Oraciones con hipertrofia

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Como en todo texto hay adecuación, coherencia y cohesión. Pedro Lezcano adecúa el mensaje a sus finalidades estéticas: sugerir diferentes interpretaciones y emocionar con la lectura. Al mismo tiempo, posee un sentido unitario y todos sus elementos están íntimamente vinculados. Aspectos que contribuyen a la coherencia son el tema abordado, la estructura de los contenidos, el lenguaje empleado y nuestro propio conocimiento del mundo. A la hora de abordar los elementos de cohesión textual, debemos atender a los tres principales campos lingüísticos. Semánticamente sobresalen campos semánticos como el de “familia” con hipónimos como “chabola, choza, madre, abuela, hijo, cena…”. En el texto encontramos dos ideas Antónímicas que encierran el significado del texto: extranjero frente a familia, es decir, los dos mundos enfrentados. Asimismo, extranjero es sinónimo de progreso y familia de tradición y humildad. En cuanto al uso del lenguaje destaca el uso artístico del mismo, elaborado a conciencia para deleitarnos, lo que justifica el predominio de la función poética y de la connotación que favorece múltiples interpretaciones de lo narrado gracias al empleo de diferentes recursos literarios (“hermanas celestes” en el primer párrafo, donde encontramos una metáfora y personificación al decir que las estrellas del cielo son hermanas de las estrellas marinas). Merece ser comentado el uso de palabras propias del español de Canarias (o canarismos), como “gofio, chinchorrero, volador, cañazo”, entre otras). Morfosintácticamente destaca el predominio de verbos predicativos conjugados en presente de indicativo, ya que se narra de lo que va sucediendo (“anochece, conservan, está, anima, comprendo, despierta…”). Hay ejemplo de elipsis cada vez que se omite el sujeto, por ejemplo cuando leemos “No comprendo…”, con eliminación del sujeto “yo”. O también cuando se enumera los nombres de la abuela y se elimina “la llamaban”, pues se sobreentiende. Es evidente el uso de sustituciones sinonímicas cuando se emplean sinónimos como “chabola” y “choza”; “hijo”, “niño” y “crío”; “volador” y “cohete”; y “abuela” y “vieja”. Asimismo, aparece la sustitución pronominal, por ejemplo cuando leemos “¿Te vas a callar, condenado?”, donde el pronombre “te” sustituye anafóricamente a “niño”. Desde el punto de su finalidad, predominan las oraciones enunciativas afirmativas, interrogativas directas como “¿Te vas a callar, condenado?”, que a su vez tiene un matiz imperativo. Al mismo tiempo, oraciones como “No comprendo cómo…” posee un matiz dubitativo, y “Rogamos desconecten televisores…”, un matiz desiderativo. Desde el punto de vista de la sintaxis, cobra protagonismo una sintaxis compleja, con oraciones coordinadas y subordinadas. Como coordinada copulativa, destacamos el ejemplo “Hoy los americanos han echado otro cohete, y dicen que nos pasará por arriba esta noche”, con nexo y. Dentro de esta oración encontramos una subordinada sustantiva de CD (Dicen eso, lo dicen). Por último, como ejemplo de subordinada adjetiva comentamos “Por eso Juan, que tiene buen humor y sabe leer los periódicos, suele llamar la ONU a su chabola”, donde el nexo “que” cumple la función de sujeto y donde apreciamos otra coordinada copulativa con nexo “y”. Ya en el plano textual comentamos el uso de diversos conectores que proporcionan al discurso de cohesión interna y favorecen la progresión temática. Algunos ejemplos son los siguientes: “que, y, pero, cuando, de pronto…”

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