Origen y Estructura del Régimen Señorial y la Sociedad Estamental Cristiana
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Origen y Características del Régimen Señorial y la Sociedad Estamental en el Ámbito Cristiano
El Régimen Señorial (Señorío)
El régimen señorial, también llamado señorío, consiste en la explotación de tierras agrarias por parte de unos vasallos. El dueño de estas tierras se llama señor. El contrato entre siervo y señor se llama feudo y establecía que los dueños permitían a una cantidad de siervos explotar las tierras que poseían.
Los señores solían ser nobles, altos cargos eclesiásticos o clérigos y monjes. Esta práctica, fundamental en la Edad Media, se consolidó y expandió en el territorio norte de la península ibérica (territorio cristiano) y, posteriormente, se fue aplicando en los terrenos reconquistados. Aunque sus orígenes son medievales, su estructura se mantuvo hasta el siglo XIX. La expansión de los señoríos facilitó el establecimiento de poblados, conventos, etc., contribuyendo a la extensión de la Iglesia Católica por Castilla.
La Sociedad Estamental
La sociedad estamental era aquella dividida por estamentos, donde se accedía a cada uno de ellos por nacimiento y sin poder pasarse de uno a otro (rigidez social). Durante la Edad Media se distinguen tres estamentos claramente diferenciados:
Nobleza y Realeza (Primer Estamento)
Compuesta principalmente por el 2% de la población, se sostenía en la gente dueña de tierras, alto poder adquisitivo, poder político, títulos nobiliarios y la figura del monarca.
Clase Baja o Popular (Tercer Estamento o Estado Llano)
Compuesta mayoritariamente por vasallos, gente de a pie y personas con poco poder adquisitivo, que normalmente servían a los señores. Es un grupo que abarca el 90% de la población y es muy heterogéneo, ya que se hallan personas pertenecientes a gremios, pequeños poseedores de tierras, jornaleros o simplemente esclavos, que se encontraban en las Islas Afortunadas o en América durante los siglos XV y XVI.
La Iglesia (Segundo Estamento o Clero)
Se consideraba dentro de este grupo a cualquier persona que desempeñara un cargo en la Iglesia Católica. Dentro de este estamento encontramos dos subgrupos diferenciados:
La Alta Iglesia (Alto Clero)
Los más altos cargos como obispos, cardenales, etc. Acostumbraban a tener un alto poder adquisitivo y poder político, y comúnmente se les relacionaba con la nobleza. Muchos de estos eran también dueños y gobernadores de tierras y/o territorios, como por ejemplo el cardenal Cisneros. Los reyes estaban aconsejados en ocasiones por estas personas. Eran los encargados de designar y de crear, con financiación de los reyes, las iglesias, así como de cristianizar a las personas durante la Reconquista.
La Baja Iglesia (Bajo Clero)
Compuesto por los cargos de la iglesia más minoritarios como monjes, monjas, curas, etc. Su trabajo consistía en explotar tierras (en el caso de los monjes) o de llevar la palabra de Dios y cristianizar los pueblos o los sitios más remotos (como los curas). Normalmente no tenían un alto poder adquisitivo. Se organizaban en órdenes, siendo las más famosas la de los jesuitas o la de los dominicos.