El Pensamiento de Marx: Trabajo, Alienación y Sociedad Comunista
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La Preocupación Antropológica de Marx: La Condición Natural del Ser Humano
El pensamiento de Marx se origina a partir de una crítica a una realidad basada en un sistema económico (capitalismo industrial), político (liberalismo) y social. La reflexión teórica en esta primera etapa de su filosofía supone un enfrentamiento con la filosofía idealista, especialmente la hegeliana. Marx considera que Hegel olvidó al hombre real y concreto, para especular sobre una abstracción que poco tiene que ver con la realidad existente.
Para Hegel, cada momento presente supone la superación dialéctica del momento anterior. Marx admite esta lógica dialéctica, pero desde una concepción materialista de la historia. El motor de los cambios en la historia es el ser humano, por lo que debe partirse de un análisis concreto de lo que el hombre es, de sus condiciones materiales de existencia.
Para Marx, el hombre real es un ser con necesidades, siendo las primarias aquellas que se refieren a su propia supervivencia (alimentarse). Se descubre entonces como sujeto frente al objeto que es la naturaleza. La actividad encaminada a solucionar sus necesidades usando y transformando lo que hay (la naturaleza) es el trabajo o actividad productiva. Esta actividad es la primera y más importante, aunque no la única. Para entender lo que el hombre es, deberán analizarse las condiciones en las que se desarrolla su actividad esencial: el trabajo.
La Naturaleza Social del Hombre
La condición natural del ser humano es, a la vez, una condición social. De su condición de ser pasivo con necesidades surge necesariamente su ser comunitario. No existe el hombre solo, aislado en la naturaleza. Nace entre otros seres humanos y se relaciona con ellos. La presencia de otros individuos en el mismo contexto natural impone analizar las relaciones sociales que se establecen entre ellos. Esto significa que conocer al hombre supone tener que conocer la sociedad en la que se desarrolla.
Puede decirse que lo que determina el ser del hombre en cada momento histórico proviene de analizar cómo se realiza esta doble relación:
- La actividad productiva que relaciona al hombre con la naturaleza a través del trabajo.
- La actividad social que explica cómo se relaciona con los otros hombres.
La historia demuestra que tanto la producción de los medios de subsistencia como las relaciones sociales en las que se lleva a cabo dicha producción fueron diferentes en los distintos grupos humanos y fueron cambiando a través del tiempo. En el seno de la sociedad capitalista, el hombre es un ser económico, un ser “mercancía”.
Para Marx, la filosofía idealista sancionó los fundamentos de la economía capitalista al aceptar de manera complaciente esa concepción positivista del hombre. Por eso, la acusa de ser ideología o falsa conciencia.
Diagnóstico para una Época: El Hombre Alienado
Cuando Marx denuncia la filosofía idealista de Hegel, lo hace porque sus especulaciones quedan en la simple teoría. Se ocupan de comprender lo sucedido en la historia y de situarlo en una lógica que se presenta como necesaria y racional.
Marx condena esa pasiva autocomplacencia idealista insensible con el hombre real existente. El filósofo no puede ni debe permanecer pasivo. Se trata de transformar el mundo porque la realidad presente es injusta. Marx no puede estar de acuerdo con la máxima hegeliana que dice que “todo lo real es racional”, ya que no es racional que las condiciones de vida de la mayor parte de los hombres supongan un extrañamiento de su propia naturaleza humana.
La sociedad burguesa capitalista aliena al trabajador, lo cosifica al tratarlo como un objeto más. Marx propugna la acción revolucionaria para acabar con la alienación del ser humano. La alienación que sufre el hombre es el resultado de la confluencia de:
- Una filosofía cómplice con la injusticia: alienación filosófica.
- Una metafísica religiosa puesta al servicio del poder: alienación religiosa.
- Una instrumentalización interesada de las leyes y de la política: alienación jurídico-política.
- Un sistema económico que sanciona la desigualdad humana: alienación socioeconómica.
De todas las alienaciones que sufre el ser humano, la más determinante es la socioeconómica que produce el capitalismo. El trabajador asalariado pierde su esencia humana porque:
- Su actividad es considerada una mercancía más, propiedad del capitalista.
- Lo que produce lo empobrece más y enriquece al empresario.
- Su forma de trabajar deja de ser creativa para ser deshumanizadora y esclavizante.
- Se convierte en un ser absolutamente dependiente de su trabajo.
Contra todo eso se debe luchar. Marx se propone unir teoría y praxis para construir verdaderamente un mundo racional. Ese es el sentido de su pensamiento y de su obra. Ese es el objetivo del materialismo histórico.
El Materialismo Histórico: Composición y Dinamismo de las Formaciones Económico-Sociales
Marx parte de la idea de que las sociedades humanas han atravesado a lo largo de la historia por diferentes estadios de desarrollo. Denomina formación económico-social a cada sociedad concreta en un momento determinado de su desarrollo.
Composición de la Sociedad
Está compuesta de dos elementos:
- La estructura económica o modo de producción es la síntesis resultante de la relación entre las fuerzas productivas de la sociedad y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas son elementos humanos o materiales que intervienen en el proceso de la producción, siendo el más importante el trabajador. Las relaciones de producción son las condiciones económicas que establecen los hombres en el proceso de producción y son diferentes de una época a otra.
- La superestructura ideológica se compone del resto de elementos no económicos que se dan en cualquier formación social, que se concretan en ideas e instituciones. Toda la superestructura ideológica conforma la conciencia social.
Dinámica de la Sociedad
Las relaciones de producción tienden a ser estáticas, mientras que las fuerzas productivas son dinámicas, por lo que las relaciones de producción, de formas de desarrollo de las fuerzas productivas, acabarán convirtiéndose en obstáculos para estas. Esta es la explicación del cambio social: cuando esta situación se produce es necesaria una revolución social.
La Dialéctica de la Historia: Las Clases Sociales
Marx concibe la historia como un escenario dinámico en el que el devenir de la realidad sucede de forma dialéctica. Constató la existencia de cuatro etapas de desarrollo en la formación económica de la sociedad: el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Lo que interesa estudiar es el modo de producción burgués capitalista. El análisis dialéctico de lo real se percibe en la propia estructura de la sociedad burguesa, formada por dos clases sociales con intereses contrarios: burguesía y proletariado.
Marx entiende por clase social una agrupación humana que posee unas condiciones específicas con relación a la propiedad de los medios de producción. En el capitalismo, los propietarios de los medios son los burgueses, y los no propietarios son los proletarios. En el modo de producción capitalista, la explotación de unos por otros acabará conformando la conciencia de clase, que será el punto de partida de la lucha de clases.
La Lucha de Clases y la Revolución Social
Según Marx, la revolución social es inevitable. Se impone la toma violenta del poder político para desmantelar las formas de conciencia social burguesas dominantes y las relaciones de producción existentes basadas en la propiedad privada, que quedará abolida. Con su eliminación desaparecen también las desigualdades de clase. Marx aventura así el fin de la historia en un sentido dialéctico materialista.
Burgueses Capitalistas y Trabajadores Proletarios
La desaparición del Antiguo Régimen dividió la sociedad en dos grandes clases sociales, burgueses y proletarios: los burgueses son los propietarios de los medios de producción, poseen los bienes que se precisan para producir las mercancías y son los dueños de la capacidad de trabajo del trabajador, el conjunto de esos bienes es el capital; los proletarios no poseen nada, salvo la capacidad de trabajo, que deben vender a los capitalistas a cambio de un salario. Para Marx, esta diferencia genera la desigualdad existente en la sociedad capitalista y es el factor que explica las clases sociales.
La Revolución Industrial llevó el centro de la economía a las ciudades; ahora la riqueza se genera en el contexto de la producción. El trabajo, la actividad orientada a la producción de mercancías, se convierte en la principal actividad económica. La relación que se tenga con el trabajo va a marcar el lugar que se ocupa en la sociedad, y esa relación depende de si se posee o no la propiedad de los medios necesarios para la producción de mercancías.
