Observación y Autoobservación en Psicología: Guía Completa

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LA OBSERVACIÓN Y LA AUTOOBSERVACIÓN

3.5. Dónde observar una conducta

Para observar una conducta podemos valernos de una situación natural o una análoga. El objetivo prioritario de la observación sistemática es recoger información sobre la conducta en el lugar habitual en el que ocurre, en su lugar natural. Sin embargo, cuando es imposible podemos valernos de análogos en laboratorio o contextos artificiales.

4. Análisis de datos de la conducta

La línea base es el nivel que tiene una conducta antes de intervenir sobre ella. Este parámetro nos interesa conocerlo a la hora, por ejemplo, de establecer experimentos para ver si nuestra manipulación ha surtido efecto, o en intervención para asegurar que el tratamiento ha sido efectivo. Si la línea base fuera poco estable, algo estaría sucediendo con la conducta. Es necesario que la línea base se estabilice, con subidas y bajadas leves, para poder comparar la observación del último día con la inicial. A partir de ahí, podríamos potenciar o inhibir una conducta en función de nuestros intereses. Por otro lado, en la observación podemos obtener distintos tipos de información, que puede ser cualitativa, cuantitativa o de relaciones funcionales.

5. Fuentes de error

Existen varias formas en las que se pueden producir errores en la observación:

  • Procedentes del sujeto observado: una de las cuestiones más importantes es la reactividad, es decir, cómo reacciona la persona cuando se siente observada, modificando su conducta. Para evitar la reactividad, podríamos utilizar observadores cercanos al sujeto o utilizar periodos de habituación a la observación.
  • Procedentes del observador: el observador también puede tener errores, por ejemplo las expectativas que tenga, que pueden sesgar la observación. Por otro lado, hay otras fuentes de error como el grado de participación del mismo.
  • Procedentes del sistema de observación: por ejemplo un tipo de registro en el que falte claridad en las definiciones operacionales o el tipo de muestreo que no se ajuste al momento/situación clave de la conducta observada. También los errores pueden partir del procedimiento; un punto de mira incorrecto, inadecuada planificación del muestreo, mala definición de las categorías, falta de sincronización de los observadores…

6. Requisitos psicométricos y limitaciones de la observación

La observación también necesita de unos requisitos para darse:

  • Fiabilidad: varios observadores independientes observando la conducta deben llegar a una concordancia con resultados similares.
  • Validez: la conducta debe estar bien definida operacionalmente (constructo), las conductas seleccionadas deben ser una muestra representativa (contenido), y observar en el ambiente natural en el que la conducta ocurre (ecológica).

7. La auto-observación

El origen de la auto-observación parte del siglo XIX de la introspección, es decir, la observación interior que la persona hace de sí misma en una situación específica. La auto-observación implica dos procesos:

  • Determinar y observar la aparición de la conducta, objeto (cognitiva, motora o fisiológica).
  • Establecer un registro (auto-observación = registro).

La auto-observación cumple una función evaluadora y terapéutica, y permite acceder a datos inaccesibles para el evaluador (siempre y cuando se haya entrenado a la persona). Lo mismo que hemos dicho para la observación hemos de tenerlo en cuenta en la auto-observación. La diferencia en este caso es que el observador es sujeto y objeto a la misma vez. También existen problemas metodológicos, ya que la propia reactividad que hemos visto también se puede producir en la auto-observación (positivo para tratamiento/negativo para la evaluación). En este caso haríamos auto-registros de nuestra conducta, en la que utilizaríamos una técnica semi-estructurada dependiendo del comportamiento que pretendiéramos observar y el contexto. Para ello tendríamos que seguir una serie de pasos:

  1. Escoger la conducta.
  2. Definir bien la conducta que se quiere registrar.
  3. Parámetro/s y unidades de información a registrar (frecuencia, duración etc.)
  4. Confeccionar un modelo de registro.
  5. Establecer las instrucciones.
  6. Aplicar durante un tiempo (recomendado mínimo 10 días)
  7. Analizar los problemas que han aparecido, los datos y elaborar un gráfico

Representar gráficamente la conducta tiene muchas ventajas, ya que el gráfico resume la ejecución de un modo más preciso y proporciona información sobre la tendencia de la conducta (imprescindible para valorar el efecto de la intervención posterior). Además, propicia un feedback, aumentando el potencial terapéutico.

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