La Novela Social Española de los Años 50: Compromiso y Realismo Crítico
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La Novela Social Española en los Años Cincuenta: Contexto y Corrientes
Los años cincuenta fueron una década de profundas transformaciones sociales en España. En este contexto, la literatura debía cumplir la función de informar al lector sobre aquello que no aparecía en los medios de comunicación y de sensibilizarlo ante la realidad. A pesar de que la censura política, religiosa y sexual seguía vigente, los autores de esta década se plantearon un compromiso ético ineludible con la realidad de su tiempo.
Hacia 1951, el régimen franquista comenzó un lento proceso de liberalización con el objetivo de lograr la aceptación internacional. Como consecuencia de ello, aparecieron nuevos novelistas que desarrollaron una corriente fundamental: el Realismo Crítico. Estas novelas mostraban una España destruida, desigual y carente de libertades, reflejando la sociedad tal y como era.
Corrientes de la Novela Social
La novela social de la época puede dividirse en dos corrientes distintas:
- El Objetivismo
- El Realismo Crítico
El Objetivismo: Técnicas y Temas
El Objetivismo se caracteriza por una serie de técnicas narrativas innovadoras:
- La desaparición de la figura del narrador, lo que fomenta la implicación del lector en la novela.
- Predominio del diálogo.
- Una gran condensación espacio-temporal.
- La preferencia por un personaje colectivo que interactúa con un personaje representativo.
- La linealidad narrativa, aunque en ocasiones la narración puede ser discontinua y utilizar el flashback como técnica.
Temas Recurrentes del Objetivismo
- La dura vida del campo.
- El mundo del trabajo.
- El tema urbano.
Estilo y Características del Objetivismo
La estructura del relato es sencilla y se prefiere la narración lineal. La desnudez y concisión se perciben en las descripciones, que poseen un papel predominantemente funcional. El corto espacio de tiempo en el que se concentra la acción de las novelas refleja un considerable esfuerzo de construcción.
En las novelas objetivistas, se prefiere el personaje colectivo. El personaje representativo aparece como miembro de una clase social más que como un individuo dotado de una psicología singular. Las técnicas derivadas del objetivismo se limitan a registrar lo meramente externo; el novelista no comenta ni juzga. Los diálogos ocupan un lugar preeminente en las novelas sociales, y el lenguaje adopta un estilo de crónica, desnudo y directo.
Obras Clave del Objetivismo
La Colmena de Camilo José Cela (1951)
Publicada en 1951, La Colmena es una obra fundamental cuyas aportaciones más significativas son:
- La fragmentación de la acción en secuencias de diferente extensión.
- La desaparición de la fábula tradicional.
- La desmitificación del héroe.
- El protagonista colectivo.
- La estructura abierta, que provoca la alteración del orden lineal del relato.
- Una clara voluntad de objetividad, aunque no se consigue plenamente.
La novela carece de una trama convencional, ya que es una sucesión de escenas que conforman un fresco de la vida cotidiana del Madrid de la posguerra. El tiempo es un elemento crucial en el relato, pues los sucesos narrados ocurren en tan solo tres días y parte de otro.
El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio (1955)
Gracias a esta obra, Rafael Sánchez Ferlosio ganó el Premio Nadal en 1955, marcando un hito importante en la evolución de la novela de posguerra. El Jarama es el máximo exponente del Objetivismo: la acción es irrelevante, y en ella predomina el diálogo sobre la intriga, mostrando la falta de ilusiones de sus personajes a través de un lenguaje coloquial y auténtico.