Palacio de Comares en la Alhambra: Arquitectura, Historia y Simbolismo Nazarí
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El Palacio de Comares: Esplendor Nazarí en la Alhambra
1. Introducción y Contexto Histórico
El Palacio de Comares, núcleo fundamental de la Alhambra, es una obra cumbre de la arquitectura nazarí. Su construcción se inició bajo el reinado de Yusuf I y fue completada por su hijo, Muhammad V, en la segunda mitad del siglo XIV, antes del año 1354. Fue erigido sobre los cimientos de un palacio anterior de Ismail I, que Yusuf I decidió derruir para dar paso a esta nueva edificación.
En este conjunto se conservan los restos de mayor calidad artística y arquitectónica del complejo palaciego.
2. El Patio de los Arrayanes (Patio de Comares)
Tras un pasillo estrecho con recovecos, se accede al Patio de los Arrayanes, también conocido como Patio de Comares. De planta rectangular, su nombre proviene de los setos de arrayán que flanquean la gran alberca central. Esta alberca, con dos pequeños surtidores en los extremos, destaca por la importancia del reflejo en el agua, un elemento estético recurrente en la arquitectura islámica.
En los lados cortos del patio, se alzan dos pórticos enfrentados. En los lados largos, se distribuían las estancias o aposentos de las esposas del sultán, organizadas en dos niveles. El piso superior se utilizaba durante el invierno. En el lado oriental, se encuentra la puerta que conduce a los Baños Reales. La fachada principal, situada en el lado norte, es notable por su simetría.
Elementos arquitectónicos comunes en el palacio incluyen arcos de medio punto peraltados con interiores angrelados, yeserías abigarradas, medallones en resalto y puertas enmarcadas por cerámica. En la parte superior, las techumbres de madera son arrocabes sobre modillones de rollo.
3. La Sala de la Barca y el Salón de los Embajadores
El Gran Torreón de Comares está precedido por la Sala de la Barca, un espacio de paso alargado y estrecho. Esta sala debe su nombre a su peculiar techumbre en forma de casco de barco invertido. Sus muros están cubiertos por yeserías con inscripciones que repiten la palabra “Baraka” (bendición). Funciona como vestíbulo del Salón de los Embajadores y, en verano, como cámara real. Su techumbre, que se quemó en el siglo XIX, fue objeto de una reconstrucción exacta posterior, y sus pechinas de mocárabe dan paso a una terminación semiesférica.
El Salón de los Embajadores: Centro del Poder Nazarí
El Salón de los Embajadores es el espacio más importante de la Alhambra, concebido como el salón del trono o de recepciones. Era un lugar clave para la propaganda política, exaltando el poder del califa y sirviendo como punto de encuentro para embajadores.
Este salón está diseñado como una qubba: un espacio cuadrado cubierto por una cúpula, rodeado por tres pequeñas estancias que, a través de balcones, ofrecen vistas panorámicas al paisaje, funcionando como miradores. Su carácter es siempre conmemorativo. En eje con la puerta, se situaba el lugar donde Yusuf I recibía a sus visitantes.
La decoración del Salón es profusa y abigarrada. La parte inferior de los muros es metálica, mientras que la superior está adornada con yeserías policromadas que presentan diversos efectos geométricos. La techumbre de madera original es una de las obras maestras del arte hispanomusulmán: una bóveda o armadura de madera ataujerada (cuya estructura no es visible), de tipo esquifada (dividida en paños), apoyada sobre un friso de mocárabes. Esta bóveda posee un profundo significado: es una bóveda astral, una evocación del paraíso, bajo la cual se colocaba el sultán, un modelo que se repite constantemente en la arquitectura nazarí.
4. Los Baños Reales
Los Baños Reales, ubicados entre el Palacio de Comares y el de los Leones, fueron construidos por Ismail I y Yusuf I. Han experimentado numerosas reconstrucciones, especialmente en el siglo XIX. El acceso se realiza por la parte norte del Palacio de Comares, a través de unas escaleras, y se encuentran ligeramente hundidos con respecto al Patio de Comares, siguiendo el modelo de baño romano.
El espacio se organiza en un Apodyterium o vestidor, seguido de tres habitaciones sucesivas que progresan de frío a caliente, y finalmente, estancias para los servicios. Desde aquí parte el Hypocaustum, el sistema de calefacción que permitía caldear las estancias.
Se conserva en buen estado la sala de reposo o Sala de las Camas. Esta sala es una qubba cuya techumbre se apoya sobre cuatro columnas, y en el centro, una pequeña fuente. El conjunto cuenta con dos pisos y una techumbre de madera; los segundos pisos estaban destinados al cuerpo de guardia y como estancia para el personal encargado del cuidado de los baños.
En general, sobre las columnas se encuentran capiteles y zapatas que soportan el peso de las galerías superiores.