Panorama Energético de España: Recursos, Consumo y Desafíos Geológicos
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Las Fuentes de Energía en España: Contexto y Desafíos
Las fuentes de energía son los recursos que proporcionan la fuerza necesaria para llevar a cabo un trabajo, cuyo uso resulta imprescindible para cualquier actividad económica.
España es un ejemplo de desequilibrio y dependencia energética, puesto que el consumo de energía supera claramente a la producción interior.
El Consumo Energético en España
El consumo energético de España se aceleró durante la década de 1960 con el desarrollo industrial, urbano y del transporte, y sigue en aumento desde esa fecha.
Por sectores, la industria tiende a reducir el consumo energético, ya que se han implantado tecnologías para reducir costes y aumentar la competitividad. En cambio, se ha incrementado en el sector de los transportes, el de los hogares y el de los servicios.
El carbón ha sido sustituido por el petróleo, sobre todo desde la década de 1960, que sigue siendo la fuente de energía más consumida, seguida del carbón, de la nuclear y las energías renovables.
La Producción Interior de Energía
La producción interior de energía procede principalmente de la energía nuclear y del carbón.
El Autoabastecimiento Energético
El autoabastecimiento energético, o relación entre la producción interior y el consumo, es, por tanto, muy bajo (18% en 2007). Este hecho obliga a recurrir a costosas importaciones, que suponen una dependencia externa de un sector estratégico para el país.
Principales Fuentes de Energía Primaria
Las fuentes de energía primaria están constituidas por los recursos energéticos tal y como se encuentran en la naturaleza, sin ninguna transformación.
El Carbón
Es una roca estratificada combustible formada por la descomposición de restos vegetales a lo largo de millones de años, y destacan la antracita y la hulla (con más poder calorífico) y el lignito.
Durante la Primera Revolución Industrial, el carbón tuvo un papel hegemónico que se desarrolló hasta los años de la posguerra, ya que el aislamiento en el que se vio sometido el país le impidió la incorporación de otras tecnologías. El final de la autarquía supuso su masiva sustitución por el petróleo. La crisis energética de 1973 impulsó de nuevo el consumo para reducir la dependencia del petróleo por su elevado coste, pero desde 1984, mientras que el consumo se mantiene, la producción nacional desciende por los problemas que acarrea la extracción del carbón, la cual es cara, siendo el carbón nacional seis veces más caro que el importado. Algunos ricos yacimientos ya se han agotado y otros son de baja calidad, lo que limita su uso. Además, ha disminuido la demanda doméstica e industrial.
La entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) liberalizó los precios frente al proteccionismo tradicional y obligó a realizar una reconversión en 1990, que ha supuesto el cierre de numerosas minas y la concesión de ayudas para desarrollar actividades alternativas. No obstante, las minas más productivas se mantienen protegidas gracias a las subvenciones.
La Producción Interior de Carbón
La producción interior de carbón se localiza en trece grandes cuencas mineras, entre las que destaca la asturiana-leonesa-palentina y la de Teruel, pero son insuficientes, por lo que se le suma el carbón importado más barato (Estados Unidos, Sudáfrica, Australia e Indonesia).
El Destino del Carbón
El destino del carbón son las industrias siderúrgica y la cementera; las calefacciones domésticas; y sobre todo, la producción de electricidad en centrales térmicas (80%), situadas cerca de los yacimientos, en las costas (carbón importado) o cerca de grandes ciudades a las que abastecen como Bilbao o Barcelona.