Oposición al Franquismo: Movimientos Sociales y Políticos Clave
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La Oposición al Régimen Franquista: Movimientos Sociales y Políticos Clave
El crecimiento de la economía y los cambios sociales contribuyeron a incrementar la oposición al régimen franquista, tanto a nivel social como político.
Movimiento Obrero y Sindicatos
En cuanto al movimiento obrero, cabe decir que durante la década de los sesenta, tuvo lugar la organización de la clase trabajadora en las principales zonas industriales. En 1964 se formó Comisiones Obreras (CCOO), un sindicato de orientación comunista que no sólo tenía como objetivo conseguir reivindicaciones de carácter laboral, sino que también pretendía democratizar al país. Esta organización combinaba la acción ilegal (huelgas) con las legales (elecciones sindicales). En 1967, sindicalistas vinculados a las Juventudes Obreras Cristianas se separaron de las CCOO y crearon la Unión Sindical Obrera (USO). El momento de mayor conflictividad laboral se produjo entre 1960 y 1975. En 1972 la dirección de CCOO fue detenida y se llevó a cabo el Proceso 1001 que condenó a los más destacados líderes sindicales, entre ellos, Marcelino Camacho.
Revueltas Estudiantiles
Las revueltas estudiantiles también fueron muy importantes en la lucha antifranquista. El clima de protesta se incrementó a partir del mayo del 68 francés (movimiento de protesta surgido en París contra la autoridad y la Guerra en Vietnam), y se radicalizaron las posiciones. Dentro de la universidad, se produjeron enfrentamientos abiertos entre grupos de ultraderecha y de izquierda.
Lucha Vecinal
También se hace referencia a la lucha vecinal. Ésta consistió en movimientos de protesta encabezados por asociaciones de vecinos que se manifestaron en contra de la precariedad de sus condiciones de vida en los barrios obreros: falta de servicios públicos y la mala calidad de las “casas baratas”.
El Papel de la Iglesia Católica
Cabe destacar que la oposición antifranquista que más sorprendió a Franco fue la que surgió desde la Iglesia Católica renovada. La Santa Sede renovó la jerarquía eclesiástica española y puso al Cardenal frente de la Conferencia Episcopal Española. El Cardenal pertenecía al sector más reformista y se posicionó a favor de las libertades democráticas y de una política de reconciliación nacional para cerrar las heridas abiertas desde la Guerra Civil. También la jerarquía católica del País Vasco y Cataluña se opuso al sector más tradicionalista de la Iglesia.
Partidos Políticos en la Oposición
El Partido Comunista de España (PCE) de Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo fue el más activo y organizado y también el que más sufrió la represión franquista.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tenía menor presencia en los movimientos sociales y sus militantes estaban divididos entre los históricos y los renovadores. En el Congreso de Suresnes (Francia), los renovadores se hicieron con la dirección del partido y Felipe González se convirtió en su nuevo líder. En 1962, se celebró el IV Congreso del Movimiento Europeo de Munich. En éste fueron invitados los opositores al franquismo que se mostraban a favor de la democracia y aprovecharon para condenar al régimen. La Prensa del Movimiento calificó aquella reunión con el nombre del Contubernio de Munich, para designar despectivamente este congreso. En Cataluña, el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) era el partido más activo. En 1971 se constituyó la Asamblea de Cataluña, una organización unitaria de los partidos catalanes que pretendía poner fin al franquismo. Tres años después, en 1974, se creó Convergencia Democrática de Cataluña, una organización nacionalista encabezada por Jordi Pujol. En el País Vasco, el PNV siguió actuando como referente antifranquista, pero el hecho de mayor repercusión fue la aparición de ETA a partir de 1968. Esta organización revolucionaria nacionalista radical propugna la lucha armada contra el franquismo, provocando atentados contra personalidades del régimen y las fuerzas de orden público. El régimen respondió de forma frecuente con el Estado de Excepción para acabar con esta organización. Uno de los procesos judiciales más conocidos sobre la banda fue el Proceso de Burgos de 1970 que condenó a muerte a 6 militantes de ETA.
Coordinación de la Oposición
La crisis del régimen facilitó la coordinación de la oposición política antifranquista a través de la Junta Democrática de España (encabezada por el PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática (liderada por el PSOE), pero durante el régimen nunca se logró una coordinación unitaria de la oposición como en Cataluña. En las fuerzas armadas también se constituyó una organización favorable a la democracia: Unión Militar Democrática en 1974.