Obesidad Infantil y Adolescente: Causas, Consecuencias y Estrategias de Prevención
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Introducción
Según la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica, la obesidad es una enfermedad cada vez más frecuente en niños y adolescentes. Se define como un incremento de la masa corporal, que se valora con mayor precisión en niños y adolescentes que en adultos, debido a los cambios en la composición corporal durante el crecimiento. Existen tres periodos críticos para el desarrollo de esta enfermedad: el tercer trimestre de la gestación y el primer año de vida, entre los 5 y 7 años de edad y, finalmente, la adolescencia. Es en estos momentos cuando se debe insistir con las familias en riesgo sobre las medidas preventivas a seguir para evitar esta patología. A continuación, se explicarán algunas causas de la obesidad y diferentes maneras de prevenirla o solucionarla.
Causas de la Obesidad Infantil y Adolescente
Existen diversos factores que contribuyen al desarrollo de la obesidad en la infancia y la adolescencia. Entre los más destacados se encuentran:
1. Consumo de Alimentos Procesados y Bebidas Azucaradas
El consumo de bebidas azucaradas, como las gaseosas, y de alimentos procesados ha aumentado considerablemente, mientras que el consumo de leche ha disminuido a nivel nacional. Nuestro organismo no reconoce las calorías que consumimos en forma líquida, por lo que ingerir de 300 a 500 calorías adicionales al día representa un riesgo. Las bebidas azucaradas están asociadas con la diabetes, enfermedades cardiovasculares, aumento de peso y constituyen un serio problema de salud pública. Además, estudios científicos recientes señalan que el patrón de consumo de alimentos procesados es uno de los factores más importantes relacionados con el sobrepeso y la obesidad. Las empresas invierten grandes sumas en el mercadeo de estos productos, superando con creces las inversiones en salud pública. Monteiro afirma que los alimentos ultraprocesados, por su naturaleza, tienden a deteriorar la calidad nutricional de la alimentación e incrementan el riesgo de enfermedades crónicas. La encuesta global de escolares señala que el 54% de los estudiantes entre segundo y cuarto año consumen bebidas gaseosas una o más veces al día; el 11% consume comida rápida tres días o más a la semana, mientras que solo uno de cada 10 reconoce que ingirió cinco o más veces al día frutas y verduras. Solo alrededor de un tercio de los estudiantes consume frutas dos o más veces al día.
2. Inactividad Física y Sedentarismo
La inactividad física y el sedentarismo están asociados a un amplio rango de enfermedades, incluyendo la obesidad. Los avances en la tecnología y el transporte son considerados factores clave que explican el aumento de la inactividad en la población. El uso extendido de la tecnología en diversas actividades ocupacionales también puede relacionarse con la obesidad, sin olvidar que está creando cada día más actividades de entretenimiento sedentarias, como ver televisión, usar computadoras, entretenerse con videojuegos, etc., que conducen a una menor actividad física. La Encuesta Nacional de Indicadores Nutricionales, Bioquímicos, Socioeconómicos y Culturales relacionados con las enfermedades crónicas degenerativas indica que el 40% de los encuestados realiza poca actividad física (vida sedentaria), ya que realiza su trabajo usualmente sentado. Estudios realizados en ciudades de América Latina muestran que dos tercios de las personas que cumplen con los treinta minutos de actividad física moderada al día, lo consiguen por medio de actividades rutinarias de transporte. La Encuesta Global de Salud Escolar del 2010 indica que solo 2 de cada 10 estudiantes tienen actividad física cinco días o más durante la semana, según lo recomienda la OMS, y un tercio prefiere las actividades sedentarias como ver televisión, jugar en la computadora o conversar por el “chat” tres o más horas al día. Dietz y colaboradores refieren la asociación entre el “tiempo de pantalla” y la obesidad infantil y adulta. Cuanto más tiempo permanecen frente a la pantalla, los niños se exponen a las campañas televisivas de alimentos no saludables, dado que hasta el 70% de la publicidad en Lima, durante horario familiar, corresponde a la promoción de bebidas, dulces y snacks.
Estrategias de Prevención y Solución
Para combatir la epidemia de obesidad, es fundamental la convergencia de todos los actores sociales. El Estado, bajo el liderazgo del Ministerio de Salud, debe implementar soluciones que involucren a diversos sectores, instituciones privadas y a toda la población. Algunas medidas clave incluyen:
1. Promoción de Entornos Escolares Saludables
El colegio debe ser un espacio saludable para los niños y adolescentes, donde se promueva la alimentación saludable y la actividad física. Es alarmante que en la mayoría de ellos exista una presencia casi hegemónica de alimentos procesados y bebidas gaseosas, y que además haya desaparecido la Educación Física. Es imperativo que los sectores de Salud y Educación trabajen en conjunto para garantizar que los escolares cumplan con un horario obligatorio y diario de ejercicios. Además, el Sector Educación debe fomentar el conocimiento sobre alimentos sanos y peruanos, e incluir en la currícula cursos o talleres para promover habilidades en la preparación de comidas saludables.
2. Fomento del Consumo de Alimentos Saludables
Se debe recordar que, entre las recomendaciones de la OMS, se advierte que el consumo diario de productos vegetales (frutas, hortalizas, granos integrales, legumbres y frutas secas) no debe ser menor de 400 gramos diarios, moderando de esta manera el consumo de alimentos procesados con alto contenido de azúcar, grasas saturadas y sal.
3. Regulación de la Publicidad de Alimentos No Saludables
Existe un consenso mundial, liderado por la OMS, que la publicidad de alimentos chatarra o procesados influye en las preferencias, demandas y consumo de alimentos de los niños. Este consenso se extiende al hecho de que esa publicidad debe ser controlada, con medidas efectivas y con la intervención de la acción regulatoria del mercado. Existen acuerdos internacionales que apoyan esta postura, como el acuerdo de la Asamblea Mundial de la Salud del 2010 y la propuesta de un grupo de expertos reunidos por la OPS en mayo del 2011. En el Perú, la publicidad de alimentos chatarra es elevada, como lo demuestra un estudio reciente de Concortv (2012). Una medida ya aplicada al consumo de alcohol y tabaco ha sido la restricción de su difusión en los horarios de programas televisivos dirigidos a niños y adolescentes, sin que haya contravenido las disposiciones en este campo. Es urgente la adopción de las Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la promoción de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigidas a los niños. Se deben desplegar esfuerzos para garantizar que los niños de todas partes del Perú estén protegidos contra el impacto de este tipo de publicidad de alimentos procesados ricos en grasas saturadas, ácidos grasos del tipo trans, azúcares libres y sal, y puedan crecer y desarrollarse en un entorno favorable para su alimentación sana, que ayude a mantener un peso adecuado.
Conclusión
La obesidad es una enfermedad que en la actualidad no solo afecta a adultos, sino también a niños, quienes pueden desarrollar enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial y embolias, entre otras. Es importante reconocer que la obesidad tiene efectos emocionales negativos para el individuo, quien puede sentirse rechazado por su aspecto. Las principales causas de la obesidad son el consumo excesivo de alimentos chatarra y la falta de ejercicio físico. El hecho de que una persona tenga sobrepeso no significa que esté completamente sana; por el contrario, tiene un mayor riesgo de desarrollar enfermedades que pueden poner en peligro su vida. La prevención y el tratamiento de la obesidad requieren un enfoque integral que involucre a las familias, las escuelas, el gobierno y la sociedad en su conjunto.