El Pensamiento de Kant: Conocimiento, Ética y Ser Humano
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Kant
Conocimiento
Pretende mostrar cuál es el origen, los límites y la posibilidad del conocimiento científico. En su análisis del conocimiento, distingue 2 facultades de conocimiento en el ser humano: sensibilidad y entendimiento.
- La sensibilidad es la capacidad de captar los fenómenos a través de los sentidos produciendo sensaciones, a las que Kant llama intuiciones. Las intuiciones pueden ser:
- Empíricas: que son los datos de la experiencia (a posteriori).
- Puras, a priori y trascendentales que son el espacio y el tiempo.
- El entendimiento es la facultad de pensar y explicar los fenómenos que capta la sensibilidad a través de los conceptos. Estos pueden ser:
- Empíricos: se forman por el proceso de abstracción (a posteriori).
- Conceptos puros, a priori y trascendentales: son a los que llama categorías.
Explica que tanto el espacio-tiempo como las categorías tienen 3 características; a priori, cuando no los extraemos de la experiencia, trascendentales, son innatos, el propio sujeto los produce de forma espontánea cuando capta y piensa el mundo exterior y puros cuando están vacíos de contenido empírico porque no describen nada que exista en el mundo exterior como una cosa.
Kant deja claro que si no hay datos empíricos a los que aplicar el esquema espacio-tiempo, este no actúa y permanece inactivo. Del mismo modo, si aplicamos las categorías a algo de lo que no hay experiencia, no obtenemos verdadero conocimiento científico.
En el conocimiento que el ser humano tiene del mundo hay una parte que procede del propio mundo, pero hay otra que procede de la estructura cognitiva del sujeto (espacio-tiempo y categorías). Kant distingue entre fenómeno y noúmeno.
- Los noúmenos son las cosas tal como serían en sí mismas, sin modificarlas con nuestro esquema espaciotemporal.
- Los fenómenos son esas mismas cosas en tanto que captadas por la sensibilidad en el espacio-tiempo y pensadas por el entendimiento con las categorías, son modificadas por nuestro aparato cognitivo, espacio, tiempo y categorías.
Los noúmenos son incognoscibles porque los modificamos convirtiéndolos en fenómenos. La teoría del conocimiento de Kant recibe el nombre de idealismo trascendental y se presenta como una síntesis entre empirismo y racionalismo, porque afirma que el conocimiento es una composición de lo que recibimos del mundo a través de la experiencia, y lo que nuestras facultades de conocimiento imponen a esa experiencia de forma innata: espacio-tiempo y categorías.
A partir de esta, Kant explica cómo es posible el conocimiento científico. Dice que los juicios o leyes científicas deben ser a priori, porque deben aumentar nuestro conocimiento del mundo y deben tener validez universal y necesaria.
- En las matemáticas son posibles los juicios sintéticos a priori porque son juicios acerca del espacio y del tiempo y ya que el espacio y tiempo son a priori, los juicios de la matemática también lo son.
- En la física son posibles los juicios sintéticos a priori porque las leyes de la física están basadas en las categorías y ya que estas son a priori, las leyes de la física también lo son.
Falta por averiguar si la metafísica es o no ciencia. Por metafísica entendemos el conocimiento de todo lo relativo a Dios, al alma y al Universo como totalidad. Son 3 ideas de las que no hay existencia. La metafísica intenta establecer leyes acerca de estas 3 ideas, leyes que deben estar basadas en las categorías. Pero las categorías sólo proporcionan conocimiento científico si se aplican a la experiencia. La metafísica hace un uso ilegítimo de las categorías al aplicarlas a algo que queda más allá de toda experiencia, por lo que no es una ciencia.
Kant añade que hacer metafísica, es una tendencia inevitable de la razón humana que desea encontrar leyes cada vez más generales hasta que no quede nada por explicar, aún que implique ir más allá de la experiencia.
Ética
Pretende establecer una ética que tenga validez universal y necesaria, por tanto, a priori. Todas las éticas construidas hasta el momento son lo que Kant llama éticas materiales carentes de universalidad y necesidad. Frente a ellas Kant construye una ética formal que vale universal y necesariamente. Se caracteriza por:
- Es una ética formal, carente de contenido: No establece un conjunto de normas que debamos seguir, lo único que establece es la forma general en que debemos actuar sea cual sea la conducta concreta de que se trate: una conducta es buena si está realizada por respeto al deber, y es mala si está realizada por otras razones como el interés, el temor al castigo y la inclinación.
- Por tanto, lo que hace buena una conducta es la buena voluntad o intención: la buena voluntad es la que obra por respeto al deber.
- Obrar por deber es reconocer que se algo debe hacerse porque la ley moral lo exige y ésta debe ser respetada aún en contra de mis intereses. Además, el deber se conoce a priori, no se obtiene de la experiencia.
- El deber se recoge en el imperativo categórico que es una norma absoluta, universal y necesaria, que no depende de las circunstancias o de los fines que persigamos, manda incondicionalmente. El imperativo categórico nos dice: Obra siempre de tal manera que puedas desear que la norma de tu conducta se torne ley universal.
- La ética kantiana es una ética autónoma pues es el sujeto quien, con su conciencia, en cada caso aplica el imperativo categórico y establece el deber.
Por último, digamos que Dios, Alma y Mundo son tres ideas de la razón acerca de las cuales construimos teorías que no pueden ser confirmadas ni refutadas por la experiencia, por tanto, quedan fuera del ámbito de la ciencia. Pero desde el punto de vista de moral, Dios, Alma y la Libertad en el Universo, son postulados: algo cuya existencia es indemostrable científicamente pero que debe ser supuesta como condición de la moral. La libertad es un postulado de la moral porque sólo si somos libres de escoger entre el bien y mal tiene sentido hacer esa distinción. La existencia de Dios y la inmortalidad del alma son postulados de la moral porque son la única garantía de que algún día lograremos la unión de perfección moral y felicidad imposible de realizar en esta vida.
La Existencia de Dios
Kant nunca negó la inmortalidad del alma o la existencia de Dios. Se limitó a establecer que el alma y Dios no son asequibles al conocimiento científico ya que el alma y Dios no son fenómenos que se den en la experiencia. El lugar adecuado en el que ha de plantearse el tema de Dios no es la razón teórica, el ámbito de la ciencia, sino la razón práctica, el ámbito de la ética. La existencia de Dios es un postulado de la razón práctica, es decir, se trata de algo no demostrable pero que debe suponerse como condición de la moral misma.
Kant afirma que la disconformidad que encontramos entre cómo es el mundo y cómo debería ser, exige la existencia de Dios como realidad en quien ambas cosas se identifican y en quien se da una unión perfecta de virtud y felicidad. No obstante, el filósofo alemán rechaza todas las demostraciones clásicas de la existencia divina.
El Ser Humano
El ser humano está sometido a las leyes físico-biológicas, es decir, es un objeto más entre los objetos del mundo físico. Pero en tanto que noúmeno, el ser humano, ser libre, pertenece al ámbito de la razón práctica (ética). Por tanto, en el ser humano encontramos una cierta dualidad, por un lado, posee una dimensión empírico-sensible, por otro, una dimensión ético-social.
- La primera indica su componente individual y egoísta, como una cosa más entre las cosas.
- La segunda refiere al reino de los fines y de la moralidad, como perteneciente a una comunidad de personas. Según esta dimensión, puede y debe hablarse de la sociabilidad del hombre.
Kant, pues, concibe al hombre como un ser que encierra en sí una paradójica complejidad: una “insociable sociabilidad”.
En cuanto a la política Kant afirma que el ser humano debe salir de lo que él denomina “su minoría de edad” y debe atreverse a pensar por sí mismo, así conquistará su verdadera libertad y su conciencia no estará sometida a las constricciones de la religión, la tradición y la autoridad. Atreverse a pensar significa que el ser humano debe llevar a cabo el ejercicio crítico de la razón, y el ejercicio público de la razón debe ser protegido e impulsado por el poder político.