La Oratoria Griega Antigua: Maestros de la Persuasión y su Legado Histórico

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La Oratoria en la Antigua Grecia: Maestros de la Persuasión y su Legado

El Arte de la Retórica y su Importancia en la Polis Griega

La oratoria, como género literario, cultiva la retórica, es decir, el arte de convencer a un auditorio de las propias ideas mediante un discurso. En la antigua Grecia, el dominio de la retórica era una destreza fundamental, pues los asuntos públicos se decidían en la Ecclesía (asamblea popular), y los pleitos se dilucidaban en los tribunales populares por un jurado al que había que persuadir.

En los procesos judiciales no existían abogados profesionales, por lo que acusadores y acusados debían pronunciar sus propios discursos. No obstante, era frecuente recurrir a un profesional que los redactara. Los discursos podían ser de índole política o judicial. La oratoria dejó una profunda huella en otros géneros literarios, sobre todo en la historiografía.

A partir del siglo II a.C., al perder Atenas su importancia y su libertad política, la oratoria dejó de cumplir su papel central en la vida pública, pero su influencia fue determinante en la oratoria romana, sentando las bases de la elocuencia occidental.

Grandes Oradores Griegos y sus Contribuciones

Lisias: El Maestro de la Claridad y la Sencillez

Lisias, ateniense de los siglos V-IV a.C., fue represaliado políticamente por el régimen de los Treinta Tiranos, lo que le obligó a huir. Tras la caída de estos, regresó a Atenas y emprendió acciones legales contra los responsables de la muerte de su hermano. Se ganó la vida escribiendo discursos por encargo, conocidos por su estilo claro y conciso. Se conservan aproximadamente treinta de sus discursos, entre los que destacan Contra Eratóstenes y Sobre la muerte de Eratóstenes.

Demóstenes: El Defensor de la Libertad Griega

Nacido cerca de Atenas en el siglo IV a.C., Demóstenes perdió a su padre a los siete años, quien le dejó una fortuna en fideicomiso. Una vez alcanzada la mayoría de edad, procesó a los fideicomisarios, quienes habían intentado estafarle. Solo consiguió recuperar una parte de su herencia y, a partir de entonces, centró su actividad en la escritura y pronunciación de discursos.

Sus obras más importantes incluyen las Filípicas y Sobre la Corona. Dedicado a restablecer el espíritu público en Atenas y a la conservación de la cultura griega, Demóstenes fue uno de los oradores más relevantes de la historia. La mayoría de sus discursos estuvieron dirigidos contra Filipo II de Macedonia, a quien veía como una amenaza no solo para Atenas, sino para todas las ciudades-estado griegas. Sus advertencias se demostraron verdaderas, pues a pesar de una alianza entre Tebas y Atenas, Filipo las derrotó en la Batalla de Queronea. Demóstenes continuó abogando por la liberación, incluso después de la conquista de Grecia por Macedonia.

En el 336 a.C., el orador Ctesifonte propuso que Atenas honrara a Demóstenes por sus servicios a la ciudad, recompensándole con una corona de oro. Esta propuesta se convirtió en una cuestión política cuando Esquines procesó a Ctesifonte por haber ofrecido la corona. En su brillante discurso Sobre la Corona, Demóstenes no solo defendió a Ctesifonte, sino que atacó a quienes pudieran haber preferido la paz con Macedonia. Ctesifonte fue absuelto y Esquines se vio obligado al exilio.

Isócrates: El Educador y Teórico de la Retórica

Isócrates, figura prominente del siglo IV a.C., fue un influyente retórico, sofista y educador ateniense. Aunque no se dedicó a la oratoria forense o política en la misma medida que otros, su escuela de retórica tuvo un impacto duradero en la educación y la teoría del discurso. Sus escritos, a menudo en forma de discursos, eran más bien tratados filosóficos y políticos destinados a ser leídos, no pronunciados, y abogaban por un panhelenismo y una educación integral.

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