La Novela Española del Siglo XIX: Realismo y Naturalismo (Galdós, Clarín y Autores Clave)

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Introducción a las Corrientes Literarias del Siglo XIX

Realismo

El Realismo, como corriente artística, surge en Francia durante la primera mitad del siglo XIX. Su principal objetivo es la representación fidedigna de la realidad. Aunque convive con el Romanticismo, el Realismo combate el subjetivismo. El tema central que aborda es el conflicto inherente entre el individuo y la sociedad.

Naturalismo

El Naturalismo, cuyo máximo representante es el francés Émile Zola, es una derivación extrema del Realismo que niega la parte espiritual del ser humano. Esta corriente se caracteriza por:

  • La abundancia de ambientes degradados y prostibularios.
  • La presencia de personajes marginales, tarados y psicópatas.
  • Una visión determinista del ser humano, influenciado por la herencia y el medio.

Los Primeros Exponentes del Realismo Español: Pereda y Valera

El Realismo llega a España alrededor de 1876, viviendo su apogeo en la década de los 80. José María de Pereda y Juan Valera fueron dos de sus primeros y más importantes exponentes.

José María de Pereda

Pereda se sitúa en la línea tradicionalista. Su obra se centra en la exaltación de la naturaleza y las gentes sencillas de su tierra cántabra, ofreciendo un retrato costumbrista y regionalista.

Juan Valera

Valera, un hombre de mundo, orienta su Realismo hacia lo psicológico. Estaba dotado para el estudio y el análisis de los corazones humanos, en particular los femeninos. Su estilo es el más cuidado y elegante de la época. El tema más habitual en su producción es el amor. Destacan sus obras Pepita Jiménez y Juanita la Larga.

Benito Pérez Galdós: El Gran Novelista del Siglo XIX

En la vasta obra de Galdós, distinguimos dos líneas narrativas paralelas que definieron la novela española moderna:

Los Episodios Nacionales

Constituyen un ambicioso proyecto que ofrece una visión novelada del siglo XIX español. Se estructuran en cinco series que constan de 10 novelas cada una, excepto la última, que solo tiene 6. Fueron escritas entre 1876 y 1912.

  • Las dos primeras series abarcan la Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII.
  • Las restantes llegan hasta la Restauración.

En estas obras se narran episodios de la vida cotidiana de personajes ficticios, creando un nuevo tipo de novela histórica.

Novelas Españolas Contemporáneas

En los años 70, Galdós publica varias novelas tempranas como Doña Perfecta, Gloria y La familia de León Roch, que sirven a su propósito de atacar la intransigencia y el fanatismo.

La segunda gran serie de novelas galdosianas, llamadas por él mismo «Novelas Españolas Contemporáneas», se abre con La desheredada (1881). Otras obras fundamentales son El doctor Centeno, Tormento, Miau y, la más importante, Fortunata y Jacinta.

En todas estas obras, los diálogos son vivos y espontáneos, adaptándose al tipo de personaje y a su condición social. Galdós es también un maestro en el uso del monólogo interior, y no faltan en sus obras notas de humor, momentos de ironía y parodia.

A partir de la década de los 90, se percibe una inclinación hacia los problemas espirituales. En Nazarín y en Misericordia, otras de sus obras maestras, prevalecen los valores del amor y la caridad.

La Influencia del Naturalismo: Pardo Bazán y Blasco Ibáñez

La influencia del Naturalismo alcanzó a otros dos novelistas clave de la época:

Emilia Pardo Bazán

Pardo Bazán publicó en 1883 La cuestión palpitante, un estudio y crítica del Naturalismo de Zola. Compuso un intenso cuadro de gentes y paisajes de su Galicia natal en Los pazos de Ulloa y La madre Naturaleza, donde describe un mundo rural lleno de ignorancia y pasiones.

Vicente Blasco Ibáñez

Blasco Ibáñez es el novelista más cercano a la ortodoxia naturalista, por lo que se le conoció como «El Zola Español». Supo captar el mundo rural de su tierra, poblando las páginas de La barraca y Cañas y barro. Alcanzó un gran éxito de público con Los cuatro jinetes del Apocalipsis en 1916.

Leopoldo Alas «Clarín»

Clarín fue un hombre culto y un gran conocedor de la literatura y la filosofía. Compuso más de setenta cuentos y novelas cortas. Su cultivo de la novela mayor comienza con La Regenta (1885), una obra cumbre de la literatura española que solo puede compararse en talla a Fortunata y Jacinta de Galdós. Le siguieron Su único hijo y Cuesta abajo, ambas muy lejos de la calidad de la primera.

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