La Nueva Monarquía de los Reyes Católicos: Unión Dinástica y Reformas

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La Nueva Monarquía de los Reyes Católicos

Unión dinástica y reorganización político-administrativa

Isabel de Castilla y Fernando de Aragón casaron en 1469. Su matrimonio supuso el inicio de una nueva concepción del Estado que se denominaría Monarquía Hispánica y que significó la base de los Estados Modernos.

Unificación Interior

El enlace matrimonial englobó dinásticamente dos reinos peninsulares: la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, aunque no significó la unificación política de las dos entidades. Cada reino mantuvo sus propias instituciones de gobierno y legislación, pero procuraron reforzar el poder de la Corona. Esta situación se denominó Unión Dinástica de los reinos.

Otro de los elementos que configuraron la política interior fue el logro del denominado Uniformismo Religioso, es decir, tratar de lograr que todos los súbditos de la Corona practicasen el Catolicismo. Impulsaron la unificación religiosa al someter a los musulmanes de la península Ibérica, expulsar a los judíos y obligar a la conversión de los musulmanes y judíos que quedaron. Muchos de los perseguidos por su religión optaron por marchar, aunque un gran número optaría por la conversión; esta solución no sería el fin de sus problemas, ya que fueron estrechamente vigilados por la Inquisición y perseguidos muchas veces con acusaciones de herejía.

La Formación de un Estado Moderno

La política interior de los Reyes Católicos tenía como objetivo el fortalecimiento de los poderes del Estado. Castilla era el territorio más poderoso de la nueva Unión Dinástica, tanto por su mayor potencia demográfica como por su dinamismo económico. En la Corona de Aragón el poder real estaba más limitado, pues cada parte del territorio tenía instituciones forales particulares. La supremacía de Castilla acabó por favorecer la difusión de sus costumbres, leyes o lengua al resto de los territorios gobernados por los Reyes Católicos. En este sentido, la actuación de los monarcas en favor del fortalecimiento del poder real fue mucho más efectiva en Castilla, donde pudieron aplicar su política autoritaria y centralizadora que en Aragón, donde sobreviviría el pactismo y las instituciones forales imponían restricciones a la actuación de los reyes. La política institucional que emprendieron los Reyes Católicos se orientó a crear una monarquía autoritaria y fuerte frente a los otros grandes poderes: nobleza, clero y ciudades. Pretendían socavar los privilegios políticos de estos grupos y hacer más efectiva la administración del Estado. Para lograrlo reformaron las instituciones existentes.

  • Se reorganizó el Consejo Real de Castilla, que pasó a ser el primer órgano de gobierno. Se incluyeron entre sus miembros funcionarios de formación jurídica fieles a los reyes, de modo que se limitó el poder de la aristocracia y su influencia política. Se crearon también otros Consejos (Aragón, Indias, Navarra, Inquisición, etc.) centrados en aspectos territoriales o políticos concretos.
  • Se crearon nuevos cargos ocupados por funcionarios de confianza de los Reyes Católicos, como los Virreyes, representantes de la Corona en los territorios más distantes (América); o los Corregidores, encargados de la gestión municipal.
  • Se redujo el papel de las Cortes de Castilla, decayendo su papel y, por lo tanto, su poder. Las Cortes de Aragón mantuvieron su poder de control sobre el monarca.
  • Creación de la Santa Hermandad, cuerpo armado creado inicialmente con la finalidad de proteger los caminos del reino. Este cuerpo evolucionará hasta transformarse en un ejército profesional, pagado y comandado por los monarcas. De este modo los Reyes Católicos fueron logrando evitar la dependencia de las mesnadas señoriales (“ejércitos” de los señores feudales) y afianzando el poder real frente al poder feudal.
  • Sometimiento de los señores feudales. La monarquía atrajo a la alta nobleza, otorgándole cargos en la Corte y en la guerra. De esta manera los nobles dejaron de vivir y administrar directamente sus señoríos. Los nobles que se opusieron al poder real fueron reprimidos y sus castillos derribados (ejemplo: Galicia).
  • Instaurar la Justicia real. Crearon las Reales Audiencias, tribunales dependientes de los reyes que podían juzgar los delitos y estaban por encima de la justicia de los señores feudales.

Política Exterior

La política exterior de los Reyes Católicos estuvo marcada por la consecución de tres grandes objetivos:

  • En la Península Ibérica: El primer paso fue la conquista del Reino nazarí de Granada (1492), que se justificó como una Cruzada contra los musulmanes. El siguiente paso fue la anexión de Navarra, territorio disputado a Francia, en 1512.
  • La continuidad de la expansión hacia el Mediterráneo y hacia el Atlántico: En el Mediterráneo el objetivo principal fue ocupar el reino de Nápoles, que quedó integrado en la Corona de Aragón. Otro centro de interés fue el norte de África, donde se conquistaron enclaves como Melilla, Orán o Trípoli. Con estas conquistas se pretendía controlar la actividad de piratas berberiscos y turcos en el Mediterráneo. En el Atlántico, la política de los Reyes Católicos se orientó a completar la conquista de las Islas Canarias, enclave estratégico en las rutas comerciales hacia África y, desde 1492, hacia América. La política atlántica de la monarquía de los Reyes Católicos culminó con la llegada al continente americano y la incorporación de estas tierras a la Corona de Castilla.
  • El establecimiento de una nueva diplomacia: Los intereses territoriales de la monarquía chocaban con los de Francia. Por eso buscaron alianzas con Gran Bretaña, el Papado o el Sacro Imperio para aislar a Francia.

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