El Partenón: Obra Maestra de la Arquitectura Griega Clásica y Símbolo de Atenas
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El Partenón: Cima de la Arquitectura Griega Clásica
Construido entre el 446 y el 438 a.C. por los arquitectos Ictino y Calícrates, durante el célebre gobierno de Pericles, el Partenón se erigió sobre los cimientos de un proyecto anterior inconcluso. Sus cimientos, de caliza gris, contrastan con el resto de la estructura, majestuosamente levantada en mármol pentélico.
Propaganda y Simbolismo de la Ciudad de Pericles
Más allá de su función religiosa, el Partenón fue un poderoso medio de propaganda para la ciudad de Pericles. Financiado con los excedentes de la Liga de Delos, este templo encarnaba el ideal de la ciudad-estado ateniense y su ambición de poder. Lo que siempre ha distinguido al Partenón es la nitidez de su construcción y las sutiles perfecciones de su diseño.
Innovación Artística y Narrativa Escultórica
La maestría artística del Partenón se manifiesta en sus elementos escultóricos:
- Frontones: Las figuras se introdujeron adaptándose magistralmente al espacio triangular. En el frontón occidental, se narra el mítico nacimiento de la diosa Atenea.
- Frisos: A diferencia de las narrativas mitológicas habituales, el segundo friso del Partenón cuenta una historia real: la vida cotidiana de Atenas, culminando en la procesión de las Panateneas.
- Metopas: En su interior, las metopas exhiben esculturas de centauros en lucha, simbolizando el triunfo de la civilización sobre la barbarie.
En el Partenón, el culto comunitario a los dioses unía a sus habitantes. En su interior, destaca la representación humana de Fidias en los célebres «paños mojados», donde lo divino se humaniza con una gracia sin igual. El arte griego, en su esencia, es idealista; no da cabida a las deformaciones ni a la violencia cruda de la realidad. Las escenas transmitían una atmósfera de moralidad y de elevación del valor humano.
Misterios de Iluminación y Técnicas Constructivas
Existen numerosas especulaciones sobre la iluminación del Partenón, ya que, si contaba con un techado de madera, no podía tener iluminación cenital directa. En su interior, se hallaba una gran estatua de Atenea, elaborada en marfil y oro, que sin duda era el foco central del espacio.
La construcción del Partenón es un testimonio de la avanzada ingeniería griega. No se utilizó mortero; el mármol se elevaba con poleas, gracias a unas espigas que poseían y que posteriormente se pulían. Las piedras se unían con unas «grapas» que no eran de hierro, precisamente para evitar la oxidación y el deterioro de la estructura.
La Policromía del Partenón: Un Esplendor Olvidado
Contrario a la imagen de blancura que a menudo se asocia con las ruinas clásicas, el Partenón estaba policromado. Se pintaban de rojo y azul el fondo de las metopas, los triglifos, la cornisa y el fondo del tímpano. Las columnas, la crepidoma y los muros del templo (es decir, los elementos estructurales) recibían un color más atenuado, casi blanco o amarillo. Se cree que todas las partes del templo estaban cubiertas de una lechada protectora, que no solo protegía el mármol, sino que también servía de base para los pigmentos.
Armonía de Órdenes Arquitectónicos
El Partenón es un templo de orden dórico, pero incorpora elegantemente elementos del orden jónico, como el friso continuo. En este friso se narra la entrega del peplo a la diosa Atenea, en el contexto de la procesión de las Panateneas. Esta procesión, que constituía la mayor fiesta religiosa y cívica de Atenas, se celebraba anualmente en la fecha del nacimiento de la diosa. En dicha fecha, todos los pueblos de los alrededores acudían a la Acrópolis de Atenas.
La distribución escultórica del templo era impresionante:
- 92 metopas en todo el perímetro superior del templo.
- Un friso continuo tallado alrededor de la naos.
- Aproximadamente 40 esculturas de tamaño mayor al natural para los dos tímpanos.
Las Correcciones Ópticas: La Perfección al Ojo Humano
Una de las características más asombrosas del Partenón son sus correcciones ópticas, diseñadas para contrarrestar las ilusiones visuales y lograr una percepción de perfecta rectitud y armonía:
- Curvatura del Estilóbato y Entablamento: Los elementos horizontales de un edificio, si son muy extensos, son percibidos por el ojo humano como ligeramente hundidos en el centro. Para evitarlo, el centro de los entablamentos y del estilóbato del Partenón tienen unos centímetros de elevación convexa.
- Engrosamiento de Columnas Esquina: Las columnas de las esquinas del pórtico reciben más fuertemente la luz en todo su perfil y se recortan sobre el espacio. Si fuesen iguales a las demás del pórtico, el ojo humano las percibiría como más delgadas. Por lo tanto, las cuatro columnas de las esquinas son un poco más gruesas.
- Éntasis: Esta sutil deformación en las columnas, debida a la percepción del ojo, se llama éntasis. Consiste en un ligero abombamiento del fuste para que parezcan perfectamente rectas.
- Inclinación Interior: Dada la altura del edificio, al avanzar y llegar a él, podría sufrirse la sensación de que el pórtico iba a desplomarse sobre el espectador. Para evitar este efecto, se le dio a toda la construcción una ligera inclinación hacia el interior.
Estas deformaciones refuerzan la unidad del conjunto, ya que la forma de los elementos se modificó de acuerdo con su posición en la estructura, llevando en sí una marca de la situación que ocupan y permitiendo su reconstrucción incluso si se cayeran. La referencia siempre es el hombre, y la arquitectura del Partenón es un testimonio de la búsqueda de la perfección visual para la experiencia humana.