La Novela Española de Posguerra: Realismo Social y Existencialismo

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La Novela Española de los Años 40

La Guerra Civil española supuso un profundo corte en la evolución literaria española debido a la muerte de algunos escritores, el exilio de otros y la censura impuesta desde la década de los 30. Al estudiar la novela española de este periodo, debemos distinguir entre los novelistas en el exilio y aquellos que permanecieron o se dieron a conocer durante la posguerra.

Novelistas Españoles de Posguerra

La novela española después de la Guerra Civil necesitó comenzar de nuevo. Los novelistas tuvieron que buscar un nuevo camino con múltiples tendencias:

  • A principios de los 40 se publican novelas sin gran interés temático ni innovaciones formales:
    • Novela ideológica conservadora: Defiende la política del país, los valores tradicionales y justifica la guerra civil y sus consecuencias.
    • Novela realista clásica: Más costumbrista.
    • Novela humorística: Amplio público con autores como Wenceslao Fernández Flórez.
  • Dos fechas suelen señalarse como indicios de un nuevo arranque del género: 1942, con la publicación de La familia de Pascual Duarte, de Cela, y 1945 con Nada de Carmen Laforet. Es el inicio de la novela de corte existencial, que se centra en la incertidumbre de los destinos humanos y en la ausencia o dificultad de comunicación personal. Son personajes desarraigados y desilusionados, unas veces oprimidos y otros indecisos que se debaten en el conflicto y la duda. Son novelas realistas, con la aparición de un narrador en primera persona que rememora el tiempo pasado. Son la expresión y el reflejo amargo de la vida cotidiana marcada por la pobreza, la incultura… Pero en ninguna de estas novelas encontraremos una crítica o denuncia directa. Es característico el empleo del monólogo interior en el que el personaje toma la palabra y expone sus sentimientos.
Camilo José Cela

Nació en Padrón en 1916 y murió en Madrid en 2002. Realizó estudios de medicina y derecho que no terminó. Tomó partido del bando nacional y trabajó como funcionario durante algún tiempo para luego dedicarse por completo a la literatura, dedicación que le llevó al Premio Nobel. Es autor de numerosas obras, La familia de Pascual Duarte y La colmena son referentes de la literatura española posterior a la Guerra Civil.

La familia de Pascual Duarte, escrita en 1942, fue la primera novela con gran relevancia de la posguerra. Produjo una auténtica conmoción y fue calificada como tremendista por la crítica, debido al mundo amargo y truculento y la violencia en la que nos sumerge.

Argumento: Campesino extremeño que, en la cárcel, condenado a muerte, escribe su vida. Una infancia sórdida. Luego, dos matrimonios desgraciados y una horrible escena final en la que el protagonista mata a su madre. A pesar de todo el cúmulo de atrocidades, el escritor logra dar veracidad a la historia.

Estructura y contenido: Se presenta con un relato autobiográfico en el que el protagonista se encuentra en la cárcel e intenta explicar por qué ha cometido todos esos errores. Aunque quiere dejar claro en sus memorias que es un hombre perseguido por la fatalidad.

Entorno familiar y social del protagonista: Pascual Duarte es un antihéroe, un completo marginado que quiere dejar constancia de la responsabilidad del entorno familiar respecto a su conducta. Se plantea así un determinismo radical: el protagonista es un objeto pasivo de su destino. Sus acciones en la vida no son más que reacciones. Vemos un entorno opresivo, donde todo es violencia y crueldad empezando por la madre, a la que ve al final como un enemigo a la que tiene necesidad de matar.

El calificativo de tremendista le viene a la novela por cargar las tintas en los aspectos más descarnados de la realidad. Si bien tiene un pleito existencial, representa la vida como aislamiento e incapacidad de comunicación del protagonista con los demás. Pero, con un cierto enfoque social ya que el protagonista también es víctima de una sociedad inculta y primitiva. La novedad es que está narrada con un lenguaje rural pero muy cuidado con la finalidad de que al lector le pareciera verosímil la historia. Esta obra provocó un escándalo que dio lugar a la clasificación con el término tremendismo.

Carmen Laforet

Nada fue la ganadora del primer Premio Nadal en 1944. Refleja una parcela irrespirable de la realidad contemporánea, con un estilo desnudo y un tono desesperadamente triste.

Argumento: La protagonista es una joven que recién terminada la guerra se traslada a Barcelona para estudiar y empezar una nueva vida. Cuando llega a casa de su abuela, de donde solo tiene recuerdos de su infancia, encuentra un ambiente de hambre, suciedad, violencia… En el que se siente oprimida por su tía Angustias. Aparte de su abuela, viven sus tíos y la criada.

