El Paleolítico y Epipaleolítico en la Península Ibérica: Evolución Humana, Arte y Adaptación

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PALEOLÍTICO

Es el periodo más largo de la Prehistoria. Se extiende por la Península Ibérica desde el 800.000 hasta el 8.000 a.C. A lo largo de este tiempo, tiene lugar un proceso de hominización, desde las especies de Homo más antiguas hasta el Homo sapiens. Los hombres del Paleolítico son recolectores y cazadores o depredadores: viven de la caza, la pesca, la recolección y la carroña, y fabrican utensilios de piedra. Existen restos fósiles de diferentes tipos de Homo en la Península de cada una de las etapas en las que se divide el Paleolítico.

Paleolítico Inferior

Abarca desde el 800.000 al 250.000 a.C. A este periodo pertenecen la mayoría de los restos fósiles encontrados en Atapuerca. Los más antiguos son del Homo antecessor y los posteriores, del Homo heidelbergensis. Junto a ellos se han encontrado cantos y rocas con un filo cortante por un lado (industria de cantos trabajados) y, en etapas muy posteriores, herramientas que se empiezan a tallar por las dos caras, llamadas bifaces.

Paleolítico Medio

Se extiende del 250.000 al 33.000 a.C. En este periodo situamos al Homo neanderthalensis (hombre de Neandertal), quien dominaba el fuego y practicaba ritos funerarios.

Paleolítico Superior

Comprende del 33.000 al 8.000 a.C. Aparece el Homo sapiens sapiens, que habitaba en cuevas. Sus instrumentos de piedra son más pequeños y variados; además, utilizan otros materiales como el hueso y el marfil.

Pintura Parietal

  • No se podía copiar directamente de lo natural; se trabajaba con el recuerdo y la abstracción.
  • Las representaciones son figurativas, aunque no son copias exactas de la realidad, sino interpretaciones o síntesis.
  • Se representan los elementos básicos, a menudo con simbolismo, incluyendo posibles símbolos sexuales.
  • Predomina la representación de animales. En algunas escenas se mezcla la figura animal y la humana, especialmente en contextos de caza.
  • Los colores (pigmentos) son extraídos de la naturaleza: negro (carbón, manganeso), rojo, ocre (óxidos de hierro) y, ocasionalmente, blanco (caolín).
  • Interpretaciones de la pintura:
    • Magia propiciatoria: se representaban aquellos animales que se quería cazar.
    • Culto a la fertilidad: representación de hembras preñadas.
    • Chamanismo o rituales: animales cuya presencia no es deseada (depredadores) o figuras mitológicas.
  • Símbolos sexuales (según algunas interpretaciones, como las de Leroi-Gourhan):
    • Masculino: representados por formas alargadas como flechas, bastones o series de puntos.
    • Femenino: representados por formas cerradas o triangulares como vulvas, triángulos o tectiformes.
  • Una concentración importante de la pintura parietal franco-cantábrica se encuentra en el norte de la Península Ibérica, destacando la cueva de Altamira. (Nota: el 90% es una cifra difícil de verificar y podría ser una simplificación).

EPIPALEOLÍTICO

Es la etapa de transición dentro de la Prehistoria, posterior al Paleolítico Superior, en la que se produce un importante cambio climático: el final de la última glaciación (Würm), que conlleva un progresivo calentamiento de la Tierra. Estos cambios climáticos provocan modificaciones en la fauna y la flora: desaparecen grandes herbívoros adaptados al frío y aparecen nuevas especies y paisajes boscosos. El ser humano ha de adaptarse a estas nuevas condiciones ambientales, desarrollando nuevas estrategias de subsistencia que, con el tiempo, darán lugar al Neolítico (con la aparición de la agricultura y la ganadería).

Características del Epipaleolítico:

  • Se intensifica la recolección de vegetales, incluyendo semillas y frutos, y se desarrollan técnicas para su posible almacenamiento.
  • La pintura rupestre experimenta cambios, destacando el arte levantino en la Península Ibérica, con escenas más narrativas y esquemáticas, realizadas en abrigos rocosos al aire libre.
  • Aunque la agricultura y la ganadería plenas son propias del Neolítico, en el Epipaleolítico se observan los primeros pasos hacia la domesticación de algunas especies (como el perro) y una gestión más intensiva de los recursos.
  • Pueden aparecer indicios de mayor complejidad social, como posibles enfrentamientos (representados en el arte levantino), una incipiente división del trabajo y el uso continuado de cuevas y la construcción de chozas o cabañas más estables en algunos casos.

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