Personajes Clave de la Eneida: Creúsa, Evandro y Sinón

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Creúsa: La Esposa Sacrificada en Troya

Creúsa es la esposa de Eneas durante la caída de Troya. Es presentada como un personaje que acepta el destino (fatum) dictado por los dioses para su marido, incluso si eso implica su propia muerte en Troya. Durante la huida de la ciudad en llamas, Eneas carga a su padre Anquises sobre los hombros, lleva a su hijo Ascanio (o Julo) de la mano, y Creúsa les sigue a cierta distancia.

Al llegar a un lugar seguro fuera de las murallas, Eneas se percata de la desaparición de Creúsa y, desesperado, regresa a buscarla entre las ruinas humeantes, arriesgando su propia vida. La búsqueda es en vano. El destino de Creúsa era perecer entre las llamas de Ilión para que el de Eneas pudiera cumplirse: viajar a Italia, conocer a Dido en Cartago y, finalmente, casarse con Lavinia, fundando así el linaje romano.

Finalmente, el espectro o sombra (umbra) de Creúsa se aparece a Eneas. Le revela que ha muerto y que los dioses no le permitieron abandonar Troya con vida. Como una aparición fantasmal, le consuela, le augura su glorioso futuro en Hesperia (Italia) y le insta a cesar la búsqueda y a partir en busca de la tierra destinada para fundar la futura Roma.

Evandro y Palante: Alianza y Venganza en Italia

Evandro, anciano rey de Palanteo (lugar de la futura Roma) en Italia, se convierte en un aliado crucial de Eneas en su guerra contra Turno, rey de los rútulos y principal antagonista en Italia. Siendo ya demasiado mayor para combatir, Evandro confía a su amado y joven hijo, Palante, para que luche junto a Eneas y aprenda de él el arte de la guerra.

La relevancia de Evandro y Palante en la trama es fundamental y trágica. Palante muere valientemente en combate a manos de Turno, quien le despoja de su tahalí como trofeo. Este acto marca un punto de inflexión. Al recibir el cuerpo sin vida de Palante, un Evandro desconsolado y sumido en el dolor exige a Eneas, como única consolación, vengar la muerte de su hijo acabando con Turno.

Este juramento de venganza se cumple en el clímax del poema: cuando Eneas tiene a Turno vencido, herido y suplicando clemencia, está a punto de perdonarle la vida. Sin embargo, al ver el tahalí de Palante en el hombro de Turno, el recuerdo del joven príncipe y la promesa hecha a Evandro encienden su furia (furor), impulsándole a dar el golpe mortal.

Sinón: El Engaño del Caballo de Troya

Sinón es un personaje griego fundamental en la caída de Troya, tal como la narra Eneas en el Libro II de la Eneida. Es el espía aqueo que, fingiendo ser un desertor, permanece en la costa troyana tras la aparente retirada de la flota griega. Su misión es convencer a los troyanos para que introduzcan el gigantesco Caballo de Madera dentro de sus inexpugnables murallas.

Al encontrar la playa desierta salvo por Sinón y el enorme caballo, los troyanos quedan desconcertados. Es entonces cuando Sinón, con gran habilidad retórica y lágrimas fingidas, teje su engaño:

  • Afirma haber escapado de los propios griegos, quienes supuestamente querían sacrificarle.
  • Sostiene que el caballo es una ofrenda votiva a la diosa Minerva (Atenea), construida de gran tamaño deliberadamente para impedir que los troyanos la introdujeran en su ciudad.
  • Advierte que si los troyanos dañan la ofrenda, atraerán la ira de Minerva, pero si la honran llevándola dentro de la ciudad, Troya obtendrá el favor divino y será invencible.

A pesar de las terribles advertencias del sacerdote Laocoonte (quien lanza una jabalina contra el caballo y es posteriormente estrangulado junto a sus hijos por dos serpientes marinas enviadas por los dioses) y de las profecías desoídas de la princesa Casandra (condenada por Apolo a predecir la verdad sin que nadie jamás le creyera), los troyanos, convencidos por el astuto discurso de Sinón, caen en la trampa.

Así, Sinón logra su objetivo: los troyanos derriban parte de sus propias murallas para introducir el caballo, que oculta guerreros griegos en su interior. Esa noche, Sinón abrirá el caballo, permitiendo la entrada del ejército griego y sellando el trágico destino de Ilión, facilitando su destrucción final.

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