Obras maestras del Renacimiento: Escultura de Miguel Ángel y pintura de Van Eyck
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Piedad del Vaticano: Una obra maestra de juventud de Miguel Ángel
La Piedad del Vaticano, una de las obras de juventud más clásicas y humanistas de Miguel Ángel, destaca por su uso del mármol de Carrara. Este material, pulido con exquisita delicadeza, realza la belleza ideal y la perfección técnica, inherentes a la concepción clasicista de la obra. El tema de la Piedad, el más humanista de la Pasión de Cristo, también refleja este clasicismo.
El rostro de la Virgen, notablemente más joven que el de su hijo, irradia una belleza delicada y pura, reforzando su sentido virginal. El manto, elegantemente cincelado, crea grandes oquedades que generan contrastes de luz y sombra, evidenciando su profundo clasicismo.
El cuerpo inerte de Cristo se desploma sobre el de la madre. Un leve desequilibrio en el cuerpo del hijo, a punto de resbalar por el manto de la Virgen, añade un sutil detalle. La composición del grupo, enmarcada en un equilibrado triángulo, es otro elemento clásico. La perfecta pulimentación del mármol y las actitudes serenas de los personajes contribuyen a un efecto de armonía y sosiego puramente renacentista.
Políptico del Cordero Místico de Hubert y Jan Van Eyck: Un hito de la pintura flamenca
El Políptico del Cordero Místico, obra maestra encargada por el regidor de Gante para la catedral de San Bavón, presenta a los donantes en la cara exterior de las puertas. Abierto, consta de doce tablas divididas en dos pisos.
Piso Superior
En la tabla central, Cristo en Majestad es flanqueado por la Virgen María y San Juan, quienes suplican misericordia. En las tablas laterales, se encuentran Adán y Eva, y en los extremos, ángeles cantores y músicos.
Piso Inferior
La escena central representa la Adoración del Cordero Místico. El cordero, sobre un altar, derrama su sangre en un cáliz, simbolizando el sacrificio redentor. Ángeles portando los instrumentos de la Pasión rodean el altar. La fuente de la vida, alineada con el altar, alude al bautismo.
A ambos lados, se representan figuras del Antiguo Testamento (profetas) y del Nuevo Testamento (los doce apóstoles). Al fondo, los mártires (derecha) y la jerarquía eclesiástica (izquierda) completan la escena. La composición, simétrica y ordenada, se organiza en torno al altar y la fuente.
Un paisaje continuo unifica las cuatro tablas laterales, mostrando a la izquierda la Justicia y la Fortaleza, y a la derecha, la Templanza y la Prudencia.
Exterior del Políptico (Cerrado)
Se representa una Anunciación, San Juan Bautista, San Juan Evangelista, dos profetas y dos sibilas.
Características Destacadas
- Minuciosidad en los detalles.
- Magnífico tratamiento de las calidades textiles.
- Importancia del paisaje natural y urbano.
- Brillo de los colores, gracias a la técnica al óleo.
- Juego de luces y sombras, siempre a la izquierda.