Nietzsche y la Voluntad de Poder: Explorando la Vida Ascendente y Descendente

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Vida Ascendente y Vida Descendente: Una Perspectiva Nietzscheana

La convicción que le permite a N. criticar y proponer una alternativa a la cultura occidental, desarrollada en la gran mentira del mundo metafísico, se centra en la interrelación entre las nociones cruciales de voluntad de poder y vida, que a continuación aclararemos.

La Voluntad de Poder

La voluntad de poder es la energía vital que nos lleva a actuar con el fin de autoafirmarnos. Es el entusiasmo o la pasión que nos empuja a actuar de una u otra manera. Expresa todo aquello en lo que nos hemos convertido y desde donde nos alcanzaremos a la creación de nuestros valores.

La Vida

La vida es energía, potencia, fuerza. La voluntad de poder tiene como objetivo potenciar la vida, elevarla.

Diferenciación entre Vida Ascendente y Vida Descendente

Existen para N. dos formas diferentes de afrontar la vida, relacionadas con la fuerza o la debilidad de la voluntad de poder que se posee:

  • A una voluntad de poder fuerte le corresponde una vida ascendente, relacionada con la salud y que ve el placer como victoria.
  • Por contraposición, una voluntad de poder débil se corresponde con una vida descendente, en la que predomina la enfermedad y se ve el placer como un reposo.

Criterios de Distinción

Podemos diferenciar una voluntad de poder fuerte o débil, es decir, una vida ascendente o descendente, por los siguientes criterios:

  1. Por su afán de superación

    Por su capacidad de ganar a las fuerzas que se le resisten. La vida descendente es aquella que actúa a la defensiva, que niega todo deseo y rebaja el sentimiento vital al mínimo; esta voluntad de poder se vuelve contra sí misma, más que autoafirmarse se niega y más que vivir sobrevive. Por otra parte, la vida ascendente se enfrenta a la vida y potencia los deseos y la pasión.

  2. Por su relación con el dolor

    Por cómo lo asimilan o cómo se enfrentan a él, dependiendo de la fisiología que se tenga. En la vida descendente se teme el dolor y se toma como insatisfacción, depresión, tristeza; se alivia el dolor negando la vida, no disfrutando a cambio de no sufrir. Sin embargo, en la vida ascendente el dolor es necesario como reconstituyente y como motivación o estimulante.

  3. Por su trato de los instintos

    Los instintos son fuerzas de energía muy potentes capaces de destruir al ser humano o potenciarlo. La opción de la vida descendente ante los instintos es reprimirlos o eliminarlos. En la vida ascendente se asume el riesgo, el peligro, se reconduce la fuerza que provocan con el fin de autoafirmarse.

Conclusión

La voluntad de poder marca la altura de vida y sus posibilidades de actuación. Todos los demás valores creados por la razón son solo un reflejo de estos valores fisiológicos de la fuerza vital. Es la energía vital la que permite diferenciar y establecer jerarquías entre los seres humanos.

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