Nietzsche: Deconstrucción de Valores, Nihilismo y la Creación del Superhombre
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Justificación: La Doble Crítica en la Filosofía de Nietzsche
En la filosofía de Nietzsche, emerge una doble crítica: destructiva y alternativa. Esta dualidad se manifiesta claramente en su concepto de la «filosofía del martillo», que busca la «transvaloración de todos los valores».
La Vertiente Destructiva: Crítica a los Valores Tradicionales
La faceta destructiva de la filosofía de Nietzsche consiste en una crítica antimetafísica de los valores tradicionales. La metafísica tradicional se caracteriza por un dualismo ontológico, al distinguir entre un «mundo verdadero» (captado por la razón) y un «mundo aparente» (captado por los sentidos).
Según esta concepción, el ser es algo fijo e inmutable, que no se deja ver auténticamente por los sentidos. Sin embargo, para Nietzsche, la realidad es el constante devenir del ser, creando y destruyendo el mundo. Por ello, una realidad construida en torno a conceptos mentales es indemostrable. Para Nietzsche, la verdad no reside en un conjunto de abstracciones y generalizaciones sin contenido concreto, sino en el constante devenir y el cambio que acontecen en cada experiencia individual. Por esta razón, nuestro filósofo considera más correcto el empleo de metáforas, a diferencia del concepto.
Crítica a los Conceptos Supremos y a Dios
Además de esta crítica general, Nietzsche arremete contra los conceptos supremos, como el de Dios. Tradicionalmente, la existencia de Dios se ha justificado bajo la premisa de que algo superior no puede provenir de algo inferior. No obstante, esto no constituye una demostración para el filósofo alemán, pues considera que Dios fue un concepto creado por el ser humano, al cual idolatramos, del cual acabamos dependiendo y por el cual actuamos en contra de nuestros instintos vitales.
Debemos considerar la vida como el centro desde el cual juzgar qué es realmente bueno y malo, y no dejarnos llevar por normas que se oponen a la vida y a los instintos vitales, como las proporcionadas por el Platonicismo y la Metafísica Cristiana. Para Nietzsche, «Bueno» será todo lo que favorezca a la vida, la ame y la quiera; y «Malo» será todo aquello que la odie y rechace.
La Muerte de Dios y el Nihilismo
Desde la perspectiva nietzscheana, la existencia de Dios había entrado en crisis. La «muerte de Dios» no significa que ya no se crea en Dios, sino que todo lo que se había sustentado en Él se estaba desmoronando. Cuando Dios, como síntesis fundamental del fundamento supersensible de todo lo real, perdió toda su fuerza obligatoria, nos quedamos sin sentido que darle a la vida. Esto surge como consecuencia del nihilismo.
El nihilismo expresa la decepción que sienten aquellos que aceptaron este mundo de verdades objetivas, de verdad cristiana, y ven ahora cómo todo se derrumba. El nihilista se dedica a criticar cualquier verdad, bajo la idea de que si no existen verdades o morales absolutas, nada tiene ya sentido.
La Vertiente Alternativa: La Creación de Nuevos Valores y el Superhombre
Una vez eliminados los falsos valores, cabe otra posibilidad para el nihilismo: la de crear nuevos valores desde unos instintos que amen la vida. De esto se encarga el Übermensch (Superhombre). Con esto, comienza la vertiente positiva del filósofo alemán.