Percepción del Color: Funciones y Teorías Esenciales

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PERCEPCIÓN DEL COLOR

1. Funciones de la Visión y el Color

La percepción del color es un proceso muy útil en nuestro día a día, ya que nos permite adaptarnos con mayor facilidad a nuestro ambiente. Desde ordenar la ropa hasta identificar los hinchas de un determinado equipo de fútbol, el color nos facilita el conocimiento de nuestra realidad. El color es una potente característica que nos permite agrupar los objetos, clasificarlos e identificarlos. Al mismo tiempo, facilita la organización de elementos simples y puede servir como ventaja evolutiva, por ejemplo, en la búsqueda de comida. Un ejemplo de ello lo encontramos cuando presentamos imágenes muy rápidas en un laboratorio; se identifican mejor aquellos objetos cuyo color es el mismo con el que los conocemos normalmente.

Los conos de los ojos desde siempre se han conocido por estar implicados en la percepción del color, y los bastones en la percepción de la luminosidad y la intensidad. Son estas células, los bastones, las que nos permiten ver cuando hay poca luz. Sin embargo, ¿están implicados los bastones en la percepción del color? Curiosamente, según recientes estudios científicos, es posible que los bastones sí que estén relacionados con ella.

2. ¿Cómo podemos describir la experiencia del color?

2.1. Luz, color y longitud de onda

Los colores pueden cambiar en base a dos factores, los cuales darán como resultado un círculo con hasta un millón de diferentes colores:

  • Intensidad: hace cambiar la percepción de luminosidad.
  • Saturación: añadir blanco a un color da lugar a un color menos saturado.

Somos capaces de percibir el color gracias a la luz. Dependiendo de la longitud de onda de la luz en cuestión, seremos capaces de percibir un color u otro. La longitud de onda es la distancia que recorre la luz en un determinado periodo de tiempo. No toda la luz tiene la misma longitud de onda, y dependiendo de ella percibiremos un color u otro. De todo el espectro de longitud de onda, solo hay una parte que vemos (espectro visual), la cual va de los 400 a los 700 nm (nanómetros).

2.2. El color de los objetos

Para que se produzca la experiencia del color gracias a un estímulo externo (ya que también podemos imaginar el color), necesitamos una fuente de luz. La luz del Sol, por ejemplo, impacta en los objetos, y estos tienen la propiedad de que reflejan la luz con sus longitudes de onda, y por ello los vemos. Es importante remarcar que la luz no refleja a la luz; lo que la refleja son los objetos. Dependiendo de cómo estén fabricados los objetos, de sus materiales, reflejarán un color u otro, una longitud de onda u otra distinta.

Los rayos de luz impactan con el objeto, y el rayo de una determinada onda que más rebota o refleja con el objeto es el que determina el color que vemos. Algunos conceptos importantes sobre este aspecto del color son:

  • Curva de reflectancia: porcentaje de luz que es reflejado para longitudes de onda específicas. A más reflectancia de una longitud de onda, más claro y luminoso vemos el color.
  • Colores cromáticos: están relacionados con objetos que reflejan unas longitudes de onda en mayor proporción que otras. Se denomina “reflectancia selectiva”.
  • Colores acromáticos: no predomina ninguna longitud de onda. Entre ellos se encuentran el blanco, el negro y la escala de grises.

Sin embargo, el que veamos un objeto de un determinado color no solo depende del material del objeto, ya que esto solo sería verdad si hablamos de luz blanca, que contiene todas las longitudes de onda en la misma proporción. Si la luz que refleja el objeto tiene predominancia en alguna longitud de onda, esta luz será de un determinado color y modificará cómo veremos el objeto (ya que será esa longitud de onda la que probablemente sea reflejada con más fuerza). Podríamos decir, por tanto, que el color por el que vemos el objeto depende entonces de dos factores: las propiedades del objeto y la fuente de luz.

3. Teorías sobre la percepción del color

3.1. Teoría tricromática sobre la percepción del color

La psicofísica surge en el siglo XIX para encontrar los elementos más simples de la experiencia psicológica, entre ellos el color: rojo, verde y azul; los colores primarios. Curiosamente, los participantes daltónicos podían igualar el color que veían con solo 2 focos/longitudes de onda, ya que tenían deficiencia en la percepción del color. Posteriormente, a mediados de los años 60, se encuentra evidencia fisiológica de la teoría tricromática. Encontraron pigmentos con tres diferentes respuestas, es decir, tres diferentes conos en nuestros ojos con sensibilidad máxima a una longitud de onda corta, media y larga respectivamente. Además, se observaron diferencias genéticas e individuales para la codificación de proteínas de estos conos. Es importante señalar que los diferentes tipos de conos tienen una mayor respuesta en la longitud de onda de esos nanómetros, pero también son sensibles a las demás longitudes.

3.2. Teoría de los procesos oponentes para la visión del color

Esta teoría se propuso como alternativa a la tricromática y afirmaba que la visión del color estaba mediada por la respuesta oponente del color. Los autores de esta teoría propusieron que la percepción del color viene determinada por estas respuestas oponentes. Varias décadas después, se encontraron pruebas fisiológicas de esta teoría. Las neuronas receptoras del color, de forma espontánea, presentan cierta actividad, y aquellas que se estimulan.

6.1. Iluminación uniforme

Si ponemos objetos con color en fuentes de luz de distintas intensidades, seguiremos distinguiendo los colores sin ningún problema, ya que existe la constancia con cambios de luminosidad. En vez de computar la luz en términos absolutos, el sistema lo hace en términos relativos. Imaginemos que tenemos un tablero de ajedrez y lo vemos bajo una bombilla y después bajo la luz del sol. La distinción entre el color blanco y negro no cambiaría, ya que mantendría la proporción de reflectancia de la luz (no se relaciona con la cantidad de luz reflejada por el objeto, sino en el porcentaje). Así, nuestro sistema estaría utilizando un algoritmo para ver el mismo color, una fórmula matemática que aplicada correctamente da la solución correcta.

6.2. Iluminación no uniforme

El sistema perceptual en situaciones de iluminación no uniforme tiene que distinguir entre:

  • Bordes de reflectancia: bordes donde la cantidad de luz reflejada es diferente entre dos superficies.
  • Bordes de luz: bordes donde la iluminación de dos superficies cambia.

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