El Sí de las Niñas: Didactismo, Neoclasicismo y Crítica Social en Moratín

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Por Leticia Julián

Contexto Histórico y Social de El sí de las niñas

La obra El sí de las niñas se estrena en 1802, en la última etapa de la Ilustración, durante el reinado de Carlos IV. Es fundamental comprender que, durante el reinado de Carlos III, se llevaron a cabo numerosas reformas, entre ellas la promulgación de la Pragmática Sanción. Esta reforma otorgaba a los padres el permiso para elegir y obligar a sus hijos a casarse con quienes ellos quisieran, limitando drásticamente la libertad individual.

Propósito Didáctico de Moratín

Leandro Fernández de Moratín escribe El sí de las niñas con un claro propósito didáctico. Su objetivo era que la sociedad comprendiera la importancia de no privar a los jóvenes del derecho fundamental a decidir con quién casarse. Ya desde el propio título, Moratín refleja la profunda falta de libertad que padecían las mujeres de la época, a las que, de forma simbólica y crítica, define como "niñas", subrayando su minoría de edad legal y social.

Características Neoclásicas de la Obra

Moratín hace un uso magistral de las estructuras teatrales características de la Ilustración, adhiriéndose estrictamente a los preceptos del Neoclasicismo. Un ejemplo claro es el empleo de la regla de las tres unidades:

  • Unidad de Tiempo

    La acción dramática comienza a las 7 de la tarde y concluye a las 5 de la mañana, abarcando un periodo de un solo día, lo que cumple rigurosamente con la unidad temporal.

  • Unidad de Espacio

    El espacio es siempre el mismo: el patio de una posada en Alcalá de Henares que da acceso a las habitaciones. Son los personajes quienes entran y salen de escena, manteniendo la unidad espacial.

  • Unidad de Acción

    Toda la obra transcurre en torno a una única acción principal: el problema del casamiento de Doña Francisca. Aunque la trama presenta numerosas referencias y subdivisiones sobre el pasado de los personajes, todas se resumen y convergen en el conflicto central, garantizando la unidad de acción.

El Género: Comedia Neoclásica

Siguiendo la concepción aristotélica y los cánones neoclásicos, la obra se clasifica como una comedia, dado su final feliz y la ausencia de elementos trágicos que pudieran perturbar la moralidad o el didactismo.

El Decoro y el Lenguaje

En cuanto al decoro, cada personaje se expresa de acuerdo con su clase social y su nivel cultural, utilizando un lenguaje correcto y de fácil comprensión, desprovisto de grandes artificios retóricos o vulgarismos, lo que facilita la transmisión del mensaje didáctico.

Personajes: Espejo de una Época

Los personajes de El sí de las niñas están claramente establecidos y cumplen roles definidos, representando diferentes posturas ideológicas de la época:

Don Diego: La Razón Ilustrada

Don Diego es el arquetipo del hombre ilustrado. A través de sus diálogos y acciones, enseña al espectador cómo se construye una sociedad basada en la razón y la sensatez, cualidades que no pierde en ningún momento, incluso al descubrir la relación de su sobrino con doña Francisca. Todo el didactismo de la obra es introducido por este personaje, quien siempre deja claro que la equivocación es suya, como se evidencia en frases como: «menos mal que yo me he dado cuenta».

Doña Irene: El Antiguo Régimen

Por el contrario, Doña Irene es la representante del Antiguo Régimen, con ideas ya agotadas y obsoletas, aferrada a las costumbres y prejuicios. En cierto modo, Moratín se burla de estas ideas, presentando además una crítica sutil al anticlericalismo de la época a través de su personaje.

Don Carlos y Doña Francisca: El Futuro y la Transición

El personaje de Don Carlos representa el futuro, encarnando los valores de la Ilustración y mostrando una educación basada en el respeto y la libertad individual. Doña Francisca, sin embargo, posee las características que podrían llevarla a ser como su madre, pero la intervención de Don Diego la "salva", permitiéndole convertirse en un modelo a seguir de la mujer ilustrada, capaz de tomar sus propias decisiones.

Elementos Prerrománticos Emergentes

A pesar de ser una obra eminentemente ilustrada, en El sí de las niñas comienzan a apreciarse elementos prerrománticos que anuncian la sensibilidad de una nueva época. Ejemplos de esto son:

  • La escena íntima en la que Doña Francisca y Don Carlos se toman de la mano y él le pregunta si le quiere, mostrando una expresión de afecto y vulnerabilidad.
  • El enfado de Don Carlos cuando Doña Irene expresa su deseo de morir, revelando una pasión y una reacción emocional intensa.
  • La frase de Don Carlos sobre irse a la guerra, dejada en puntos suspensivos, que introduce un elemento de incertidumbre y dramatismo personal.

Estos momentos rompen con la estricta racionalidad ilustrada y dan paso a la expresión de los sentimientos y las emociones individuales, prefigurando el Romanticismo.

Estilo y Simbolismo: La Metáfora de la Luz

El estilo de la obra es sencillo y claro, acorde con los principios neoclásicos de la verosimilitud y la utilidad. Destaca especialmente la metáfora de la luz, un recurso simbólico recurrente. La acción se desarrolla casi íntegramente durante la noche, lo que simboliza la vida opaca y oscura del Antiguo Régimen, caracterizada por la ignorancia y la opresión. Sin embargo, la llegada del día al final de la obra trae consigo la razón, el conocimiento y la verdad, anunciando así el advenimiento del Siglo de las Luces y la victoria de la Ilustración sobre la oscuridad.

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