El sí de las niñas de Moratín: Contexto, Temas y Estética Neoclásica

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Obra de teatro estrenada en 1806, es decir, a comienzos del siglo XIX, aunque su contexto histórico-literario hay que situarlo en el siglo XVIII, fruto del movimiento ilustrado.

Función Didáctica y Crítica Social

Tiene, eminentemente, una función didáctica; a través de los textos los autores, y Moratín es uno de los más importantes, pretenden modificar determinados aspectos sociales, por un lado, y estéticos, por otro. Los escritores ilustrados mostraban en sus obras los usos y costumbres de la sociedad española que no iban acorde con los nuevos tiempos.

En el caso concreto de El sí de las niñas, el tema central son los matrimonios y la pragmática del rey Carlos III en la que recomendaba que todas las uniones debían realizarse con el permiso paterno, lo que había provocado una oleada de matrimonios en los que la diferencia de edad entre el hombre y la mujer era excesiva. Moratín demuestra que ese no es el camino adecuado que debe seguir una sociedad moderna porque, entre otras cosas, obliga a los jóvenes a acatar órdenes contrarias a sus sentimientos.

Además, pone de manifiesto que existen tipos sociales estancos (como es el caso de Doña Irene) que solo se mueven por intereses económicos, frente a otros que son el vivo retrato de la modernidad, como es el caso de Don Diego, personaje ilustrado donde los haya. Junto a estos usos concretos, Moratín deja claro que la educación es el pilar fundamental para una sociedad nueva e ilustrada y que no se puede seguir educando a las mujeres en un papel de sumisión y debilidad que determina su actitud pasiva e ignorante.

Modelo Estético Neoclásico

Junto a esto, el modelo estético neoclásico es el que se impone en la obra. Moratín ya había establecido sus cánones artísticos en La comedia nueva o el café, intentando establecer las normas del nuevo teatro: la regla de las tres unidades.

Todo este nuevo movimiento surge como rechazo hacia un teatro posbarroco que, sin embargo, seguía triunfando desde el punto de vista del público. Las nuevas obras deben tener claro su tiempo (no más allá de 24h), su espacio (un solo lugar: la posada) y su acción (una sola trama: el matrimonio, en este caso).

Los personajes deben mantener decoro, no solo en sus actitudes, sino también en su propio lenguaje; es decir, todo debe ajustarse a la realidad y si son personajes nobles hablan como tal, los criados nunca van a plantear cuestiones filosóficas ni van a determinar el comportamiento de sus amos. Todo tiene que ocupar su lugar en el teatro neoclásico porque es uno de los medios más directos para mostrar los modelos que deben dirigir el comportamiento del pueblo.

Conclusión

En definitiva, El sí de las niñas fue una obra de teatro bien acogida por el público, sin embargo, no debemos olvidar que su representación fue al inicio del siglo XIX, es decir, que solo entonces las propuestas del nuevo teatro fueron aceptadas y, solo entonces, se olvidó el teatro barroco, un objetivo perseguido por los ilustrados.

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