Pensamiento Político y Ético: Locke, Maquiavelo y Rousseau

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Locke: La Tolerancia

En su “Carta sobre la tolerancia”, él defiende la libertad de conciencia y la tolerancia. Estudia los males de la comunidad política de su época y cree que se debían a la intolerancia humana. Para él, el cristianismo no debe perseguir a los no cristianos, ya que eso es incompatible con el amor cristiano. Y la iglesia no debe utilizar la sujeción y la fuerza contra los que no piensan como ella.

Esa tolerancia con las creencias tiene un límite: la libertad religiosa es fundamental siempre que una religión no incumpla los derechos de las personas, o no atente contra los cimientos del Estado. La religión debe respetar los principios morales.

Para él, la tolerancia y la libertad religiosa son fundamentales para la vida política, y para ello defiende una rotunda división entre la esfera civil (Estado) y la esfera religiosa (Iglesia). Para garantizar las libertades fundamentales, Iglesia y Estado han de permanecer separadas, sin intrusiones. Los gobernantes no deben entrometerse en asuntos de fe, ni los eclesiásticos en las cuestiones civiles.

Maquiavelo: Ética y Política

Una de las novedades del pensamiento de él es su forma de entender la política como una disciplina independiente de los principios éticos. Esa novedad sitúa a él como uno de los primeros filósofos modernos.

Para él, el objetivo de un gobernante debe ser desarrollar una técnica política para conservar el poder y mantener el orden, y ese fin está por delante de cualquier principio ético. Un gobernante debe ser juzgado por sus resultados. Si triunfa, es decir, si consigue aumentar el poder del estado, los medios utilizados para ello serán honorables, es decir, ese fin justifica los medios utilizados.

Él ve en la política un arte de calcular, de actuar según las circunstancias. La virtud política consiste en saber tomar las decisiones convenientes en el momento oportuno, sin tener en cuenta escrúpulos morales o religiosos.

Rousseau: Libertad, Soberanía del Pueblo e Igualdad

Uno de los temas más tratados por los ilustrados es la relación entre el individuo y la sociedad. Para él, la afirmación aristotélica de que el hombre es un ser social por naturaleza, no es cierta. Antes de vivir en sociedad, la humanidad vivía en un estado natural, donde el hombre era libre, bueno y feliz.

La aparición de la propiedad privada es lo que originó conflictos y desigualdades, sobre todo entre los ricos que acumulaban riquezas y los pobres, y por ello se hizo necesario llegar a algún tipo de pacto o contrato entre todos.

Él no pretende una vuelta al estado natural sino un nuevo contrato social basado en la asociación voluntaria de los individuos, y la formación de una nueva comunidad, donde la soberanía resida en el pueblo. Ese nuevo estado debe tener como objetivos el respeto a la igualdad y a la libertad.

  • Igualdad

    El Estado debe garantizar la igualdad, no entendida como que todos tengamos igual riqueza o igual poder, sino que no haya tanta desigualdad como para que unos hombres puedan comprar a otros, o no puedan ejercer el poder con violencia sobre otros.

  • Libertad

    Cuando aceptamos ese nuevo contrato social, perdemos en cierta manera la libertad que teníamos en el estado natural, pero ganamos una nueva libertad, la libertad civil. Es como una libertad social, colectiva. No consiste en la suma de voluntades particulares sino en aquello que todos consideramos como bien general.

  • Soberanía del Pueblo

    El pueblo exige que esa voluntad general se cumpla mediante leyes, y el único que está legitimado para establecer leyes es el pueblo, y por tanto, la soberanía reside en el pueblo. Con él, la soberanía popular es la única válida. Para él, solo va a ser válida la democracia directa, donde todas las leyes sean aprobadas directamente por el pueblo.

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