Sin embargo, en la universidad conoce a una chica de la que se hará amiga y juntas se abren al mundo exterior. La obra es muy pesimista. El entusiasmo de Andrea por la ciudad será violentamente sacudido por las brutales escenas que presencia. Al cabo de un año se marcha, llevándose un vacío a su lado. El desenlace lo encierra una huida total, la huida de la joven a Madrid deja en el aire una incógnita: no sabemos si el proceso de desencanto se pondrá en marcha de nuevo o si por el contrario podrá cumplir sus ilusiones.

Es un relato sencillo, de estructura lineal. El tiempo se concentra en un único año, marcado por los fenómenos de las estaciones. En cuanto al espacio, se bifurca en dos planos paralelos: la ciudad de Barcelona y la casa familiar que llega a representar las nociones antitéticas de libertad/opresión. El rasgo más innovador reside en que está hecha a base de retazos. Quedan muchas zonas de penumbra para que el lector pueda reconstruirlas y llenar los huecos.

Lo que une inicialmente a los novelistas en los años 40 es: el reflejo amargo de la vida cotidiana. Su enfoque se hace desde lo existencial. Pero la censura hace imposible cualquier intento de denuncia y limita los alcances del testimonio social. Por eso, aún no puede hablarse de una novela social. La reflexión sobre las implicaciones del malestar social en la esfera de lo personal y lo existencial. Los grandes temas son la soledad, la frustración, la muerte, la dificultad de la comunicación personal… Es relevante la abundancia de personajes marginales y desarraigados. Todo ello revela el malestar social del momento. El destino trágico se resuelve en una violencia extrema y sin sentido. Predomina el narrador en primera persona, muchas veces el autobiografismo: el personaje cuenta su vida evocando el pasado. Será una reducción espacial y temporal. Se utiliza un lenguaje duro, reflejo de las circunstancias y el medio degradado que viven los personajes.

El Realismo Social en la Novela de los 50 (La colmena y El Jarama)

A partir de los 50, se produce una tímida liberación: el régimen franquista intenta una mínima apertura que le permite cierto reconocimiento internacional. Algunos novelistas de posguerra se orientaban hacia un reflejo realista de la sociedad. La novela social, entre la publicación de La colmena y Tiempo de silencio, reproduce la realidad que quiere tratar y busca de manera más o menos explícita una intención social.

En los 50 aparece el realismo social: el escritor, consciente de la realidad histórica y social, utiliza su obra como vehículo de protesta y como consecuencia recoge nuevas preocupaciones sociales. Dos obras son consideradas precursoras: La colmena de Camilo José Cela y La noria de Luis Romero, un reflejo de la sociedad de la Barcelona de los 50.

1954 es considerado el año inaugural: publican sus obras Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos y Juan Goytisolo. El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio, Entre visillos de Carmen Martín Gaite… Estos novelistas comparten las influencias recibidas de otros escritores y las mismas preocupaciones temáticas y formales. Además, reciben la influencia de los pensadores marxistas y los escritores existencialistas.

Temas, Técnicas y Estilo

El contenido tiene toda la prioridad y el estilo se subordina a las técnicas elegidas. Los temas están ligados a la sociedad española de la época. La problemática social del momento en toda su amplitud: las duras condiciones de vida en el campo, la clase económica y cultural de España. La estructura suele ser sencilla, narración lineal y descripciones desnudas con un papel funcional. Se presenta un protagonista colectivo o múltiple que encarna los problemas que se trata de presentar; son personajes que se limitan a estar porque padecen el sufrimiento y el aislamiento social. También encontramos la presencia del personaje representativo, tomado como síntesis de una clase o un grupo.

Se busca normalmente la condensación espacial y temporal. Se centra en un solo lugar y un tiempo novelesco. Existen múltiples acciones protagonizadas por diferentes personajes que transcurren a la vez. Ello revela la meditada construcción de las obras en contra de la aparente sencillez.

Narrador objetivo: Cuenta la historia en tercera persona. Es un observador y transmite al lector la realidad que observa; utiliza la técnica cinematográfica, es decir, que cuenta lo que ve y oye con una pura objetividad que aunque nunca es posible por completo porque el autor realiza una labor de documentación y selección de los hechos. La mayoría de las obras comienzan ya en mitad de la historia por lo que utilizan recursos como el flashback.

El diálogo: Ocupa una gran importancia. Recogen el habla viva. Fuera de los diálogos, el lenguaje adopta normalmente el estilo de la crónica, desnudo, directo. Esto supondría en muchos casos un empobrecimiento. Se llegó a un cierto maniqueísmo y una postura igualmente maniquea, para la cual solo era válida la literatura social frente al esteticismo.

