Neurotransmisores Esenciales: Funciones, Desequilibrios y su Impacto en la Salud Mental
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Descubriendo los Neurotransmisores Clave: Mensajeros Químicos del Cerebro
Los neurotransmisores son sustancias químicas que actúan como mensajeros en el cerebro, transmitiendo señales entre las neuronas. Su equilibrio es fundamental para el correcto funcionamiento del Sistema Nervioso Central y para nuestra salud física y mental. A continuación, exploramos algunos de los neurotransmisores más importantes y su impacto.
Glutamato
El glutamato es el neurotransmisor excitatorio por excelencia de la corteza cerebral humana. Todas las neuronas contienen glutamato, pero solo unas pocas lo utilizan como neurotransmisor, debido a que es potencialmente excitotóxico. Por esta razón, existe una compleja maquinaria para que los niveles de esta sustancia estén siempre regulados.
Desempeña un papel central en la síntesis de diversos neurotransmisores aminoácidos, cuya formación requiere la presencia previa de este ácido.
Niveles elevados de este neurotransmisor se encuentran asociados con estados de mayor activación, tales como: manías, trastornos de ansiedad, ataques convulsivos, epilepsia y trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad.
Ácido Gamma-Aminobutírico (GABA)
El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es el neurotransmisor inhibitorio por excelencia de la corteza cerebral humana. Se encuentra en grandes concentraciones en el tálamo y el hipocampo.
Las alteraciones en los circuitos GABA están asociadas con enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, la demencia senil, la esquizofrenia, la enfermedad de Huntington y trastornos depresivos.
Dopamina
La dopamina es un neurotransmisor que cumple funciones vitales en el Sistema Nervioso Central (SNC). Es producida en muchas partes del Sistema Nervioso (SN), especialmente en la sustancia negra, y también es liberada por el hipotálamo. Contiene cinco receptores celulares principales: D1 (relacionado con el efecto activador), D2 (relacionado con un efecto inhibidor), D3, D4 y D5.
La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación, la recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, el humor, la atención, el aprendizaje y las adicciones.
Niveles bajos de dopamina se asocian a enfermedades como el Parkinson, trastornos por déficit de atención y desmotivación. Niveles altos de dopamina se asocian a enfermedades como la esquizofrenia, problemas de concentración, síntomas psicóticos (como ideas delirantes y alucinaciones) y al uso de sustancias psicoactivas estimulantes.
Noradrenalina
La noradrenalina es una catecolamina con múltiples funciones fisiológicas y homeostáticas que puede actuar como hormona y como neurotransmisor. Como neurotransmisor, es liberada de las neuronas simpáticas, afectando al corazón.
Un incremento en los niveles de noradrenalina en el Sistema Nervioso Simpático (SNS) incrementa el ritmo de las contracciones cardíacas. Como hormona del estrés, la noradrenalina afecta partes del cerebro tales como la amígdala cerebral, donde la atención y las respuestas son controladas. Junto con la adrenalina, la noradrenalina también influye en la reacción de lucha o huida, incrementando directamente la frecuencia cardíaca, desencadenando la liberación de glucosa de las reservas de energía e incrementando el flujo sanguíneo hacia los músculos y el cerebro.
Niveles elevados de noradrenalina favorecen la atención, el aprendizaje, la socialización, la sensibilidad frente a las señales emocionales y el deseo sexual. Cuando la liberación de noradrenalina disminuye, se produce desmotivación, depresión y pérdida del libido.
Adrenalina
La adrenalina es una hormona y también un neurotransmisor que incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata las pupilas y las vías respiratorias, y participa en la reacción de lucha o huida del sistema nervioso simpático.
Niveles elevados de esta sustancia producen reacciones adversas como palpitaciones, taquicardias, arritmias cardíacas, ansiedad, cefaleas, temblores, hipertensión y edema pulmonar agudo. Un aumento de adrenalina en la sangre también induce fatiga, falta de atención e insomnio.
Serotonina
La serotonina desempeña un papel importante en el Sistema Nervioso Central (SNC), interviniendo en la regulación de la ira, la agresión, la temperatura corporal, el humor, el sueño, el vómito, la sexualidad y el apetito. La serotonina interviene en la acción de otros neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, y está relacionada con la angustia, la ansiedad, el miedo, la agresividad, así como con problemas alimenticios.
La serotonina también interviene en los parámetros de densidad ósea. Las personas que toman antidepresivos del tipo inhibidores de la recaptación de serotonina pueden generar osteoporosis (reducción de la densidad ósea).
Niveles bajos de serotonina están asociados a mayor sensibilidad al dolor, así como a estados agresivos, depresión, ansiedad, migrañas y problemas para dormir.