El Funcionamiento del Sistema Capitalista
El objetivo de la economía capitalista es la acumulación constante de capital, es decir, el continuo enriquecimiento de los dueños de los medios de producción, que se consigue produciendo mercancías para venderlas y obteniendo un beneficio.
Las mercancías son los bienes que se producen para satisfacer las necesidades humanas y están unidas al trabajo necesario para producirlas. Toda mercancía tiene un valor; este representa la capacidad de una mercancía para satisfacer las necesidades humanas, es un valor de uso, el valor ligado a la utilidad de la mercancía.
Cuando la mercancía aparece en el mercado, el capitalista le incorpora un valor añadido al valor de uso, el valor de cambio, incluye el valor de uso de la mercancía y el valor del trabajo que el trabajador necesitó para producirla, y que el capitalista compró. Ese valor puede fluctuar en función de la ley de la oferta y la demanda; el valor de una mercancía depende de su disponibilidad en el mercado y de la necesidad que se tenga de ella.
La Plusvalía
Si el salario que el capitalista paga fuese idéntico a la cantidad de valor que pone el trabajador en la mercancía, no habría ningún beneficio; por eso, el capitalista se queda con un “plus de valor” de la mercancía, que es la causa de su progresivo enriquecimiento. Esta, entre otras, es la injusticia del sistema de producción capitalista que denuncia Marx.
Ética y Política: La Sociedad Comunista
La denuncia marxista de la sociedad capitalista se concreta en que la mayor parte de los hombres sufre una situación de explotación económica que aniquila la propia esencia de su humanidad. La alienación del hombre por el hombre significa la expropiación del valor humano por excelencia, que es la libertad. Por extensión, si unos pocos alienan la libertad de los muchos, el resultado es la desigualdad de los hombres, y la igualdad es el segundo gran valor que conculca la sociedad capitalista.
Frente a esta injusticia justificada por la ideología, Marx propón la praxis revolucionaria. La moral marxista exige luchar para lograr la emancipación del hombre, su libertad, y abolir las diferencias de clase para alcanzar un mundo de seres humanos iguales. Su pensamiento político es la concreción en la praxis de su ideal moral.
El estado liberal se desentiende del ser humano concreto al no respetar su esencia natural ni su condición social. Aliena al hombre y representa solamente los intereses de un grupo dominante, la clase social burguesa.
El Estado liberal declara a los hombres iguales, pero permite que la propiedad privada de los medios de producción por unos pocos sancione la desigualdad. La denuncia marxista traerá la nueva sociedad comunista:
- El primer paso será la conquista del poder por el proletariado con el objetivo de expropiar el capital de la burguesía capitalista. Este primer momento será violento por fuerza. Conseguido el poder, la dictadura del proletariado se hace necesaria para lograr completamente esa expropiación del capital, la abolición de las leyes anteriores, la confiscación de las fortunas burguesas, la socialización de los medios de producción y la imposición de nuevas normas de organización de vida. Es el estado socialista.
- Alcanzando el primer objetivo, se lograría la desaparición de la clase explotadora y, con eso, de los antagonismos, motor de la lucha de clases. El Estado proletariado podrá ir perdiendo su carácter político para pasar a ser un estado administrador de los bienes de la sociedad, un estado comunista.
Esos bienes son los recursos naturales, los medios para su apropiación y el trabajo. El Estado comunista cambiará la lógica económica de la desigualdad retributiva de los trabajos y de la desigual valoración del trabajo manual e intelectual por una lógica distributiva que tiende a dar a cada uno “según su capacidad y según sus necesidades”.
El hombre recuperará su esencia como ser natural activo a través del trabajo no alienado, que le permitirá resolver sus necesidades vitales de forma humanizada y solidaria en la nueva sociedad comunista.
Esta situación ideal, utópica para muchos, hizo pensar a Marx que el Estado comunista sería el último en la historia de la humanidad. El comunismo encarna el sentido teológico de su teoría y su praxis.