La Oratoria en la Antigua Roma: De Cicerón a Quintiliano
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La Oratoria en la Antigua Roma
1. Introducción. Definición de oratoria. Corrientes. El discurso
La enseñanza superior, a la que solo accedían jóvenes de familias acomodadas, se impartía en las escuelas de retórica. Allí el rhetor enseñaba a sus discípulos la técnica oratoria, es decir, el arte de persuasión por medio de la palabra. A principios del siglo I a.C., momento en el que el debate político romano estaba en pleno auge, aparecieron en Roma diferentes corrientes oratorias:
a. Corriente asianista. Se distinguían por su forma florida en el ritmo oratorio, por su sutileza e ingenio.
b. Corriente neoática. Sin artificios, con frases breves, directas y secas.
El discurso que era pronunciado por el orador, que en latín se llamaba oratio, podía ser de diferentes tipos, según la funcionalidad del mismo:
- Laudationes fúnebres o panegíricos. Eran discursos que se hacían cuando una persona había fallecido.
- Discursos políticos. Son los que se pronunciaban durante el desempeño de algún cargo público, sobre todo durante el consulado.
- Discursos judiciales o causas criminales. Discursos que se hacían generalmente en el foro delante de la gente.
- Acciones de gracias. Tanto a los dioses, como al senado y al pueblo. Por múltiples motivos. Por ejemplo, Cicerón dio las gracias al senado y al pueblo, por su vuelta del destierro.
Asimismo, cada discurso tenía una estructura preestablecida en los siguientes puntos:
- exordio
- narratio
- divisio
- argumentatio
- digressio
- peroratio
A partir del siglo I d.C., la retórica dejó de ser un ejercicio real por la evidencia del poder absoluto del emperador, para convertirse en simples ejercicios de escuela. Séneca el Retor, padre del famoso filósofo, escribió un conjunto de ejercicios de retórica, que se pueden dividir en dos partes claramente diferenciadas:
A. Suasoriae – conjunto de ejercicios oratorios con asuntos ficticios referentes a temas sacados de la mitología o la literatura.
B. Controversiae – discursos judiciales con asuntos convencionales.
2. Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.)
El más célebre orador de todos los tiempos fue Cicerón. Recibió su formación en Roma y la completó en Grecia. Vive en una época de grandes convulsiones: Fue protagonista directo de la conjuración de Catilina, que él mismo hizo fracasar. En la guerra civil estuvo al lado de Pompeyo, pero César, vencedor, lo perdonó; entonces se retiró a la vida privada dedicándose a la literatura. Tras el asesinato de César, creyó que se podría reinstaurar la República y volvió a la política, atacando a Marco Antonio. Esto le costó la vida a manos de sus sicarios.
A. Obras de oratoria. Discursos:
Verrinas (Discursos contra Verres).
Una vez que regresa de su formación en Grecia se hace cargo de un caso de acusación contra el pretor de Sicilia llamado Verres, acusado de concusión y extorsión. Fue su primera gran victoria.
Catilinarias (Discursos contra Catilina)
En el año 63 a.C. Cicerón es elegido cónsul, magistratura más importante dentro de la carrera política de un romano. En el ejercicio de su cargo un varón noble llamado Catilina, que también había sido candidato a cónsul, trama un complot para hacerse con el poder, incluyendo en este complot el asesinato del propio Cicerón. Éste, al tanto de todas las maquinaciones por la información de uno de los conjurados, pronuncia contra Catilina cuatro discursos ante el Senado, logrando su más sonada victoria.
Años más tarde fue desterrado, a instancias de otro de sus enemigos, Clodio, por ejecutar a los cómplices de Catilina, sin concederles el derecho de apelación al pueblo. A su vuelta dio gracias al senado y al pueblo, que habían apoyado su regreso. Luego se vengó de Clodio en dos discursos:
Pro Caelio (En defensa de Celio)
Celio era el ex-amante de Clodia, hermana de Clodio. Ella acusaba al joven por despecho de haberla querido envenenar.
Pro Milone (En defensa de Milón)
Milón había dado muerte a Clodio en un encuentro callejero entre bandas rivales de las que ellos eran los jefes.
Discursos menores:
- “Pro Archia poeta” (En defensa del poeta Arquias)
- “Pro Marcello” (En defensa de Marcelo) y “Pro Ligario” (En defensa de Ligario)
Filípicas (Discursos contra Marco Antonio)
Una vez que César muere en el año 44 a.C., Cicerón se cree de nuevo a la cabeza del estado y ataca a Marco Antonio, que aspiraba a ser el sucesor del dictador, con 14 discursos.
B. Obras de retórica (de teoría sobre cómo realizar un discurso)
Además de los discursos más perfectos, nos ha dejado las mejores obras sobre oratoria. Ha sabido enseñar como nadie cómo se forma un orador y cómo se compone un discurso. Sus principales obras de este tipo son tres:
Brutus
Es una historia de la elocuencia en el mundo romano contada a través de un diálogo entre Cicerón y sus amigos Ático y Bruto.
Orator
En esta obra expone con gran claridad y lujo de detalles su teoría sobre el estilo y la estructura del discurso.
De Oratore
Es también un diálogo entre cuatro de los mejores oradores de Roma: Antonio, Craso, Escévola y César Estrabón. El tema es también el estilo del discurso y el estilo del orador.
C. Otras obras de Cicerón:
- Obras filosóficas: sobre diversos temas como las leyes, la mejor forma de gobierno, la amistad o la vejez.
- Epístolas: se ha recogido una magnífica colección de cartas.
D. Época imperial: Quintiliano
En la época imperial, al asumir el emperador el poder total, la vida política de Roma que se desarrollaba antes en el Foro desaparece, se acaban las rivalidades electorales y las campañas de los candidatos. Así pues, la oratoria se retira al interior de las escuelas. A finales del siglo I, Quintiliano, un hispano de Calahorra, que cursó sus estudios en Roma y luego abrió allí una escuela de retórica, nos ha dejado un tratado de retórica llamado “Institutiones Oratoriae”, en el que se preocupa tanto de la técnica oratoria como de la formación del orador.