violencia que contradice la esperanza que se había puesto en el progreso de la humanidad. La historia humana siempre fue conflictiva. Hasta ahora, la educación no ha podido hacer gran cosa para modificar esta situación de hecho. La idea de enseñar la no-violencia en la escuela es muy loable, aunque sea solo un instrumento suplementario para luchar contra los prejuicios que traen los conflictos. La tarea es muy ardua porque, muy naturalmente, los seres humanos tienden a sobrevalorar sus cualidades y las de su grupo de pertenencia, y a nutrir prejuicios desfavorables hacia los otros. Además, actualmente, la actividad económica en el interior de las naciones, y en el ámbito internacional, tiende a dar prioridad al espíritu de competición y al éxito individual. Es lamentable que la educación contribuya a veces a mantener este clima.

Derechos Humanos y Educación Moral

¿Qué son los Derechos Humanos?

Declaración que se aprobó en 1948, a raíz de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, que privaron por motivos raciales y religiosos que ciertas personas (sobre todo, judíos, negros y gitanos) disfrutaran de los derechos humanos más elementales. Define unas normas y una ética universales. Se fundamentan en el principio del respeto incondicional a la persona, en su dignidad y su valía. Toda persona, por el simple hecho de serlo, posee unos derechos que deben ser reconocidos y respetados por los poderes públicos. El valor supremo de la persona es, como consecuencia, la libertad. Esta capacidad de elegir hace que cada ser humano sea único, especial, irrepetible y, al mismo tiempo, digno y merecedor de respeto. Los derechos humanos tienen un lugar importante en la educación de los ciudadanos. La naturaleza del ser humano se entiende como su capacidad de razonar. Inicialmente, la Declaración fue concebida como una exposición de objetivos que los gobiernos debían alcanzar y, en consecuencia, no formó parte del derecho internacional obligatorio. Sin embargo, el hecho de que tantos estados hayan aceptado, le ha dado un considerable peso moral. Esta Declaración menciona varios derechos que poseen todas las personas de todo el mundo: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. La Declaración parte del presupuesto de que las personas tenemos una serie de derechos sólo por el hecho de nacer, independientemente de nuestra posición económica, la religión, el sexo, la orientación sexual, el color de la piel o la nacionalidad. Tiene como trasfondo la concepción del individuo como ser singular y único, que debe ser respetado.

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