Del Paleolítico al Neolítico en la Península Ibérica: Claves de una Revolución

Las diferencias fundamentales que ocurren entre ambos períodos se relacionan con los cambios climáticos y la evolución que experimentó el ser humano, que aprendió a cultivar la tierra y a domesticar los animales. En la Península Ibérica, los restos más antiguos están datados en torno a 1.400.000 – 1.300.000 años. La presencia de humanos anatómicamente modernos (Homo sapiens) en el Paleolítico ronda los 30.000 – 35.000 años.

El Paleolítico: La Era de los Cazadores-Recolectores

Economía y Sociedad

En este período prehistórico, la economía era depredadora; es decir, que, por medio de la caza y la recolección de frutos, los humanos aprovechaban los bienes que la naturaleza les ofrecía, pero aún no eran capaces de producir esos bienes que consumían. En lo social, el ser humano vivía en pequeñas tribus o grupos nómadas, desplazándose de un sitio a otro con una organización muy elemental, buscando lo necesario para su supervivencia. Probablemente, aún no había una especialización o división clara del trabajo.

Tecnología y Yacimientos

En el aspecto tecnológico, encontramos una industria lítica refinada y muy diversa, que se complementa con utensilios de hueso, cuerno o marfil decorados y bastante sofisticados (como los propulsores o los arpones). Encontramos algunos yacimientos importantes del Paleolítico en Atapuerca (Burgos) y en el centro y norte peninsular.

El Neolítico: La Revolución de la Producción

En la Península Ibérica, las primeras sociedades neolíticas se identifican con claridad entre el 6000 y el 3000 a.C. y suponen un cambio radical en el modo de vida.

Economía y Sociedad

Desarrollaron una economía productiva: los humanos son capaces de producir, por medio de la agricultura y la ganadería, los bienes que consumen, lo que les permite desarrollar otras actividades (textil, comercio, cerámica), expandir su sociedad y colonizar territorios. A partir de este momento aparece el sedentarismo: las sociedades humanas permanecen en una región que les brinda diversos recursos. El ser humano comenzó a formar sociedades y civilizaciones más complejas en todos los sentidos, apareciendo la división técnica, social y hasta sexual del trabajo.

Tecnología y Yacimientos

En el ámbito tecnológico, se desarrollaron útiles agrícolas, como las azadas, hoces y molinos de mano, y adquirieron un gran desarrollo los instrumentos de madera, asta y hueso. Sobre todo, se extendió la cerámica, que fue primordial para la conservación de los alimentos y su cocción. Encontramos algunos yacimientos relevantes del Neolítico en:

• Valencia
• Almería
• Cataluña