Panorama del Teatro Español desde 1939: Evolución y Tendencias

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El Teatro Español desde 1939: Un Recorrido por sus Etapas

Teatro durante los años 40 y 50

Durante los años 40 y 50, el teatro español experimentó una continuación de las tendencias más tradicionales, aunque también se exploraron nuevos caminos. A mediados de los años 50, se intensificó el teatro social y realista. En los años 70, surgió un cansancio hacia el realismo social, dando lugar a intentos de experimentación que mantenían una carga crítica. Con la llegada de la democracia, se eliminaron muchos de los obstáculos que enfrentaba el teatro.

Comedia Burguesa y Teatro de Humor

En los años 40 y 50, la comedia burguesa ganó popularidad, caracterizada por una construcción teatral elaborada y la defensa de valores tradicionales. Destacan las comedias de salón y las obras de tesis, como las de Sotelo, así como el teatro de humor de José María Pemán. También surgió un teatro vanguardista de humor, con un tono absurdo, donde sobresalen autores como Poncela y Miguel Mihura. Poncela empleaba un ritmo de acción más rápido y acumulaba elementos absurdos, como en su obra "Eloísa está debajo de un almendro". Miguel Mihura es conocido por "Tres sombreros de copa".

Teatro en el Exilio

En el teatro en el exilio, destaca Casona con "La dama del alba", que emplea rasgos de obras teatrales anteriores a la Guerra Civil. Aub, con "San Juan", acusó a las naciones libres por no ayudar a las víctimas del nazismo.

Teatro Existencial de los Años 50

En la década de los 50, el teatro existencial dio lugar a un teatro serio, preocupado e inconformista. Obras como "Historia de una escalera" de Buero Vallejo y "Escuadra hacia la muerte" de Sastre son ejemplos de esta tendencia. Buero Vallejo unió lo social y lo existencial, empleando un mensaje ético. En la primera etapa de "Historia de una escalera", hay un enfoque existencial, mientras que en la segunda etapa predomina un enfoque social y ético con técnicas más complejas y dramas simbólicos, como en "Las Meninas". En su tercera etapa, sus contenidos sociales y políticos se volvieron más explícitos, como en "La detonación", cuyo protagonista es Larra.

Sastre defendió el teatro como un elemento revolucionario, aunque sus obras enfrentaron dificultades para ser estrenadas. Un ejemplo es "La taberna fantástica". Optó por un teatro extremista que apenas encontraba manera de representarse.

Teatro Social de los Años 60

El teatro social se mantuvo en los años 60. Destacan autores como Rodríguez Méndez ("Los inocentes de la Moncloa"), Martín Recuerda ("Los salvajes en Puente San Gil") y Antonio Gala ("Petra regalada").

Teatro de Vanguardia de los Años 70

En la década de los 70, se recuperaron las técnicas de vanguardia, predominando elementos simbólicos y vanguardistas. Se dio importancia a elementos extra verbales, como los sonoros y visuales. La temática se centró en la dictadura, la falta de libertad y la injusticia. Este teatro, a menudo soterrado, rara vez subió a los escenarios. Un ejemplo es "La carroza de plomo candente" de Francisco Nieva, quien creó un teatro de pánico presidido por el humor y la confusión, con temas frecuentes como la religión, la política y el amor.

En esta época, empezaron a surgir compañías de teatro independiente.

Teatro desde los Años 80 hasta la Actualidad

En los años 80 y 90, el teatro recibió un notable apoyo institucional. Aparecieron nuevos autores cultivadores de un teatro realista, como José Luis Alonso de Santos ("Bajarse al moro"), José Sanchis Sinisterra ("¡Ay, Carmela!") y Fermín Cabal ("Caballito del diablo").

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