Orígenes y Evolución de la Iglesia Medieval: Poder, Disidencias y Legado Cultural
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Génesis de la Iglesia Medieval
La periodización de la historia de la Iglesia presenta las mismas dificultades que la periodización de la Edad Media. Abarcaría, grosso modo:
- Época en la que aparecen los apóstoles (siglo I)
- Época de persecución (siglos II-III)
- Época de libertad de culto (siglo IV): Edicto de Milán (313) con Constantino.
Aunque fue con el Edicto de Tesalónica (380), con el emperador Teodosio, cuando la Iglesia se oficializa, aparece una alianza entre Iglesia y poder. Sin embargo, a pesar del gran fortalecimiento que experimenta, la Iglesia tuvo que hacer frente a graves problemas internos: el paganismo y las herejías.
Primeras Disidencias Heterodoxas
Durante los siglos IV y V se produce una expansión fulgurante de la Iglesia, aunque con una débil cohesión, sin estructura, y con un papado novel y débil. Por ello, aparecen dos núcleos eclesiásticos diferentes y distantes: uno en Oriente (Bizancio) y otro en Occidente (Roma). Con ellos aparecen las diferentes disidencias religiosas, las herejías.
Oriente:
- Gnosticismo: Doctrina filosófica y religiosa que mezcla creencias cristianas con judaicas y orientales. Floreció sobre todo en Alejandría en el siglo II.
- Maniqueísmo: Fundada por Mani en el siglo III. No creía en el libre albedrío y rechazaba el Antiguo Testamento y parte del Nuevo.
- Arrianismo: Definido por Arrio (presbítero de Alejandría) en el siglo IV. Tuvo mucha fuerza en la sociedad de los pueblos germánicos.
Occidente:
- Donatismo: Surgió en Cartago con el obispo Donato durante los siglos IV y V, como reacción frente a los sacerdotes que se habían doblegado a los edictos de Diocleciano considerados traidores (traditores).
- Priscilianismo: Herejía típicamente hispana en los siglos IV y VI. Prisciliano fue condenado a muerte y honrado, junto a sus discípulos, como mártires en Galicia.
- Pelagianismo: Pelagio, monje bretón, pensaba que el hombre se bastaba por sí para evitar el pecado y colocarse en el camino de la salvación. El pelagianismo se mantuvo firme en amplios sectores de la sociedad bretona.
- Adopcionismo: Defendida por Elipando (metropolitano de Toledo) en el siglo VIII, surge en los reinos hispanos. Pero fue el Beato de Liébana quien acabó con ella.
Organización Institucional
La Iglesia asumió las estructuras romanas para plasmar un aparato jerárquico.
El Pontificado
La cabeza institucional de la Iglesia era el pontificado. El problema era dónde ubicar la sede. Con el tiempo se logró la consolidación del papado y la unificación litúrgica (todos rezaban lo mismo). Todo ello, confirmado más tarde por Carlomagno, cuando añade los territorios de Ferrara y Bolonia que tenían los lombardos.
Obispos y Presbíteros
El gobierno de la Iglesia se basó en 3 grupos: obispos, presbíteros y diáconos. Hasta los primeros tiempos del medievo, el diaconado sería también desempeñado por mujeres.
El candidato a obispo debía ser varón, bautizado, presbítero y contar al menos con 30 años de edad. Era como si procediesen del estamento nobiliario, por lo que en la elección del obispo intervenían el clero y los laicos más influyentes.
El obispo está a la cabeza de la diócesis (territorio sobre el que ejerce jurisdicción). El Papa le hacía entrega de este territorio para que lo gobernase en cooperación con los presbíteros. El primado o primacía era un título honorífico que se le concedía a determinadas archidiócesis (diócesis con rango superior) por ser muy antigua o tener relevancia histórica.
Concilios
Los concilios son asambleas de diferentes obispos con la posible asistencia de ciertos presbíteros e, incluso, laicos donde se tratan asuntos importantes. Los concilios nacionales estarían en un nivel inferior y, por último, los concilios provinciales en el que intervienen los obispos y determinados clérigos de una provincia eclesiástica y tiene que ser convocado por el metropolitano que lo preside.
Sínodos Diocesanos
Reuniones convocadas y presididas por el obispo con el objetivo de examinar el estado de la diócesis, así como debatir y aprobar resoluciones para su buena marcha. Los posibles defectos se corrigen mediante la promulgación de los correspondientes estatutos sinodiales.
El Monacato Céltico
Irlanda fue el primer territorio más allá del Imperio Romano que se convirtió al cristianismo mediante misioneros. San Columbano el Viejo organizó el monacato de Escocia y San Columbano el Joven el de la Galia. Su legado tardó en imponerse, pero el benedictismo se convertiría en el más importante punto de referencia de todas las formas monásticas del occidente medieval.
El Monacato Hispano
La forma de vida monacal también llegó a España, a través de África y de Roma. Con la llegada de los musulmanes (711) el monacato cristiano sobrevivió con los mozárabes como los de Córdoba y Toledo.
La Iglesia como Heredera de la Cultura Clásica
Derrotado el paganismo cultural en los primeros años del siglo V, los eclesiásticos se convertirán en los auténticos intelectuales del momento, aunque la Iglesia actuó más bien como receptora y transmisora, rara vez su labor se basó en lo creativo, se basó fundamentalmente en la recopilación y síntesis.
En Italia, Severino Boecio (480-525), en cuya obra define conceptos como eternidad, beatitud o persona (consolidación de la filosofía). El Papa Gregorio Magno, fue un escrito prolífico y su obra está dirigida tanto al pueblo cristiano como al clero.
En la Galia destaca el obispo galorromano Gregorio de Tours con su “Historia Francorum” en deficiente latín de mediados del siglo VI. La herencia de Beda fue seguida por su discípulo Egberto, obispo de York.
En África y la España visigoda surgen San Agustín y San Isidoro de Sevilla. De África también procedía Marciano Capella que popularizó la división de las artes liberales en trivium (gramática, retórica y dialéctica) y quadrivium (aritmética, astronomía y música). Fue la obra más leída por los maestros de la alta Edad Media y a su muerte nadie dudó de su santidad y sus restos fueron trasladados a León por Fernando I, primer rey de Castilla y León en 1053.
La Iglesia y los Laicos. La Religiosidad Popular
A pesar del triunfo del cristianismo en el siglo V su implantación resultó muy problemática.
Para empezar, se impuso la doctrina de los sacramentos. El matrimonio fue considerado como el estado ideal de los laicos, como única forma de vida honorable fuera de la vida clerical o monacal, aunque siempre inferior a la virginidad. Describe el clima de devoción popular hacia Jesucristo cuando visitó la Tierra Santa.
De todas formas, el principal instrumento para llegar a la población era la predicación. La Iglesia se fue acoplando a las lenguas vernáculas, prohibió crueles y sangrientos juegos circenses, dictó normas sobre el tratamiento de los esclavos, el rapto, adulterio, homosexualidad y prostitución.
Con la expansión del cristianismo fue creciendo la construcción de templos, monasterios y cementerios, así como martiria, lugares donde se realizaba el culto a los mártires en torno a su tumba.