Nomos vs. Physis: La Naturaleza Humana, la Ley y la Sociedad en la Filosofía Sofista

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La filosofía sofista plantea una oposición fundamental entre los dictados de la naturaleza (physis) y los del “nomos” (los artificios humanos). Esta dicotomía se refiere a la tensión entre lo que la naturaleza exige y lo que imponen las leyes y las costumbres sociales.

El término nomos tiene múltiples significados:

  • Opinión o creencia: Se refiere a opiniones colectivas y estables, no temporales.
  • Costumbre o usos sociales: Alude a modos de comportamiento vigentes y establecidos en una colectividad.
  • Ley: Son las normas legalmente sancionadas que codifican la vida de la polis.

Todos los sofistas comparten ciertas tesis:

  • Afirman el carácter no natural del nomos, entendido como conjunto de normas establecidas por la costumbre o la ley. Las costumbres y las leyes son valores culturales, creaciones humanas.
  • Sostienen que el nomos tiene un fundamento exclusivamente en un acuerdo basado en el interés.

A pesar de estas coincidencias, existen diferencias significativas entre los sofistas:

  • Mientras que algunos ven el nomos como un logro y un progreso, otros lo consideran un freno y una traba intolerables.
  • Discrepan sobre quiénes se benefician del nomos.

La pregunta central es: ¿En interés de quién se imponen las leyes, sus trabas y restricciones?

Protágoras y el Origen de la Cultura

El discurso de Protágoras se basa en una reinterpretación del mito de Prometeo, ofreciendo una explicación sobre el origen de la cultura. A diferencia de los animales, el hombre es débil e indefenso por naturaleza. Prometeo proporciona a los hombres el fuego y el saber técnico, pero estos son incapaces de convivir y colaborar debido a la falta de saber político, lo que pone en riesgo su supervivencia.

Zeus interviene, enviando a Hermes para dotar a los hombres de justicia y sentimiento moral, elementos esenciales para el respeto mutuo y la colaboración. Así, la cultura (nomos) se vuelve necesaria para la convivencia. Protágoras considera el nomos como un freno necesario frente a las actitudes naturales de salvajismo y arbitrariedad, beneficioso para todos.

Trasímaco, Glaucón y la Crítica al Nomos

Trasímaco discrepa de Protágoras, argumentando que el nomos es el interés de los más fuertes. Desde una perspectiva realista, Trasímaco desenmascara la ley como una herramienta de los poderosos, quienes la establecen para favorecer sus propios intereses. La ley es, en su opinión, una excusa o coartada de los fuertes.

Glaucón, por su parte, plantea que, en ausencia de control, las desventajas de la injusticia superarían a las ventajas. Si alguien que se comporta justamente tuviera la oportunidad de actuar impunemente, actuaría de manera injusta. Lo que impulsa a la gente a cumplir la ley es el temor a la sanción.

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