El Pensamiento Kantiano: Idealismo Trascendental y Moral Categórica

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La Filosofía Teórica de Kant: El Idealismo Trascendental

A su filosofía la denominó "Idealismo Trascendental". Fue idealista por otorgar prioridad al sujeto (la mente humana) frente al objeto (las cosas en sí mismas). Y trascendental porque analiza las condiciones a priori que hacen posible el conocimiento.

El Giro Copernicano en Filosofía

Kant realizó un giro copernicano en filosofía al considerar que la mente no es pasiva, sino activa: no se limita a recibir información, sino que organiza y da forma a lo que conoce.

La Crítica de la Razón Pura: Naturaleza y Límites del Conocimiento

El problema fundamental abordado en su obra Crítica de la Razón Pura es la naturaleza del conocimiento científico y el examen de si la metafísica puede ser considerada una ciencia. Kant afirmó que los juicios de la ciencia deben ser universales y necesarios, y además deben aumentar nuestro conocimiento.

Analizó los tipos de juicios según si amplían la información sobre el sujeto: analíticos o sintéticos; y según si su validez depende o no de la experiencia: a priori y a posteriori. Una ciencia es válida cuando sus leyes son juicios sintéticos a priori que pueden comprobarse con la experiencia.

Las Facultades de la Razón y el Proceso del Conocimiento

La razón posee tres facultades: la sensibilidad, el entendimiento y la razón en sentido estricto.

1. La Estética Trascendental: La Sensibilidad

Primero, en la Estética Trascendental, Kant estudia la sensibilidad, que es nuestra capacidad de recibir información del mundo a través de los sentidos. Estos datos no llegan de forma caótica, sino que nuestra mente ya dispone de estructuras previas que los ordenan: el Espacio y el Tiempo, consideradas intuiciones puras y absolutas.

2. La Analítica Trascendental: El Entendimiento

Después, en la Analítica Trascendental, Kant estudia el entendimiento, que organiza los datos sensibles mediante categorías, las cuales están en la mente de forma a priori. Sin ellas, la experiencia sería confusa; y sin experiencia, los conceptos serían vacíos. Kant también distingue entre fenómeno (lo que podemos conocer con los sentidos y las categorías) y noúmeno (la realidad en sí, incognoscible).

3. La Dialéctica Trascendental: La Razón en Sentido Estricto

Por último, en la Dialéctica Trascendental, estudia la razón en sentido estricto, cuya función es unificar los conocimientos del Entendimiento en principios supremos, guiada por las Ideas trascendentales (conceptos a priori sin base empírica): Mundo, Alma y Dios.

El problema surge cuando estas Ideas se usan como realidades demostrables. De ahí surgen errores: los paralogismos (relacionados con el Alma), las antinomias (relacionadas con el Mundo) y los argumentos ontológicos (relacionados con Dios), que van más allá de la experiencia posible. Aun así, Kant admite un uso regulativo legítimo de estas Ideas, siempre que sirvan como guía y no como verdades absolutas. Por eso, la metafísica como ciencia no es posible si busca demostrar lo incognoscible, pero sí lo es en sentido crítico, como estudio de los límites de la razón.

En conclusión, Kant introdujo el Idealismo Trascendental al mostrar que la mente, con sus estructuras a priori, organiza la experiencia y determina los límites del conocimiento y la acción moral.

La Ética Kantiana: El Imperativo Categórico y la Moral del Deber

Fundamentos de la Moral Kantiana

Para abordar la moral, Kant retoma la influencia de Rousseau, quien planteaba que la voluntad general es la garantía del bien común, mientras que Kant sostiene que la acción moral debe ser universalizable y no motivada por intereses individuales. Para Kant, la bondad no radica en las consecuencias de una acción, sino en la buena voluntad que la impulsa.

Kant se pregunta si existen juicios sintéticos a priori en la moral, es decir, si hay principios universales y necesarios que guíen la acción humana. Su respuesta es afirmativa y se fundamenta en la ley moral, que se expresa en el imperativo categórico, el cual dicta cómo actuar racionalmente sin depender de circunstancias particulares.

Éticas Materiales vs. Ética Formal

Distingue entre éticas materiales y éticas formales. Las primeras nos dicen qué debemos hacer si queremos alcanzar la felicidad y formulan imperativos hipotéticos. Son empíricas, pues se basan en la experiencia, y heterónomas, ya que dependen de una cosa distinta a la razón, por lo que no se pueden extraer de ellas normas morales universales y necesarias.

Por el contrario, la ética formal de Kant se basa en la forma de la acción y no en su contenido. La ley moral es como llama Kant a la conciencia del deber que viene dada en nuestra propia naturaleza; es a priori y universal, y se expresa a través del imperativo categórico.

Las Formulaciones del Imperativo Categórico

Este se formula de distintas maneras:

  • Formulación de la ley universal: "Actúa solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley universal."
  • Formulación del fin en sí mismo: "Actúa de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como un fin, y nunca meramente como un medio."
  • Formulación de la autonomía de la voluntad: "Actúa de tal manera que tu voluntad pueda considerarse a sí misma, por su máxima, como legisladora universal."

La Autonomía de la Voluntad y la Libertad Moral

La autonomía de la voluntad es clave en su ética: la voluntad es ley para sí misma y no depende de principios externos. La libertad moral no es hacer lo que se desea (libertad negativa), sino actuar conforme a la razón, dominando las inclinaciones (libertad positiva). De este modo, las acciones solo tienen valor moral si se hacen por deber, no solo conforme al deber.

Los Postulados de la Razón Práctica

Kant reconoce que el ser humano se debate entre la ley moral y la felicidad, generando un conflicto inevitable. Para reducir esta tensión, introduce los postulados de la razón práctica, juicios que deben aceptarse sin demostración empírica. Estos son la inmortalidad del alma, la libertad y la existencia de Dios.

En conclusión, la ética de Kant defiende que la razón debe guiar la moral, no el deseo ni las consecuencias.

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