Nietzsche: La Muerte de Dios y el Surgimiento del Superhombre

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La Muerte de Dios y la Liberación del Espíritu Libre

En este texto, Nietzsche nos expone la idea de que el “viejo Dios ha muerto" y cómo los filósofos y “espíritus libres" reaccionan ante esa situación. Él dice que nos sentimos “como iluminados por una nueva aurora", refiriéndose a que la muerte de Dios hace que “se nos aparezca el horizonte otra vez libre”, que “de nuevo está permitida toda aventura arriesgada” y que “quizás nunca hubo un mar tan abierto". Esta noticia no es vista como una tragedia, sino como una oportunidad “de gratitud, de admiración, de presentimiento y de esperanza.”

En este caso, la muerte de Dios supone la muerte del ideal supremo, ya que Dios era la garantía de validez de los ámbitos religiosos, filosóficos… de la cultura europea. Pues, la muerte de este ideal es la superación de la creencia en un orden divino que impone el sentido de la existencia y las normas morales.

Principales Rasgos de la Idea de la Muerte de Dios

  • Dios no crea al hombre, sino el hombre a Dios.
  • La creencia en Dios sirve para dar un consuelo a los hombres de la miseria y sufrimiento existente en este mundo.
  • “Muerte de Dios”: Nietzsche considera que estamos en un tiempo histórico clave, pues en él observamos la necesidad de su final.
  • “Concepto de Dios”: Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto, quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vivido. Desde este momento, los “espíritus libres” pueden ser libres frente a ese orden divino.

Lo Apolíneo y lo Dionisíaco en la Cultura Griega

En sus inicios, la cultura griega abraza y confirma la existencia en su totalidad, fusionando lo "apolíneo" (racional) y lo dionisíaco (irracional) de la realidad. Estos dos conceptos representan aspectos fundamentales. La tragedia griega se considera el punto culminante de la expresión artística, donde Apolo y Dionisio simbolizan dos elementos presentes en toda obra de arte.

Apolo, el dios de la belleza, la armonía y la proporción, encarna la perfección estética, las formas ideales y el mundo de los sueños. Dionisio, por otro lado, es el dios del vino y la intoxicación, de la celebración y la música, del caos y la exuberancia descontrolada. Lo apolíneo y lo dionisíaco no solo representan distintos impulsos artísticos, sino también estados vitales y modos de creatividad. Son dos facetas de la vida humana: lo racional y lo irracional.

La grandeza de la tragedia griega radica en el equilibrio logrado entre lo apolíneo y lo dionisíaco. La cultura griega sintetiza estos dos impulsos creativos, aceptando y afirmando la vida en su totalidad, con todos sus aspectos, ya sean racionales o irracionales. Los filósofos presocráticos ejemplifican esta afirmación de la vida tal como se presenta en la naturaleza.

La Muerte de Dios y sus Implicaciones

La muerte de Dios representa la caída del ideal supremo que antes garantizaba la validez de los aspectos religiosos, filosóficos y culturales en Europa. Este evento marca la superación de la creencia en un orden divino que otorgaba sentido a la existencia y establecía normas morales.

Aspectos Principales de la Muerte de Dios

  • La concepción de que no es Dios quien crea al hombre, sino más bien el hombre quien crea a Dios.
  • La creencia en Dios se utiliza para ofrecer consuelo a los seres humanos frente a la miseria y el sufrimiento que existen en este mundo.
  • La "muerte de Dios" según Nietzsche es un momento histórico crucial, que señala la necesidad de su desaparición.
  • El "Concepto de Dios" de Nietzsche implica que, al declarar la muerte de Dios, se señala que los seres humanos viven desorientados, ya que el horizonte último en el que solían basarse ya no es válido. A partir de este punto, los "espíritus libres" tienen la oportunidad de ser libres de este orden divino.

El Superhombre: Una Nueva Forma Humana

El superhombre emerge como la nueva forma humana tras la "muerte de Dios", según la visión de Nietzsche. Este individuo encarna los valores vitales y se caracteriza por:

  • Rechazar la moral de esclavos.
  • Despreciar la conformidad gregaria.
  • Generar nuevos valores.
  • Abrazar la finitud de la existencia.
  • Buscar el riesgo y la aventura.
  • Ir en contra del igualitarismo y amar la intensidad de la vida.

En resumen, el superhombre representa la afirmación vigorosa de la vida y es el creador y dueño de su propio destino, siendo un espíritu libre.

Nietzsche sostiene que el superhombre debe realizar una transmutación de los valores: superar la moral occidental, moral de renuncia y resentimiento hacia la vida, mediante unos valores que la afirmen. El superhombre vive de acuerdo con dos aspectos fundamentales:

  • Por un lado, la "voluntad de poder", que para Nietzsche representa la vida misma, la voluntad de crecer, expandirse y afirmarse. Aunque no hay una definición clara, se entiende como una amalgama de deseos, instintos, pasiones e impulsos que impulsan al individuo a imponerse sobre su entorno para realizar su voluntad. Además, se destaca su carácter irracional, donde la razón no domina, sino que sirve a instancias más básicas como los instintos y las emociones.
  • Por otro lado, el superhombre vive conforme al concepto del "eterno retorno", una visión cíclica del tiempo que sugiere que todos los acontecimientos se repetirán infinitamente en el universo.

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