La Novela Española a Principios del Siglo XX: Unamuno, Baroja y la Generación del 98
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1. Una Nueva Narrativa: El Amanecer del Siglo XX
La aparición de cuatro novelas clave en 1902, como La voluntad de Azorín, Amor y pedagogía de Unamuno, Camino de perfección de Baroja y Sonata de otoño de Valle-Inclán, supuso una ruptura significativa con la novela realista del siglo XIX en dos aspectos fundamentales:
- Subjetivismo: Ya no interesaba el reflejo fiel de la realidad, sino la exploración profunda del individuo y su mundo interior.
- Preocupación Artística: Se buscaba un empleo específico y renovado del lenguaje. Los cuatro autores mencionados pretendían innovar el estilo, las estructuras narrativas y las técnicas de la novela.
Características Generales de la Novela del 98:
- Estructura: Abierta y muy próxima al ensayo, permitiendo una mayor libertad formal.
- Temas: La lucha por la vida, el conflicto entre razón y fe, el paso del tiempo y la omnipresencia de la muerte.
- Personajes: Siempre destaca un protagonista individual, a menudo introspectivo y existencialista.
- Punto de Vista: Predominantemente subjetivo y personal, reflejando la visión particular del autor o del personaje.
- Espacio y Tiempo: Ausencia de una localización espacial y temporal precisa, lo que contribuye a la universalidad de los temas.
- Lengua y Estilo: Sobrio y cuidado, caracterizado por párrafos breves, frases cortas. Se rescatan vocablos olvidados y se enriquece el léxico con neologismos, buscando la precisión y la expresividad.
Destacan autores como Azorín, Baroja y Unamuno. Las novelas de estos autores se abordarán con mayor detalle al final de este tema.
2. La Narrativa de Ramón María del Valle-Inclán
Su principal aportación a la literatura fue el esperpento. Cultivó todos los géneros, mezclándolos en sus obras en busca de lo que él denominaba "arte total".
El Modernismo en la Obra de Valle-Inclán: Las Sonatas
En esta etapa, Valle-Inclán escribió varias obras:
- Femeninas: Relatos de amor protagonizados por mujeres sexualmente emancipadas, que luchan por la libertad en su vida amorosa.
- Las Sonatas: Novelas cortas que narran las memorias eróticas del Marqués de Bradomín, con un tono irónico y esteticista.
Los Esperpentos: Tirano Banderas y El Ruedo Ibérico
- Tirano Banderas: Retrato de un dictador hispanoamericano que conserva el poder por el temor que ejerce sobre los demás. El lenguaje mezcla el español peninsular y el español de América, con el que Valle-Inclán pretende denunciar la deformación del lenguaje y la realidad.
- El Ruedo Ibérico: Trilogía que ofrece una visión caricaturizada de Isabel II y su corte, utilizando la deformación grotesca propia del esperpento para criticar la sociedad española.
3. Las Novelas de Azorín
La principal característica de las novelas de Azorín es que en sus obras apenas se distingue entre novela y ensayo. El argumento no es el eje central de la novela, sino un pretexto para la reflexión y la descripción.
- El Estilo: En sus novelas, el lenguaje pasa a un primer plano. Su estilo melancólico está íntimamente ligado a su particular manera de ver y sentir el mundo.
- Descripciones: Utiliza una técnica miniaturista, prestando atención a los pequeños detalles y a la atmósfera.
- Obras Destacadas: La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo.
4. La Novela Novecentista: Hacia la Renovación
Los novelistas de la Generación del 14 se reparten en dos líneas principales:
- Aquellos que continúan con las formas narrativas de etapas anteriores, manteniendo una tradición.
- Aquellos que intentan una renovación profunda, donde algunos de ellos enlazarán con las vanguardias. Destacan autores como Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala, quienes utilizan el lirismo, la ironía y el humor, a menudo en favor del intelectualismo y, en ocasiones, de la deshumanización.
Gabriel Miró: Sensibilidad y Dominio del Lenguaje
Su obra se compone de veintidós libros, entre novelas largas y narraciones cortas. Miró destaca por su temperamento, su sensibilidad, su capacidad de captar sensaciones y un gran dominio del lenguaje. En sus novelas, la acción deja de ser el elemento fundamental para convertirse en el soporte de las descripciones y la atmósfera. Sus obras maestras son Nuestro padre San Daniel y El obispo leproso, que ofrecen una clara visión crítica ante la intolerancia religiosa.
AYALA ATRÁS