Percepción, Representación y Significación: Estratos Mentales y Lingüística
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Los Tres Estratos de la Percepción: Mente, Mundo y Representación
El objetivo de esta síntesis de la percepción es entender los tres (y no dos) estratos de este proceso continuo y recursivo:
- La emergencia de figuras/fondo: representaciones mentales.
- La inferencia de objetos/entornos: presunciones más o menos fiables provocadas por las representaciones.
- La existencia de cosas/sucesos en el espacio/tiempo del mundo real.
La teoría de la percepción se dedica a explicar cómo las figuras/fondo en el cerebro producen los objetos/entorno en la mente (y en el mundo). Pero, por ello mismo, identifican estos objetos/entorno con las cosas/sucesos en el mundo real; a fin de cuentas, se dedican a la percepción de ese mundo construido en la mente. Pero si la percepción es una construcción mental de principio a fin, entonces no es lógico confundir la realidad (los objetos/entorno que sentimos y nominamos en la mente) con lo real (las cosas/sucesos en el mundo que producen esas percepciones).
El problema de esa identificación surge cuando nos situamos no en la percepción mundanal sino en la percepción y la representación imaginal. Es ahí donde la teoría de la percepción debe ser conectada con una teoría de la significación.
La Lingüística y el Signo: Saussure y Peirce
El Signo Lingüístico según Saussure
Ferdinand de Saussure (1916) funda la Lingüística como ciencia formal del lenguaje verbal a partir de una sencilla propuesta: el signo (verbal) es una unidad fija (arbitraria y convencional) no entre un nombre y una cosa, sino entre un significante (la “imagen acústica” c/a/s/a) y un significado (el “concepto” [casa]).
Su objetivo era expulsar la materialidad de la Lingüística. El “mundo real” de las “cosas” o “referentes” no debía ser objeto del lingüista, sino de la física o la filosofía. Pero su intuición de la Semiología −“el estudio de los signos, todos los signos, en el seno de la vida social”− exigirá el retorno de esa materialidad expulsada en la relación entre el signo y la cosa. Solo ahí se explica, por ejemplo, la diferencia entre pintura y fotografía.
La Perspectiva de Peirce y la Pragmática
De forma coetánea pero independiente, Charles S. Peirce (1916) funda la Pragmática −que tendrá su continuación en la Semiótica− en un impulso igual de formalizador, pero contrario al de Saussure. Para Peirce, un signo es:
- Algo, el representamen [SIGTE].
- Que representa algo, el representatum u objeto [REFTE].
- Para alguien, el interpretante [SIGDO].
- En algún aspecto o carácter, el fundamento.
A pesar de su dominio en el campo de la Semiótica/Semiología y aunque a priori parezca más adecuada al universo general de los signos, el carácter lógico-filosófico de la propuesta peirciana la inutiliza para entender la diversa materialidad de los signos.