Orígenes y Focos de la Poesía Lírica Medieval en la Península Ibérica
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 5,27 KB
La Primera Lírica en la Península Ibérica
La expresión lírica ha existido siempre, ya que surgió en los primeros momentos de las sociedades humanas. Se transmitía oralmente, por lo que no conservamos demasiados ejemplos de su existencia temprana ni podemos establecer una fecha inicial precisa. En la Península Ibérica, ya en la antigüedad, eran apreciadas las canciones y las bailarinas de la Bética (actual Andalucía).
A partir del siglo XIII, se empezó a recopilar en cancioneros tanto la poesía lírica culta como la popular. Los escritores cultos de la época mostraron interés por la poesía del pueblo, llegando incluso a imitarla. Este periodo se caracterizó por la coexistencia de distintas religiones, culturas y lenguas. Las lenguas romances emergentes (como el gallego o el catalán) encontraron en la expresión poética un vehículo de prestigio. Un ejemplo notable es Alfonso X el Sabio, quien escribía su poesía lírica en gallego.
Focos de la Poesía Lírica Peninsular
Poesía Lírica Culta Árabe, Judía y Lírica Mozárabe (Jarchas)
Los poetas árabes y judíos que residían en al-Ándalus se interesaron por las canciones populares de los cristianos que vivían en territorio musulmán (los mozárabes). Tanto poetas árabes como hebreos incorporaron estas cancioncillas: al final de sus propios poemas cultos (llamados moaxajas en árabe) incluían la lírica popular mozárabe que oían, transcrita fonéticamente con caracteres árabes o hebreos. Estos breves poemas finales en lengua romance son las jarchas, consideradas los primeros testimonios escritos de la lírica en lengua romance peninsular.
Poesía Lírica Castellana
En la zona de Castilla también hubo manifestaciones de poesía lírica popular. Eran composiciones anónimas, propias del pueblo, que se utilizaban en festividades, durante las labores agrícolas cíclicas, en la recepción de los guerreros, en juegos o para expresar sentimientos amorosos. Al ser consideradas de menor valor artístico en su tiempo, apenas quedan restos directos en los cancioneros. Sin embargo, encontramos referencias y ecos de ellas en las crónicas y, sobre todo, en el teatro de los siglos XVI y XVII, que a menudo reflejaba al campesino y sus cantos tradicionales.
Poesía Lírica Gallego-Portuguesa
Esta vertiente lírica estaba escrita en lengua gallego-portuguesa y floreció principalmente en la zona de Galicia y Portugal. El gallego-portugués alcanzó un gran prestigio como lengua poética, hasta el punto de que incluso poetas de otras regiones, como el propio rey castellano Alfonso X, la utilizaron para sus composiciones líricas. Se trata de una lírica mayoritariamente culta, con más de 150 autores conocidos, de la que se conservan unos 2000 poemas. Un ejemplo fundamental son las Cantigas de Santa María, atribuidas a Alfonso X el Sabio. En esta obra, el rey compuso 427 cantigas (canciones) para expresar su devoción a la Virgen María, incluyendo alabanzas y narraciones de milagros (cantigas narrativas). Estas composiciones fueron concebidas con acompañamiento musical y, en los códices conservados, se presentan junto a valiosas miniaturas.
Poesía Lírica Catalana-Provenzal
Mientras en el oeste peninsular se prefería el gallego-portugués para la lírica, en el área de la Corona de Aragón, especialmente en Cataluña, se adoptó el provenzal. El rey de Aragón Alfonso II fue apodado «el Trovador» por su afición a la poesía lírica y por ser él mismo compositor de poemas. Conocía la lengua provenzal y contribuyó a extender su uso poético en Cataluña.
El provenzal (u occitano) era una lengua románica hablada en la zona sureste de la actual Francia. Allí surgió, ya en el siglo XI, una refinada poesía lírica culta en lengua romance, cuyos autores se llamaban trovadores. Esta escuela poética influyó enormemente en toda la lírica medieval europea. El trovador era un poeta-músico que creaba tanto el texto como la melodía de sus composiciones, destinadas a ser escuchadas, a menudo en ambientes cortesanos. De su difusión se encargaban principalmente los juglares, artistas itinerantes que también difundían los cantares de gesta.
Los trovadores eran muy rigurosos con la composición musical, la métrica (versos y rimas) y poseían buenos conocimientos de la retórica clásica. Sus poemas se encuentran recopilados en cancioneros datados entre los siglos XII y XIV, que servían de repertorio para los juglares.
Había dos formas principales en la lírica trovadoresca:
- La cansó: Era la forma por excelencia de la poesía amorosa, vehículo del amor cortés. Este concepto poético idealizaba la relación amorosa, a menudo adúltera, regulada por un código de comportamiento similar al vasallaje feudal, donde el poeta (amante) servía a una dama idealizada y generalmente inaccesible.
- El sirventés: Similar en la forma métrica a la cansó, pero diferente en su temática. Abordaba asuntos como el ataque personal o político, la sátira de costumbres, la propaganda, la moralización o la disputa literaria.