Poder y Obediencia: La Legitimidad Política en la Filosofía de Platón y Aristóteles
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¿Por qué obedecemos las leyes?
Los mecanismos de violencia del Estado no son suficientes para garantizar la obediencia de los miembros que componen la comunidad. Lo que verdaderamente garantiza la obediencia es el hecho de que esos mismos sujetos acepten a la persona o personas que ejercen el poder.
Los seres humanos nacemos dentro de la sociedad, que tiene unas estructuras de poder ya organizadas. Esto puede hacer que entendamos que el hecho de que alguien debe gobernar es algo normal en las sociedades humanas. Solo ciertas personas obtienen reconocimiento social para hacer uso del poder político, por lo que son los únicos individuos que gozan de legitimidad.
Legitimidad según los fines
Desde esta perspectiva, la legitimidad del poder político descansa en la identificación de la comunidad con el fin perseguido por los individuos que ostentan el poder.
Un ejemplo claro de esta forma de entender la legitimidad lo encontramos en la filosofía griega clásica.
El Filósofo Gobernante: Platón
Para el filósofo griego, el objetivo primordial del poder político es la felicidad de todos los miembros de la polis. Dicha felicidad descansa en la existencia de un poder que actúe y promulgue leyes de forma justa. Sin embargo, para Platón, solo aquellos que tienen capacidad para alcanzar el mayor grado de sabiduría posible podrán ser los gobernantes.
Únicamente los filósofos pueden alcanzar, según él, dicha sabiduría. Este conocimiento les permitirá elegir siempre la forma más justa para encaminar la vida de la polis hacia la felicidad.
Así, Platón realiza una crítica a las formas de gobierno más usuales en su época, ya que considera ilegítimas todas aquellas en las que no se realiza la justicia. La mejor forma de gobierno para él es la aristocracia, que es el poder de los mejores, siendo estos los filósofos.
El Carácter Comunitario del Bien: Aristóteles
Para Aristóteles, el hombre es social por naturaleza.
La sociedad tiene como fin primordial proporcionar los mecanismos y oportunidades apropiados para que el hombre pueda cultivar su virtud fundamental (la razón). De esta manera, la polis necesita regirse por leyes que sean adecuadas a este fin y se adapten a los diferentes miembros que la componen. Por consiguiente, es de suma importancia que se eduque a los ciudadanos en la responsabilidad de tomar parte en el gobierno de la ciudad.
Al igual que Platón, Aristóteles prestó atención al concepto de legitimidad política y distinguió entre diferentes formas de gobierno:
Gobiernos Legítimos
- Monarquía: Gobierno de uno en interés de la comunidad.
- Aristocracia: Gobierno de los mejores en pro de la polis.
- Democracia: Gobierno de la mayoría a favor de la comunidad.
Gobiernos Ilegítimos
- Tiranía: Gobierno de uno ejercido en interés propio.
- Oligarquía: Gobierno de unos pocos a favor del grupo dominante.
- Demagogia: Gobierno de la mayoría atendiendo a sus apetitos.