El Novecentismo y las Vanguardias en la Literatura Española

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El Novecentismo y las Vanguardias en la Literatura Española

Entre 1910 y 1936, con el relevo de modernistas y noventayochistas, se suceden y coexisten diversos movimientos: el novecentismo, las vanguardias y la Generación del 27, que coinciden en su afán de modernizar el pensamiento y el arte.


El Novecentismo

El novecentismo (también se llama a sus componentes Generación del 14 porque adquieren la madurez en torno a la Primera Guerra Mundial) surge hacia 1910. Es un movimiento formado por jóvenes intelectuales liberales que pretenden modernizar la sociedad española y acercarla a Europa. El auge del novecentismo se produjo en la década de 1920 y decayó en la de 1930, cuando las circunstancias históricas exigieron una actitud más comprometida.

Destacan en el grupo el pensador Ortega y Gasset, el escritor Pérez de Ayala y el doctor Gregorio Marañón. También destaca Juan Ramón Jiménez.

Características del Novecentismo:

  • Intelectualismo: Defienden la racionalidad y el rigor intelectual.
  • Europeísmo: Propugnan la modernización intelectual del país y su vinculación a la cultura europea. Critican el tradicionalismo y el casticismo.
  • Presencia en la vida cultural y política: Confían en la labor dinamizadora de las minorías cultas.
  • Ideal universalista: Muestran su preferencia por la cultura urbana.
  • Esteticismo: Defienden el “arte puro”, alejado del sentimentalismo y del realismo. Se produce la defensa del distanciamiento entre el arte y la vida y preocupación formal. Se admira el rigor intelectual de la obra bien hecha en todos los ámbitos y el arte minoritario e intelectual.

Los novecentistas buscan una literatura depurada en la forma y en los contenidos. Los géneros más cultivados son la prosa poética, el ensayo y la poesía.

En el ensayo novecentista predominan los planteamientos reflexivos y el tono objetivo. Con frecuencia se publican como colaboraciones periodísticas.

Principales figuras del Novecentismo:

José Ortega y Gasset se le considera el inspirador del grupo. Creó la Revista de Occidente, que acogía las aportaciones artísticas y filosóficas más innovadoras. Escribió sobre todo ensayos de tema filosófico. En sus reflexiones sobre España, denuncia el aislamiento del país y se declara europeísta convencido. Destaca su obra España invertebrada. En relación con la estética, destaca La deshumanización del arte, una justificación teórica de las vanguardias e influyó mucho en la Generación del 27. Para Ortega, el nuevo arte se caracteriza por ser “original, minoritario, antirromántico y antirrealista, deshumanizado e intranscendente”.

Eugenio d’Ors creó el término “novecentismo” y lo contraponía a la sensibilidad “ochocentista”. Como periodista, fue muy conocido por las “Glosas”, breves artículos que responden a la mentalidad educadora novecentista.

Los narradores novecentistas abandonan la novela realista y experimentan nuevos caminos a través del lirismo (Gabriel Miró), del humor (Wenceslao Fernández Flórez) o del intelectualismo (Ramón Pérez de Ayala y Benjamín Jarnés). Gabriel Miró empezó con narraciones decadentes modernistas (Las cerezas del cementerio) y más tarde evolucionó a una novela que se demora en la descripción de sensaciones y ambientes (El obispo leproso). Ramón Pérez de Ayala comenzó con novelas autobiográficas al estilo de los noventayochistas (Troteras y danzaderas) y después escribió una narrativa intelectual, (Tigre Juan).

La lírica novecentista representa el fin del modernismo. Aspira a una perfección formal que sea fruto de la inteligencia. Culmina en la poesía pura de Juan Ramón Jiménez que fue contemporáneo de Antonio Machado y de Unamuno, pero su obra lo convierte en el nexo entre la primera generación (modernistas y 98) y la Generación del 27, que lo acogió como maestro. Consagró su vida a la poesía, a la que identifica con la belleza y con la verdad. Algunas de sus dedicatorias (A la minoría siempre, A la inmensa minoría) muestran el anhelo de una perfección que sólo puede ser apreciada por las elites cultivadas. Su evolución refleja una creciente dificultad, que culmina con la poesía pura, intelectual y difícil. El propio poeta clasificó su obra en tres épocas:

  1. Etapa sensitiva o modernista (desde los inicios hasta 1915):  Arias tristes.
  2. Etapa intelectual o de poesía pura (desde 1916 hasta 1936): Su objetivo es desnudar el lenguaje de ornamentos y plasmar lo esencial. Diario de un poeta recién casado.
  3. Etapa suficiente o verdadera, escrita en el exilio a partir de 1936: En el otro costado.

Las Vanguardias

Los movimientos vanguardistas o ismos –cubismo, futurismo, dadaísmo, expresionismo y surrealismo- se iniciaron en Europa en torno a la primera Guerra Mundial y triunfaron en los “felices años veinte” Las vanguardias tuvieron una rápida acogida en España. Tertulias, como la del Café Pombo y revistas como La gaceta literaria y la Revista de Occidente estaban atentas a toda novedad. Figuras destacadas de la época fueron Ramón Gómez de la Serna, promotor y precursor de las vanguardias, y el poeta chileno Vicente Huidobro.

Periodos de las Vanguardias en España:

  1. Nacimiento y auge del vanguardismo (1908-1925): Las primeras manifestaciones vanguardistas aparecieron hacia 1908, con Ramón Gómez de la Serna. Hacia 1918 proliferaron los ismos y triunfaron el ultraísmo y el creacionismo, que recogieron el tono lúdico y vital de los dadaístas y la adoración por las máquinas y la velocidad de los futuristas. El creacionismo lo difundió Vicente Huidobro, que llegó a España en 1918. Defiende la capacidad creadora de las imágenes. Por su parte, el ultraísmo basa la literatura en la metáfora, pues pretende captar la realidad mediante percepciones fragmentarias y con imágenes ilógicas.
  2. Surrealismo y rehumanización: La influencia surrealista inició la rehumanización, pues recoge las emociones, la angustia y la rebeldía ante la sociedad moderna. El surrealismo fue el movimiento que más influyó en la Generación del 27. Su huella se refleja en la libertad imaginativa y formal y, sobre todo, en las nuevas imágenes irracionales, asociaciones sin significado lógico, pero de enorme carga emotiva. El final de las vanguardias se produjo en la década de 1930, cuando numerosos vanguardistas se inclinaron hacia una poesía comprometida y humana. La guerra y el exilio acentuaron la tendencia a la poesía ética o social.

Figura destacada de las Vanguardias:

Ramón Gómez de la Serna fue la figura central del vanguardismo. Dirigió, entre 1908 y 1913, la revista Prometeo, donde aparecieron los primeros manifiestos vanguardistas. Escribió cuentos, novelas y teatro vanguardista, pero lo más interesante son sus Greguerías. Se basan en una metáfora audaz, inesperada, insólita y humorística. Las greguerías influyeron en las metáforas de los poetas del 27.

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