Nietzsche: Desafío a la Metafísica, Origen del "Ser" y Afirmación de la Vida

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Este texto se extrae de la obra fundamental de Friedrich Nietzsche, El Crepúsculo de los Ídolos, donde el autor despliega una profunda crítica a la metafísica tradicional y al rol de los filósofos. A través de una metodología crítica incisiva, Nietzsche desvela los cimientos de nuestra comprensión de la realidad y propone una perspectiva radicalmente distinta, vinculando todo proceso cognoscitivo con la vida misma y la voluntad de poder.

El Origen Gramatical de la Permanencia y el "Ser"

En esta sección, Nietzsche ofrece una explicación reveladora sobre el origen de la tendencia humana a considerar lo permanente —en contraposición a lo cambiante— como lo más real. Este origen, según el filósofo, no es otro que la estructura gramatical de sujeto-predicado, común a la mayoría de los lenguajes indoeuropeos. A partir de esta estructura lingüística, emergen conceptos fundamentales como el "yo", la "voluntad de un agente", y de estos, finalmente, se deriva el concepto de "ser".

Nietzsche asume una postura diametralmente opuesta al idealismo. Mientras que el idealismo postulaba que el cambio era un signo de falta de realidad, Nietzsche invierte esta premisa: aquello que implica permanencia es, en realidad, un error introducido por la razón. El autor enumera una serie de conceptos que encarnan esta permanencia, tales como:

  • Unidad
  • Identidad
  • Duración
  • Sustancia
  • Causa
  • Coseidad
  • Ser

Estos conceptos son introducidos en nuestra percepción cada vez que empleamos el lenguaje para referirnos a la realidad. Esto implica que tales nociones no son meras abstracciones, sino que constituyen nuestra actitud cotidiana y nuestra forma fundamental de concebir lo real. A diferencia de Platón, quien en el Mito de la Caverna sugiere que los datos de los sentidos nos engañan, Nietzsche argumenta que son precisamente estos conceptos racionales —y no los sentidos— los que hemos aprendido a identificar erróneamente con la verdadera realidad.

Para ilustrar esta paradoja, Nietzsche establece una analogía con la percepción visual de las estrellas: aunque la astronomía nos ha enseñado que la Tierra gira alrededor del Sol, y no a la inversa, nuestra experiencia visual directa nos sigue dando la impresión, diga lo que diga la astronomía, de que es el Sol el que se mueve a nuestro alrededor. De manera similar, aunque la razón nos imponga conceptos de permanencia, la realidad en sí es un flujo constante.

La Voluntad de Poder y el "Mundo Verdadero"

En una síntesis concisa de su metodología crítica, Nietzsche expone su "punto de vista" central: la ineludible vinculación de todo momento cognoscitivo con la vida (entendida como voluntad de poder) a la que sirve. Desde esta perspectiva, que afirma la vida que somos en cada instante como la única realidad accesible y demostrable, la noción metafísica de un "mundo verdadero" se revela como:

  • Una ficción construida a partir de ideales morales que contradicen la vida que somos.
  • Un juicio despreciativo con el que nos vengamos de una realidad inherentemente problemática.
  • Un síntoma de vida decadente, de una existencia que pronuncia un rotundo "no" a la vida misma.

Frente a esta operación metafísica que niega la vida, Nietzsche propone la perspectiva del artista trágico como el modelo y proyecto de aquel que dice un rotundo "sí" a la vida en toda su complejidad y contradicción, abrazando la existencia sin recurrir a ficciones trascendentes.

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