Origen y Evolución de la Ciencia: Desde la Filosofía hasta la Actualidad
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Origen y Evolución de la Ciencia
El origen de la ciencia se remonta a la búsqueda del conocimiento por parte del ser humano. Lo que nos hace únicos es nuestra capacidad de transmitir esos conocimientos. La ciencia, como la conocemos hoy, surge en la modernidad y se consolida en la etapa contemporánea. La filosofía es considerada la madre de la ciencia, surgida en la Grecia clásica, y se basa en la búsqueda de explicaciones profundas a ciertos temas. Los filósofos eran considerados sabios.
Con la caída de la Grecia antigua y la consolidación del catolicismo, la religión se convierte en el sustento teórico del poder político. Las explicaciones pasaban por Dios, en un orden teocéntrico que abarcó del siglo V al XV. Esta época es considerada la "edad oscura" porque la sociedad no progresaba en términos de conocimiento científico.
Luego de la crisis del siglo XV, surge el proceso de secularización y el humanismo. Empiezan a aparecer nuevos filósofos, los iluministas, que explican que Dios no lo es todo, y que eventualmente acabarían con el feudalismo y el mundo teocéntrico, buscando explicaciones racionales. Estas ideas dieron pie al surgimiento de la ciencia moderna. Comienzan a aparecer los métodos científicos, basados en la experimentación. La burguesía se transforma en defensora de la ciencia, que a su vez se convierte en el sustento teórico de la política. La ciencia ha evolucionado y han aparecido nuevas corrientes, como el marxismo.
Corrientes Científicas: Positivismo y Marxismo
Según Ester Díaz, la primera corriente científica surge en el Círculo de Viena en 1929 y tiene su origen en la epistemología. Surge como una rama de la filosofía, se basa en cómo conocer y reflexiona sobre la ciencia. Fue la primera corriente en buscar cómo conocer con la razón, y se la denominó positivismo. Los positivistas sostenían que el sistema se presenta naturalmente y que el hombre no puede establecer cambios conscientes en el mismo. El hombre debe respetar ese sistema y, al mantenerse en armonía, se conseguiría el progreso. Era importante poner fin a las protestas. Establece a los conocimientos como leyes rígidas e indiscutibles. Le da más importancia a las ciencias sociales, donde era más fácil establecer leyes y experimentar. Buscaron aplicar las matemáticas a las ciencias sociales.
Para el marxismo, la revolución es el camino hacia una sociedad armoniosa, y el conflicto se encuentra dentro del mismo sistema debido a la existencia de injusticias por las diferentes clases sociales.
La Ciencia en Argentina
Durante la "década infame", comienza a surgir la ciencia en el país. Se cree en la necesidad del desarrollo de la ciencia para fines del gobierno. Existían quienes creían que la ciencia debía autofinanciarse, ser autónoma, y quienes creían en el financiamiento estatal, aunque esto la atara a las instituciones. La época condicionaba a que se diera más el segundo caso. Quienes se negaban emprendían proyectos independientes y otros se iban a otros países.
Con la dictadura de 1930, las Fuerzas Armadas institucionalizaron las actividades de investigación para el desarrollo de la industria y la armamentística. Se entendía que invertir en ciencia y educación era una inversión que daría excelentes resultados a futuro.
Durante el peronismo (1943-1955), se pragmatiza la ciencia, es decir, se la vuelve algo práctico. Perón creía que la ciencia debía estar al servicio del gobierno, planteando un modelo de industrialización, por lo que fomenta la investigación técnica a través de escuelas y universidades técnicas. Aun así, durante el gobierno de Perón se frena el desarrollo científico.
Durante la proscripción del peronismo, la ciencia avanza en los gobiernos democráticos de Illia y Frondizi, donde se reconoce a los científicos, con más esfuerzo individual que ayuda del Estado. Se invertía en la formación, pero no en infraestructura para la investigación.
Durante el neoliberalismo en Argentina, hay un fuerte retroceso en cuanto a investigación y desarrollo científico. El Estado busca desprenderse de la intervención estatal, perjudicando a la educación y la investigación. Se deja de invertir en ello porque se lo consideraba un gasto y no una inversión. La ciencia dependía directamente del poder del Estado y de sus inversiones económicas en su desarrollo.
Ester Díaz y Mario Sabino: Perspectivas sobre el Conocimiento
Sabino sostiene que al conocimiento se llega a través de un problema que genera que se cree una hipótesis para explicarlo. Díaz hace un análisis más específico para determinar el conocimiento científico. Tienen en cuenta muchos detalles, pero la principal diferencia radica en la forma en la que estudian el conocimiento.
Para Díaz, se trata de una serie de pasos que, según el método usado, va a considerarse científico o no. Hace un análisis muy minucioso de las características de los conocimientos. El conocimiento es una forma de interpretar la realidad y no una forma de resolver un problema. El conocimiento para Sabino se obtiene de manera natural y se va enriqueciendo con el tiempo, mientras que para Díaz se obtiene en relación con la realidad y es un modo de interpretarla.
Para ambos, el conocimiento científico se destaca de otros conocimientos, pero no de la misma manera. Para Sabino, se destaca como un problema, y para Díaz, en el modo de legitimación que se inicia con cualquier hecho luego de ser discutido. Para Sabino, el conocimiento científico es más que la ciencia sola, y para Díaz, la ciencia abarca mucho más que el conocimiento científico (instituciones e investigadores). Ambos coinciden en que el conocimiento científico se diferencia de otros tipos de conocimiento por el camino que se elige para llegar al mismo.
La Doble Revolución según Hobsbawm
Con la Doble Revolución se pone fin a la Edad Media y al régimen feudal, y comienza el camino a la modernidad. Hasta ese momento, había sido la religión el justificativo del Estado y de todo conocimiento, y no se aceptaban cuestionamientos, porque era un régimen teocéntrico. Hay un quiebre con aquel régimen y se origina uno nuevo, en el que la ciencia pasa a justificar al Estado. Surgen dos corrientes que buscan explicar esa justificación: el positivismo (corriente ganadora), que representaba los intereses de la burguesía, ya que el Estado de aquella época era burgués, y el marxismo, que representaba los intereses de las clases bajas.