La colmena

Se publica en Buenos Aires en 1951 con la supresión de algún fragmento considerado pornográfico por la censura del General Perón. La censura española la rechazó y no llegó hasta 1969.

Estructura: Seis capítulos y un final. Cada capítulo está integrado por una serie de secuencias separadas por un espacio en blanco y de longitud variable. Cada secuencia se centra en un personaje. A menudo se trata de una composición simultánea con técnica cinematográfica: varias secuencias transcurren en el mismo momento. La suma es el conjunto de las celdillas de la colmena. Esta estructura se ha calificado de caleidoscópica o contrapunto. Son vigas que transcurren paralelas o entrecruzadas y tejen un vivir colectivo que sería el objetivo primordial del novelista: la vida de Madrid en 1942. Son instantáneas que cruzan por un momento ante nuestra vista para desvanecerse enseguida.

La unidad viene dada por la reducción espacial y temporal ya que abarca poco más de dos días invernales del Madrid de la inmediata posguerra. No es lineal: se produce un entrecruzamiento que va ligado al movimiento de los personajes. El espacio se reduce al café de Doña Rosa y otros bares, algunas casas particulares, casas de citas, etc. Por otro lado, responde al modelo estructural abierto ya que no hay un argumento ni un desenlace, no sabemos qué será de los personajes al final.

Protagonista colectivo: El número de personajes es elevadísimo, casi 300, de los que unos 45 alcanzan cierto relieve. Gente mediocre y a menudo de baja talla moral.

Narrador omnisciente y objetivista: Es un testigo privilegiado que conoce los entresijos de sus criaturas y nos brinda datos y opiniones sobre ellas. Las observa desde fuera sin intervenir en su vida dejando que se muestren a través de los diálogos. En las palabras del narrador se trasluce una visión del mundo.

Rasgos estilísticos: El novelista se revela como un virtuoso en el manejo del idioma:

  • Los diálogos: Recogen matices de la lengua coloquial para reflejar la conciencia de quienes la utilizan.
  • Caracterización de personajes y ambientes: Utiliza la técnica impresionista que consiste en rápidas pinceladas sueltas seleccionando los motivos y las frases cortas.
  • Junto a pasajes de depurado lirismo encontramos retratos grotescos.

Alcance social y existencial: Se nos revela un mundo marcado por la sordidez de los tiempos de penuria y la resignación de unos seres que no parecen dispuestos a cambiar nada. Se trata de una masa alienada. Las relaciones sexuales tienen un papel principal y están vistas de forma descarnada como corresponde a la crudeza de la obra que muestra las miserias de la sociedad. La raíz del alcance existencial de la obra estaría en la desesperanza del autor. La colmena se sitúa entre la novela existencial y la social, pero como obra claramente precursora de la novela social de los años 50. En el plano técnico, tres principales estructuras pasan a la novela social: la concentración del tiempo, la reducción del espacio y el protagonista colectivo.

El Jarama

De Rafael Sánchez Ferlosio, es la mejor plasmación de la técnica objetivista: el narrador registra los hechos como si de una cámara cinematográfica se tratara. La obra narra la excursión de unos jóvenes al río Jarama a través de las conversaciones que mantienen los grupos de personas: los jóvenes excursionistas y los adultos que se reúnen en un merendero cerca del río. Los diálogos, con absoluta fidelidad al habla de la época y lo insustancial de los hechos narrados, hacen aflorar en el lector la falta de sueños, de aspiraciones y de ilusión de ambas generaciones. Con una considerable concentración espacial y temporal, la acción es escasa e irrelevante; domina el diálogo sobre la intriga.

La anécdota es de lo más simple: un domingo de verano, un grupo de jóvenes madrileños de clase baja va de excursión al río. Las escenas en las que ellos intervienen se alternan con las que protagonizan los parroquianos de la taberna de Mauricio, a los que se suman luego el taxista Felipe Ocaña y su familia. No hay protagonistas; lo que interesa son los grupos en sí. Se trata de captar las pequeñas incidencias de un día cualquiera de unos personajes normales y corrientes. La tónica general es el aburrimiento. Y de pronto irrumpe de forma brutal la tragedia con la inesperada muerte de una de las muchachas.

La obra denota una singular perfección técnica. Las situaciones que se dan y los testimonios producen una absoluta impresión de veracidad. Otro de los grandes logros técnicos de la novela es la simultaneidad. Los episodios no se suceden sino que comparten la misma secuencia temporal. Estructura perfectamente calculada que intenta ajustarse al fluir de la vida.

La exclusividad coloquial: La plasmación del habla cotidiana es lo que más contribuye a la originalidad de la obra. Dentro del desarrollo de la novela española es la suprema manifestación de la estética realista.

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