El Perspectivismo de Ortega y Gasset: Fundamentos de la Teoría del Conocimiento

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 5,02 KB

El Perspectivismo: Núcleo de la Teoría del Conocimiento de Ortega

El perspectivismo, la doctrina del punto de vista, constituye el núcleo de la teoría del conocimiento de Ortega y es uno de los temas centrales de su filosofía. Reducido a lo esencial, significa que todo conocimiento es una mirada parcial, incompleta, subjetiva, limitada, circunscrita a una época; pero que, al mismo tiempo, tiene todo el valor de ser una mirada única, personal, necesaria e insustituible sobre el mundo. La unión, la complementariedad de las perspectivas, es lo que importa: la verdad es tarea común. El perspectivismo no la niega, no pretende suplantar ni inventar la realidad (que, por otra parte, no es del todo independiente del sujeto que conoce), sino alejarse de toda postura abstracta y de todo utopismo, para personalizar el conocimiento y que de veras sea real, efectivo y útil a la vida.

Formulación del Perspectivismo en la Obra de Ortega

En dos escritos de Ortega se formula con toda claridad esta teoría del punto de vista:

1. "Verdad y Perspectiva" (1916)

El primero es un breve ensayo que abre el tomo primero de El espectador. Se trata del escrito que lleva por título Verdad y perspectiva, publicado en 1916. En él, Ortega expone que la teoría del conocimiento ha oscilado históricamente entre el escepticismo (que niega su posibilidad) y el racionalismo dogmático (que la afirma de manera ingenua). Ambos, sin embargo, parten de una creencia errónea: que el punto de vista individual es falso y rechazable.

El escepticismo argumenta que, al no existir más que un punto de vista individual, no hay verdad. A esto, el racionalismo contesta que, como la verdad existe, solo es válido un punto de vista supraindividual y ahistórico, es decir, la visión de las cosas bajo la óptica de la eternidad.

Ortega, por su parte, afirma taxativamente que el punto de vista individual le parece "el único desde el cual puede mirarse el mundo en su verdad". Cualquier otra aproximación es un vano artificio, una ilusión. La realidad, la verdad, precisamente por serlo, es trascendente; está "fuera de nuestras mentes individuales", pero llega a nosotros multiplicándose en infinitos haces. El universo, la vida, se quiebra en facetas innumerables, revelándose cada una de ellas a un individuo determinado. Si este es fiel a su propio punto de vista, nos ofrecerá verdades y nos aportará un pensamiento auténtico y valioso.

2. "El Tema de Nuestro Tiempo" (1923)

El segundo texto, al que pertenece el fragmento que comentamos, es posterior y forma parte de la obra El tema de nuestro tiempo, de 1923.

Profundización en "El Tema de Nuestro Tiempo"

En este segundo ensayo, el filósofo español se reafirma en sus ideas y las ahonda, precisando, en primer lugar, que el sujeto del conocimiento no puede ser un yo puro, "idéntico e invariable", un mero medio o receptáculo transparente de las cosas. Pero tampoco deforma la realidad al conocerla o al recibirla. Lo que hace es seleccionarla; su función es intrínsecamente selectiva.

Aunque un paisaje sea el mismo e invariable en sí, solo se puede percibir desde una perspectiva individual. Si diferentes personas lo miran desde situaciones distintas, obviamente no pueden ver lo mismo, pero sus miradas se complementan. Ortega subraya que "todo conocimiento lo es desde un punto de vista determinado", cuya subjetividad individual no estorba a la verdad ni la impide, a diferencia de lo que creían las filosofías criticadas. Estas filosofías se equivocan al suponer que la realidad tiene por sí sola una fisonomía propia, sin tener en cuenta el punto de vista que nos la hace posible y accesible.

La realidad, al igual que un paisaje, "tiene infinitas perspectivas", y todas ellas son válidas y verídicas. Sin embargo, esta comprensión es propia de la razón vital, que ha venido a sustituir a la razón pura para dotarla de contexto, darle movilidad y "fuerza de transformación". Reducir el mundo a horizonte o perspectiva no le resta realidad. La verdad absoluta, en cambio, sería más bien algo propio de Dios: la síntesis o la suma de todas las perspectivas.

Entradas relacionadas: