Pedro García Cabrera: poeta comprometido con la libertad
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"Un día habrá una isla"
Título y primer verso del poema escrito por Pedro García Cabrera. Este poeta, nacido en Valle Hermoso en 1905 y fallecido en Santa Cruz de Tenerife en 1981, es sin lugar a dudas una de las figuras más importantes de la literatura canaria.
Vida y obra de Pedro García Cabrera
La vida de Pedro García y su extensa obra vienen conformadas particularmente por dos constantes: su claro compromiso social y su especial atención hacia el paisaje isleño. En la primera mitad del siglo, algunos lo consideran como un creador tránsito. Con características modernistas, un acercamiento al surrealismo, características de la poesía de Juan Ramón Jiménez y una imitación de la estética de Lorca y de Rafael Alberti. A partir de la mitad del siglo hasta el final de sus composiciones encontraremos un Pedro García fuertemente enraizado en lo íntimo y lo social.
Principales obras
En el año 1928 encontramos su primer poemario 'Líquenes', también pertenecientes a este momento 'Transparencia jugada' 1934. Obra de carácter surrealista siendo el paisaje el motivo literario principal. La terrible experiencia de estos años, así como su relación con la enfermera que posteriormente se convertiría en su compañera de vida, quedan reflejados en el título 'Entre la guerra y tú' 1936-1939. Una vez que se han superado estos 10 años nos encontramos en el 1951 donde publica 'Día de alondra'. Durante el periodo de los años 50 y 60 nuestro autor escribe casi simultáneamente los siguientes poemarios 'La esperanza' (1959), 'Vuelta a la isla' (1968), 'Entre cuatro paredes' (1968) entre otras. El poeta se vuelve cada vez más intolerante con la injusticia y las desigualdades sociales y hace de la denuncia su tono lírico dominante. Se aprecia en los siguientes títulos 'Elegía muerto de hambre' (1975), 'Ojos que no ven' (1927), 'Hacia la libertad' (1928).
Compromiso social y libertad
El estallido de la Guerra Civil Española trunca la vida del país y afecta principalmente actividades de la cultura, como nuestro autor que sufre aproximadamente durante unos 10 años toda una dramática experiencia personal: detención, reclusión en prisión, deportación a África, fuga, accidente, hospitalización, nueva detención en la península, lo reclaman desde Tenerife, lo encarcelan y le dan la libertad vigilada.
El deseo de la libertad junto con la necesidad de la esperanza conforman el núcleo temático de este poema circular de Pedro García. Nos encontramos en España, entre 1939 y 1975 estuvo supeditada a un régimen de privación de libertad, la época de Franco. El poeta sufrió en sus carnes las consecuencias directas de dicho régimen. No es de extrañar que viniendo de un hombre tan éticamente comprometido como él lo fue sean frecuentes en sus obras como este caso y quiere convertir en un auténtico espacio de clamor.
Análisis literario
El carácter literario del texto es notorio, ya que se trata de un poema altamente lírico pues el autor expresa sus ideas y sentimientos, sus anhelos más íntimos y personales de forma subjetiva. Debido a que el poeta desea provocar determinados efectos en el lector explota todas las posibilidades que la lengua le permite; de modo que la función predominante del lenguaje es la poética para lo cual Pedro García Cabrera emplea una rica serie de figuras literarias.
Figuras literarias destacadas
Entre las figuras literarias más destacadas podemos encontrar: el empleo recurrente del hipérbaton que pone de relieve ideas y conceptos claves. Lo observamos en los versos 6 y 7, “Solo no estoy. Están conmigo siempre…”, que destacan la imagen de la soledad y la presencia de los otros respectivamente; así como en el verso 16, que evoca la imagen de la esperanza (“la alegría del mar le pido a todos”). Otros recursos estilísticos como la elipsis del verso 3 (quiero “Que me entierren en ella”); y la antítesis del verso 15 (“del combate en que muero y en que vivo”) no hacen sino reiterar la contundente fuerza expresiva del poeta que busca ante todo hacer de la palabra el arma contundente de la libertad.
Nivel léxico semántico
En el nivel léxico semántico existen términos relacionados con el campo semántico de las partes del cuerpo, tomadas como metonimias para hacer referencia a personas que se hallan en diferentes situaciones motivadas por la falta de libertad: “manos”, “cara”, “corazón”, “carnes”. Observamos, igualmente, un campo semántico relativo a las formas de expresión: “silencio”, “rumores”, “palabras” que comulgan con el propio tema del poema; ya que la falta de libertad supone silencio que va siendo desterrado, según los índices de permisividad, por el rumor para acabar finalmente vencido por la palabra, la máxima expresión de nuestra libertad.
Nivel morfosintáctico
Por lo que respecta al nivel morfosintáctico, se observan solo dos adjetivos: “amordazado” y “viva”, que califican respectivamente a silencio y a carne y que tienen aquí un valor especificativo, intensificando, en este caso, los sufrimientos derivados de vivir en un régimen de dictadura. Las formas verbales aparecen tanto en presente de indicativo actual, con el que se expresan acciones o procesos reales que están ocurriendo en el momento del discurso, como en presente de subjuntivo, siendo precisamente en ese modo en el que se expresan las acciones que indican anhelos y deseos. Todos ellos precedidos por el futuro “habrá” que le dará sentido, tanto a los hechos reales como a los posibles y probables expresados con el subjuntivo.