Panorama del Teatro en España a Principios del Siglo XX: Tradición y Modernidad

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El Teatro Comercial: Comedia Burguesa, Teatro Cómico y Poético

A principios del siglo XX, el teatro español continuaba estancado en fórmulas del siglo XIX. Sin embargo, eran muchas las obras que se estrenaban y varias generaciones de dramaturgos coexistían. Al público burgués no le interesaban los problemas ideológicos ni las innovaciones. De ahí que el teatro que triunfaba fuera un teatro convencional y comercial, alejado de las renovaciones europeas. Algunos autores intentaron un teatro más renovador, aunque sus logros se localizaban más en lo literario que en lo escénico.

Características del Teatro Comercial

El teatro comercial contaba con la aceptación de un público amplio, rehuía las innovaciones y, salvo excepciones, tenía menor calidad literaria que el teatro renovador. En este teatro comercial se incluyen varias tendencias: la comedia realista o burguesa, el teatro cómico y el teatro poético.

La Comedia Realista o Burguesa

Es un teatro burgués, ya que sus temas predominantes son las costumbres sociales. Se desarrolla en un marco urbano y se dirige a la media y alta burguesía. Los decorados y el mobiliario son elegidos para reflejar el ambiente cotidiano.

Jacinto Benavente

Jacinto Benavente es el máximo representante de la comedia realista. Benavente se plegó a los gustos del público con obras poco conflictivas y obtuvo el Premio Nobel de Literatura. En su teatro utiliza varios ambientes, por eso cabe hablar de diferentes tipos de obras teatrales:

  • Dramas rurales como La malquerida.
  • Comedias ambientales y cosmopolitas como La noche del sábado.
  • Comedias burguesas como El nido ajeno.

Para Benavente, el teatro es un instrumento de evasión y de ilusión. El diálogo es fluido, el planteamiento es realista y los momentos álgidos transcurren fuera de la escena.

El Teatro Cómico

El teatro cómico sigue la tradición iniciada en el siglo XVIII. Como representantes sobresalen Carlos Arniches, los hermanos Álvarez Quintero y Pedro Muñoz Seca.

Carlos Arniches

Carlos Arniches tiene un grupo de comedias costumbristas. Un ejemplo de esta etapa sería El amigo Melquiades. Al segundo grupo pertenecen las tragedias grotescas. Estos sainetes son obras de ambiente madrileño donde aparecen chulapos con el habla castiza de Madrid. En cuanto al estilo, sobresale lo que se llamó la “dislocación expresiva”.

Los Hermanos Álvarez Quintero

Los hermanos Álvarez Quintero nos representan en sus sainetes una Andalucía superficial y sin problemas.

Pedro Muñoz Seca

Pedro Muñoz Seca crea el género del astracán, farsa teatral con situaciones disparatadas.

El Teatro Poético

Se trata de un teatro de evasión en el que se eluden las circunstancias negativas del presente mediante la evocación del pasado imperial de nuestro país, para que sirva de consuelo ante el pesimismo social sembrado por la Crisis del 98.

Eduardo Marquina

Eduardo Marquina tuvo un gran éxito de público y cultivó en verso dramas históricos en los que exalta virtudes de la nobleza.

El Teatro Renovador: Tendencias y Autores Clave

A principios del siglo XX, el teatro español continuaba estancado en fórmulas del siglo XIX. Sin embargo, eran muchas las obras que se estrenaban y varias generaciones de dramaturgos coexistían. Al público burgués no le interesaban los problemas ideológicos ni las innovaciones. De ahí que el teatro que triunfaba fuera un teatro convencional y comercial, alejado de las renovaciones europeas. Algunos autores intentaron un teatro más renovador, aunque sus logros se localizaban más en lo literario que en lo escénico.

Dentro de las tendencias que intentan la renovación teatral destacan:

El Teatro de la Generación del 98

Representado por Unamuno y Azorín. Utilizan el teatro como vehículo para presentar los conflictos humanos que les obsesionan. Son dramas repletos de ideas con diálogos muy densos; no tienen interés por los aspectos escénicos, sino por el texto.

Azorín

Azorín combate la estética naturalista y lucha por un teatro antirrealista que incluya lo subconsciente y lo maravilloso.

El Teatro Novecentista

En él destaca Jacinto Grau, que fracasa en España pero es apreciado en Europa.

El Teatro de Vanguardia

Está representado por Ramón Gómez de la Serna, lo que le lleva a componer un teatro de difícil representación, recordando el teatro del absurdo o antiteatro que triunfa posteriormente en Europa. Destacan obras como El laberinto.

La Generación del 27

Tiene como representante a Alejandro Casona, que sobresale por su perfección constructiva, y Rafael Alberti, que contribuye a renovar la escena con piezas como Noche de guerra en el Museo del Prado.

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