El Nuevo Orden Europeo Tras la Paz de Utrecht y el Rol de España en el Siglo XVIII
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La muerte del emperador José I marcó el principio del fin de la Guerra de Sucesión española. El cambio de monarca cambiaba también el equilibrio continental porque, si Carlos de Habsburgo lograba la victoria en España, podría formarse un inmenso y poderoso imperio. Por lo que Gran Bretaña y las Provincias Unidas, empeñadas en imponer una política basada en el equilibrio continental, empezaron a negociar con Francia el fin de la guerra. Se configuró el sistema de Utrecht, formado por los tratados de Utrecht y Rastatt. El Tratado de Utrecht (1713) y el de Rastatt (1714) supusieron el reconocimiento de Felipe V como rey de España y de las Indias, aunque renunciaba al trono francés y a diversos territorios en Europa.
Acuerdos Territoriales y Geopolíticos
Los acuerdos territoriales supusieron que estos territorios quedaran en manos del Imperio austriaco. Holanda obtiene el derecho de "barrera", que consiste en mantener tropas en zonas fronterizas con Francia. Por otro lado, Gran Bretaña retuvo Menorca y obtuvo Gibraltar. En cuanto al ámbito geopolítico, el sistema de Utrecht acabó con los intentos de hegemonía llevados a cabo por Francia, sustituyéndolos por un sistema basado en el equilibrio de poderes entre Francia, Gran Bretaña y Austria.
La ganadora desde el punto de vista político y económico será Gran Bretaña, que logró imponer el equilibrio de poderes en Europa, a la vez que obtenía un dominio marítimo y comercial. A esto último contribuyeron las cláusulas económicas del tratado, en las que se establecen las concesiones comerciales realizadas por España en América.
El Papel de España y los Pactos de Familia
La política del siglo anterior va a ser sustituida por un sistema de rivalidades entre Estados, divididos en distintos bloques de poder equivalente, buscando la paz. Para España, la firma de los tratados de Utrecht y Rastatt supuso la pérdida definitiva de su hegemonía territorial y política en Europa, y el fin del control en los territorios de América. España pasará a ser una potencia de segundo orden, obligada a apoyar la política exterior de Francia, lo que se verá reflejado en los llamados Pactos de Familia.
Los Pactos de Familia
- Primer Pacto de Familia (1733): Firmado por Felipe V para recuperar el poder español en Italia. Se consigue que Nápoles y Sicilia vuelvan, pero como reinos independientes.
- Segundo Pacto de Familia (1743): Luis XV de Francia apoyó las aspiraciones españolas en el norte de Italia, aprovechando la Guerra de Sucesión Austriaca.
- Tercer Pacto de Familia (1761): Se firmó en el reinado de Carlos III para defender los intereses coloniales hispano-franceses en América.