Objetividad y Progreso Científico: Una Perspectiva Kuhniana

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La imagen que tenemos de la ciencia es la de un saber que produce verdades objetivas, es decir, contrastables, neutras y rigurosas. Los filósofos de la ciencia, en especial Karl Popper, han entendido que la clave de tal objetividad la proporciona la aplicación, en la investigación de la naturaleza, del método científico. Los métodos utilizados por las ciencias naturales desde Galileo, lo que hacen es, en algunos de sus pasos, “aplicar” el criterio de demarcación científica. Para Popper, de no ser por el método científico, las verdades objetivas en relación a la naturaleza no serían posibles.

Además, la filosofía de la ciencia entiende, en especial Popper, que la ciencia ha ido progresando a lo largo de la historia: es decir, que las teorías más nuevas iban mejorando las teorías más viejas y, en ese sentido, la historia de la ciencia es un proceso lineal en el cual las teorías más actuales son más verdaderas o se encuentran más cerca de la verdad –aunque esta verdad sea provisional– que las teorías más antiguas. En los sesenta, La Estructura de las Revoluciones Científicas de Thomas Kuhn cuestionó estos dos atributos o cualidades de la ciencia y de su desarrollo histórico: para Kuhn, no cabe decir que las teorías o conocimientos científicos sean objetivos si por ello entendemos que ellos son el resultado de la exclusiva aplicación del método experimental en la investigación de la naturaleza; además, para este filósofo norteamericano, la historia de la ciencia no es un proceso de sucesión de teorías que mejoran a las anteriores, de tal modo que no se puede hablar de progreso. Veamos, cómo describe Kuhn el proceso de desarrollo histórico de las teorías científicas y analicemos luego, sus opiniones en relación a la objetividad científica y al progreso en la historia de la ciencia.

El Desarrollo de la Ciencia según Kuhn

Para Kuhn, la historia de la ciencia es una sucesión de diferentes paradigmas. Un paradigma sería un determinado modelo de la realidad estudiada por una ciencia. El geocentrismo fue el modelo o el paradigma a partir del cual la física, en la antigüedad y en la Edad Media, estudió la realidad natural; fue el marco a partir del cual, la física, comenzó a explicar o a interpretar los movimientos celestes. Cuando un modelo o paradigma nace, los científicos comienzan a desarrollar diferentes explicaciones que describan los diferentes fenómenos de la naturaleza. En el caso de la cosmovisión antigua, encontramos como sus explicaciones de los movimientos celestes no negaban el paradigma, ya que, todas ellas, tenían como punto de partida que la Tierra era el centro de los movimientos de esos cuerpos celestes a describir. A este período Kuhn lo llamó período de ciencia normal.

En ese período, van apareciendo algunos fenómenos que difícilmente concuerdan o encajan en las explicaciones desarrolladas y que, a través de ello, comienzan a cuestionar el modelo o paradigma desde el cual dichas explicaciones se desarrollan. Según Kuhn, la comunidad científica o bien ignora la anomalía o le busca una solución: intenta ajustarla dentro del sistema de verdades aceptadas, la astronomía ptolemaica, con la que se ofreció una herramienta de cálculo de las posiciones irregulares de los planetas y, de ese modo, se evitó que la falta de explicación de esos movimientos irregulares terminase tomando el suficiente peso como para desafiar el modelo aristotélico. Llega un momento en el que, el número de anomalías es tan numeroso o ellas atacan tan directamente la visión del mundo que el paradigma proporciona que este se vuelve insostenible. En este momento, comienza un período de crisis paradigmática o de crisis de paradigma.

Como ejemplo, podemos citar la revolución científica, se fueron acumulando, ya que, había que sumar los descubrimientos de Galileo con el telescopio. La física clásica, aristotélica, terrestre y celeste, comenzaba tener enfrente demasiados problemas sin resolver y, lo más importante, sin capacidad para solventarlos desde las teorías que manejaba. Durante la crisis de paradigma, la comunidad de investigadores ensaya una nueva explicación de la totalidad de los fenómenos de la realidad.

Además, son reseñables, a juicio de Kuhn, las consecuencias que una crisis de paradigma puede tener para la cultura, en general, al paradigma van ligadas creencias y valores a partir de los cuales la cultura entiende el lugar del ser humano en el cosmos, su importancia y el valor de su vida; la caída del geocentrismo se tradujo en una pérdida del lugar privilegiado que el ser humano ocupaba en el universo. Cuando la Tierra dejó de ser el centro, la vida humana se empequeñeció. A esa crisis le sigue el nacimiento de un nuevo paradigma, que volverá a repetir el proceso, abrirá un período de ciencia normal en el que se encontrarán anomalías; serán “salvables” por un tiempo y, cuando se vuelvan insostenibles, provocarán una nueva crisis de paradigma del que nacerá otro nuevo modelo de realidad y…vuelta a empezar.

Objetividad y Progreso en la Ciencia

A juicio de Kuhn, lo que lleva a la comunidad científica a establecer un nuevo paradigma, tras un período de crisis, no es exclusivamente la aplicación del método científico. Lo que ante todo resulta decisivo a la hora de asumir un paradigma, con independencia del uso que del método experimental hagan los científicos, son factores que él llamó pragmáticos: tienen que ver con valores y creencias del científico, de tipo religioso en muchas ocasiones. El mejor ejemplo de ello lo ofrece Copérnico, que fue el primero en apostar por el nuevo paradigma, lo que llevó a Copérnico a apostar por el heliocentrismo fue el llamado principio de armonía estética.

Por ello mismo, suponer que los logros científicos son el resultado del solo uso del método experimental en la investigación de la naturaleza, así como esos resultados son independientes de factores humanos, de carácter subjetivo, es, a juicio de Kuhn, uno de los errores más grandes en lo que cae la ciencia cuando se comprende a sí misma y en el que cae la filosofía de la ciencia cuando la estudia y la analiza. Si las diferentes teorías científicas a lo largo de la historia son desarrollos concretos de diferentes paradigmas, entre ellas no hay continuidad suficiente como para decir que las más nuevas mejoran a las más viejas: simplemente, son teorías diferentes. Para Kuhn la historia de la ciencia es el cúmulo de teorías inconexas que, desarrollando modelos de realidad diferentes, son sustituidas violentamente –crisis y revolución del paradigma– por otro paradigma y nuevas teorías con respecto a los cuales, no hay puntos de encuentro. A esta falta de continuidad entre teorías de paradigmas diferentes lo llamó Kuhn inconmensurabilidad. Sobre ella, apoyó Kuhn su idea según la cual en la historia de la ciencia no hay progreso científico.

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