Panorama del Teatro Español desde 1939: Movimientos y Dramaturgos Esenciales

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El Teatro Español de Posguerra: Un Panorama Complejo (1939 en Adelante)

Tras la Guerra Civil española, el panorama teatral, a diferencia de la novela y la poesía, no fue demasiado prometedor. Se caracterizó por obras dramáticas de baja calidad y mediocridad. Diversos factores contribuyeron a esta situación, como las trágicas muertes de Federico García Lorca, Miguel Hernández y Ramón María del Valle-Inclán, el exilio de autores teatrales como Max Aub, la censura previa, la deficiente preparación de los actores, un público mayoritariamente burgués y acomodado con un interés fundamentalmente económico, y el centralismo, que redujo la actividad teatral a Madrid y Barcelona.

Años 40: Continuación de Tendencias Tradicionales

El teatro que se escribió en estos primeros años de posguerra fue predominantemente comercial y conservador. Su única finalidad era "hacer reír" al espectador, caracterizándose por un afán de evasión; el público deseaba un teatro donde pudiera olvidar la dura realidad. Se agrupó principalmente en dos corrientes:

Teatro Burgués

Un teatro amable, divertido e ingenioso, con obras de tono elegante y moralizador en su crítica de costumbres. Había una preocupación por la "obra bien hecha": diálogos cuidadosamente elaborados, atención a los valores literarios y habilidad en la construcción de la trama. La temática típica burguesa incluía la infidelidad matrimonial y los conflictos entre padres e hijos. Los personajes pertenecían a la clase media-alta, sin problemas económicos, y los ambientes eran confortables con escenografías de lujo.

  • Hay siete pecados, José María Pemán
  • Cuando llegue la noche, Joaquín Calvo Sotelo
  • Dos mujeres a las nueve, Juan Ignacio Luca de Tena

Teatro del Humor

Continuación de la línea iniciada por Pedro Muñoz Seca con sus comedias de astracán, buscando la carcajada fácil. El teatro de humor de posguerra se caracterizó por un humor de carácter innovador, con situaciones de fantasía e inverosímiles, cercanas al teatro del absurdo.

  • Eloísa está debajo de un almendro, Enrique Jardiel Poncela (E)
  • Tres sombreros de copa, Miguel Mihura (E)

Años 50: Teatro de Testimonio y Compromiso Social

A partir de los años 50, surgieron nuevas tendencias de género dramático que se desarrollaron de forma paralela al teatro del humor. Se situaron en la misma línea que la novela y la poesía social. Este fue un teatro poco innovador en sus formas, donde el contenido y el mensaje eran más importantes. Se buscaba la "obra bien hecha", con un desarrollo argumental lógico y consecuente. Se observaba la evolución psicológica de los personajes, y se perseguía la identificación del público con ellos.

  • Historia de una escalera, Antonio Buero Vallejo
  • Escuadra hacia la muerte, Alfonso Sastre

Años 60: El Teatro Social y sus Desafíos

Esta generación fue víctima de los efectos de la censura y la timidez de los empresarios teatrales, quienes no se atrevían a poner en escena un teatro que los comprometiera. La temática de estas obras era propia del realismo social. Los personajes eran víctimas de situaciones extremas, como la pobreza o la emigración. El lenguaje utilizado en los diálogos era preciso y muy cuidado. Las formas dramáticas partían de un realismo crítico.

  • Los inocentes de Moncloa, José Mª Rodríguez Méndez (E)
  • Petra regalada, Antonio Gala
  • El tintero, Carlos Muñiz
  • La camisa, Lauro Olmo
  • Los salvajes en Puente San Gil, José Mª Recuerda

Años 70 en Adelante: El Nuevo Teatro Español

Tras la muerte de Franco, los dramaturgos vieron la posibilidad de que un régimen democrático colocara este género en el lugar que le correspondía. Se desarrolló una actitud crítica respecto a la sociedad contemporánea, planteando la compleja problemática del ser humano y el ejercicio del poder. Se observó una destrucción interna del personaje, que dejó de ser "personaje-persona" para convertirse en "personaje-signo". El espectador no era un simple receptor, sino que participaba activamente en la representación. La acción y el lenguaje se escondían bajo parábolas, y con frecuencia se usaba la sátira para parodiar. El espacio escénico era invadido por objetos sonoros o visuales.

  • El arquitecto y el emperador de Asiria, Fernando Arrabal
  • Coronado y el toro, Francisco Nieva

Teatro Independiente

Esta corriente rechazó el teatro conservador y potenció la expresión corporal. Se desarrolló el teatro en la calle y se crearon compañías destacadas:

  • En Cataluña: Els Joglars, Els Comediants, El Tricicle
  • En Madrid: TEM, TEI, Los Goliardos
  • En Sevilla: La Cuadra

Teatro Neorrealista

Se abordaron temas contemporáneos con una estética realista y una moderada renovación formal. Hubo una predilección por la comedia, y los personajes expresaban una ruptura de la moral tradicional.

  • José Luis Alonso Santos: Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas
  • José Sanchís Sinisterra: ¡Ay Carmela!

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