Paisajes agrarios de España: Atlántico, Mediterráneo, Canarias y Montaña
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Los paisajes agrarios de España se dividen en cuatro regiones principales: Atlántico, Mediterráneo, Canarias y Montaña.
A. Los paisajes de la España atlántica
Se localizan en el norte y el noroeste peninsular y comprenden las provincias gallegas, Asturias, Cantabria, las provincias vascas, el norte de Navarra, Huesca y Lérida. También se halla en zonas al sur de la Cordillera Cantábrica, como el norte de las provincias de León o Palencia. El poblamiento predominante es disperso, más frecuente en forma de aldea o parroquia que de casa aislada o caserío. En general, predomina el minifundio, con más explotación ganadera (bovino) y forestal que agrícola, pudiendo encontrarse algunos paisajes característicos como las zonas de viñedo, en donde destacan denominaciones de origen en áreas reducidas como Albariño (Pontevedra) y Ribeira Sacra (Orense-Lugo) en las laderas de los valles de los ríos Miño y Sil.
B. Los paisajes de la España mediterránea
Se localizan en el interior de la Península (submesetas, Depresión del Ebro e interior montañoso de Andalucía) y en litoral mediterráneo.
En el interior hay que diferenciar:
- La cuenca del Duero (Comunidad de Castilla León). Zona básicamente cerealística de secano, aunque también con amplias áreas de regadío. Se hace rotación de cultivos con la ganadería ovina. Hay grandes extensiones de viñedo en la ribera del Duero.
- La cuenca del Tajo (Comunidad de Castilla la Mancha). Muy especializada en el cultivo de secano de la vid, a veces combinada con olivo. También hay amplias extensiones de regadío con cultivos industriales y hortícolas.
- Extremadura. La unidad de explotación más característica es la dehesa, dedicada a la ganadería extensiva. También se encuentran extensas áreas de regadío en las cuencas del Tajo y el Guadiana en donde se desarrollan cultivos industriales y hortofrutícolas. Los paisajes de dehesa se encuentran también en Salamanca, Zamora y Andalucía.
- Valle del Ebro: Rioja, Navarra, Aragón, Lérida, Tarragona. Combinan los secanos extensivos de la trilogía mediterránea con el regadío (frutales, cultivos industriales y forrajes) en propiedades pequeñas muy vinculadas a la industria conservera.
- Castilla La Mancha, seguida después de la Ribera del Duero, la Rioja y el Somontano aragonés cultivan casi la mitad del viñedo español. En el interior de Andalucía, especialmente en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, además de Badajoz y Ciudad Real, se encuentra el 75% de los olivares españoles.
En la zona litoral mediterránea se incluye el litoral mediterráneo y suratlántico, así como buena parte de la zona entre el valle del Guadalquivir y Sierra Morena. La escasez de precipitaciones, junto con los suelos fértiles, hacen que aquí se localice casi la mitad del regadío español. Las formas de propiedad varían entre Andalucía (latifundio) y el resto (minifundios y medianas propiedades).
- Andalucía. Combina grandes extensiones de cultivos de secano (trigo, cebada, olivo, vid) con la creciente implantación del regadío en cultivos hortofrutícolas diversos (en el sudeste de Granada, y Almería, con explotaciones agrarias de menor dimensión hallan plantaciones de cultivos tropicales (aguacate, chirimoya, mango, …) así como horticultura intensiva al aire libre y precoz bajo plástico.
- Comunidades de Valencia y Murcia. Zona dominada casi en su totalidad por el regadío, con predominio de cultivos de huerta y cítricos.
- Cataluña. Aunque prima la ganadería sobre la agricultura, también hay amplias superficies de cultivos hortofrutícolas. Se combinan el secano (vid, olivo), con el regadío (frutales). Es muy importante la cabaña de ganadería bovina y porcina, intensiva y en grandes granjas.
- Islas Baleares. Su territorio agrario va en descenso debido a la fuerte presión del turismo. Conviven pequeñas y grandes propiedades, así como secanos y regadíos en expansión.
C. Los paisajes agrarios de Canarias
El espacio agrario es menos de una quinta parte de la superficie total y el poblamiento rural tradicional es concentrado, en forma de caseríos y pueblos pequeños.
- En las zonas litorales predomina el monocultivo destinado a la exportación (plátano, tomate, patata extratemprana), los cultivos bajo plástico (flores, hortalizas) y nuevas plantaciones tropicales (mango, papaya, aguacate). Suelen ser grandes explotaciones en las cuales se utiliza el regadío.
- En las zonas medias y altas se da una agricultura de secano tradicional orientada al autoconsumo más que al mercado, con cultivos como la vid y la patata dispuestos con frecuencia en terrazas. Asociada a la actividad agrícola puede presentarse una pequeña cabaña de ganado ovino y caprino.
D. Los paisajes de montaña
Debido a las duras condiciones del medio físico el poblamiento es escaso y disperso, en pequeños núcleos localizados en los valles. Predomina la pequeña propiedad en parcelas cerradas, aunque también es frecuente la existencia de montes y pastizales de propiedad pública para aprovechamiento exclusivo de los vecinos.
Los usos del suelo se escalonan según las condiciones climáticas:
- Agricultura en el fondo de los valles.
- Explotación forestal en los bosques de las vertientes. También pueden aparecer zonas de bancales con almendros y olivos en zonas cercanas al Mediterráneo.
- Ganadería extensiva en los pastos y matorrales de las cumbres, con diferencias según el área climática (bovina u ovina en el norte, ovina y caprina en la montaña mediterránea).