Nietzsche: Crítica Radical a Occidente y Afirmación del Vitalismo

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 4,77 KB

Crítica de Nietzsche a la Civilización Occidental y el Vitalismo

Nietzsche sostenía que la moral, la religión, la filosofía y la ciencia occidentales perjudicaban al ser humano. Sostenía que la humanidad, durante dos mil años, había tomado un camino erróneo, principalmente debido a la influencia del cristianismo. En resumen, Nietzsche dirigió una crítica radical a toda la civilización occidental.

Crítica a la Ciencia

En el ámbito de la ciencia, Nietzsche argumentaba que la naturaleza es fundamentalmente cambio y movimiento. Por ello, criticaba el mecanicismo y el enfoque exclusivo en leyes cuantitativas. Según él, la ciencia racionalista era incapaz de aprehender las diferencias, lo cualitativo y lo inherentemente cambiante; sus conceptos abstractos no podían explicar la vida en su plenitud. Para Nietzsche, el conocimiento era imprescindible, pero entendía que la ciencia no debía basarse en ideas eternas y conceptos inmutables, sino reconocerse como experiencia y proceso en constante cambio.

Crítica a la Filosofía

Nietzsche dividió la historia de la filosofía occidental en dos grandes etapas:

  • La etapa trágica: Correspondiente a los presocráticos, donde la naturaleza (physis) era entendida como una totalidad dinámica. Destaca la figura de Heráclito, quien afirmaba que la naturaleza es cambio y devenir constante.
  • La etapa racional: Iniciada con Sócrates, marcó un giro hacia la primacía de la razón, rechazando lo irracional y la validez de los sentidos.

Dentro de esta etapa racional, criticó especialmente a Platón, quien, insatisfecho con el mundo físico, postuló la existencia de un mundo inteligible y superior (el "más allá"). La metafísica tradicional, según Nietzsche, negaba el valor del mundo físico, mientras que él defendía que este mundo sensible debía ser el punto de partida de toda filosofía auténtica.

Crítica a la Religión

Según Nietzsche, la idea de trascendencia creada por la religión, especialmente el cristianismo, era la principal culpable de la sumisión del ser humano, convirtiéndose en una pesada carga.

Argumentaba que el "mundo divino" era una invención humana y, por lo tanto, las fuerzas y atributos proyectados en Dios pertenecían en realidad al propio ser humano.

El objetivo de Nietzsche era liberar al ser humano de esta sumisión religiosa y devolverle la responsabilidad sobre su propia existencia y valores.

Crítica a la Moral Tradicional

Nietzsche se opuso frontalmente a la moral predominante en Occidente, identificándola como una moral tradicional y cristiana.

Consideraba que esta era una moral de esclavos, cuyos valores (como la bondad entendida como sumisión, la resignación y la exaltación de la debilidad) iban en contra de los impulsos vitales y afirmadores de la vida.

El Vitalismo de Nietzsche

Frente a esta decadencia occidental, Nietzsche propone el Vitalismo. Sostiene que la vida es la realidad fundamental y que nuestra dimensión más esencial está constituida por los instintos, las pasiones y los afectos.

Para él, la capacidad creadora (a menudo ligada a la imaginación) es más fundamental que la razón abstracta, ya que la metafísica y el racionalismo habían construido sistemas de pensamiento que ocultaban u oprimían la realidad vital.

Consideraba que una manifestación fundamental de la vida era la actividad estética, ejemplificada en la tragedia griega, que integraba las polaridades de nacimiento-muerte y creación-destrucción. La vida, en su complejidad, desborda la capacidad de ser capturada completamente por conceptos racionales.

Nietzsche critica el racionalismo por su sobrevaloración de la inteligencia lógica y su tendencia a petrificar la vida, explicándola como algo estático y predecible, despojado de su dinamismo esencial.

Con el Vitalismo, Nietzsche busca aprehender la vida en su totalidad dinámica. Entiende al individuo como un fragmento de esa totalidad, cuya existencia es inseparable del flujo vital en continuo cambio.

Por todo ello, el vitalismo nietzscheano, que exalta la afirmación de la vida y la libertad creadora, se opone radicalmente al racionalismo, visto como una fuerza que promueve la subordinación y la negación vital.

Propone que la filosofía debe trascender la mera conceptualización abstracta e intentar aprehender la realidad a través de intuiciones más cercanas a las del arte.

Entradas relacionadas: