Oratoria Romana: Evolución, Cicerón y la Retórica Clásica

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Oratoria: El Arte de la Palabra en la Antigua Roma

La oratoria, producto literario en el discurso de la retórica, es, en esencia, el arte de la palabra. Fue un instrumento imprescindible para influir sobre la opinión pública en la lucha política en la antigua Roma. Surgió con el advenimiento de la República y se utilizó como medio para ejercer el poder. Además de su utilidad instrumental, se constituyó como un verdadero género literario sometido a una normativa, proceso en el cual fue esencial la influencia de la retórica griega.

La Influencia Griega y los Géneros Oratorios

Los rétores griegos llegaron a Roma a comienzos del siglo II a.C., encontrando un rechazo inicial. Sin embargo, su escuela logró implantarse en las clases cultas como elemento de educación y formación del ciudadano, siendo esencial en la enseñanza superior. Dentro del género oratorio, se distinguían tres subgéneros:

  • Genus demostrativum: Destinado a impresionar.
  • Genus deliberativum: Destinado a agradar.
  • Genus iudiciale: Encaminado a convencer.

En el siglo I a.C. se redactó el primer tratado latino de retórica, la Rhetorica ad Herennium, de autor desconocido.

Partes del Discurso

Un discurso oratorio clásico se componía de las siguientes partes:

  1. Exordium: Introducción breve del tema, limitada a un punto esencial.
  2. Narratio: Exposición de los hechos.
  3. Divisio: Incluye la confirmatio (exposición de las pruebas) y la confutatio (crítica de los argumentos del contrario).
  4. Conclusio: Parte final constituida por la enumeratio y la commiseratio.

La formación teórica del orador se completaba en el foro. Con la instauración del régimen imperial y la consiguiente merma de las libertades políticas, la actividad oratoria disminuyó, aunque nunca en el ámbito judicial.

La Oratoria Anterior a Cicerón

El conocimiento del género se debe principalmente al Brutus de Cicerón, que menciona como origen de la elocuencia las laudationes funebres. A caballo entre los siglos III y II a.C., destaca la figura de Marco Porcio Catón, brillante orador cuyos discursos no se han conservado.

La Oratoria Ciceroniana: Marco Tulio Cicerón

La oratoria romana alcanza su culminación con Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.).

Vida de Cicerón

Nacido en Arpinum en el 106 a.C. en una familia ecuestre acomodada, su formación en Roma corrió a cargo de los mejores maestros de retórica, jurisprudencia y filosofía. En el año 70 a.C., tuvo lugar el juicio de Verres, en el que Cicerón consolidó su fama como el mejor orador al derrotar a su rival Hortensio con su discurso In Verrem. En el año 63 a.C., alcanzó el consulado.

Cicerón, que siempre apoyó al partido senatorial de los optimates, se vio enfrentado al partido popular, que consiguió enviarlo al destierro en el 58 a.C. con la Lex de capite civis Romani, por su actuación contra Catilina al haber ordenado la ejecución, sin derecho de apelación, de ciudadanos romanos. Al año siguiente, Cicerón regresó del exilio, pero su papel político prácticamente había terminado.

En esta época, escribe De Oratore, donde defiende la necesidad de una formación culta del orador. Su última intervención memorable fue como abogado en el 52 a.C., con motivo del asesinato de Clodio, atribuido a Milón, miembro del partido senatorial. Su discurso, Pro Milone, no sirvió para salvar al personaje. Del 54 al 51 a.C., compone sus obras fundamentales sobre sus ideales políticos: De Re Publica y De Legibus. Su carrera política concluye en el 51 a.C., y se concentra en su obra retórica y filosófica: publica el Brutus, El Orador, De Oratore y varios tratados filosóficos.

Cicerón se opone a Marco Antonio con sus últimas fuerzas en In Marcum Antonium Philippicarum (Filípicas). Cicerón compone sus últimas Philippicae contra Marco Antonio, quien dio orden de incluirlo en las listas de proscripciones.

Obra de Cicerón

Compuso poesía de estilo neotérico y cultivó el género epistolar, en el que fue un consumado maestro. Escribió también diversos tratados de contenido filosófico y político, pero destacó sobre todo en los campos de la oratoria, con sus discursos, y de la retórica, sobre la cual compuso varios tratados de amplio eco.

Retórica Ciceroniana

La obra cumbre de Cicerón es De Oratore, escrita tras la vuelta del destierro en el 55 a.C. A lo largo de los tres libros que lo componen, intervienen de forma dialogada varios personajes, entre los que destacan Marco Antonio y Licinio Craso. En realidad, retomaba las ideas que planteaba en su obra de juventud, De Inventione. En el 46 a.C., lejos de la vida política, publica dos de sus grandes tratados: El Orador y el Brutus. El segundo es una historia de la crítica de la prosa romana desde los orígenes hasta su época.

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