Neoclasicismo Francés: Arte, Historia y Propaganda en la Revolución
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El Neoclasicismo Francés: Arte, Historia y Propaganda
Para ello utiliza fábulas o narraciones del pasado republicano romano y hace paralelismos con su época contemporánea, destacando valores como la entrega sin reservas a la patria (como en el *Juramento de los Horacios*) o el sacrificio por la comunidad (como en *Los líctores llevan a Bruto el cadáver de sus hijos*), haciendo una separación plena entre lo viril (asociado al valor, al deber, a la fortaleza) y lo femenino (fragilidad, inconstancia, etc.).
Historia Gráfica del Neoclasicismo
Destacan también cuadros propagandísticos o alusivos a los héroes de la Revolución, como *La muerte de Marat* o *El Juramento del Juego de la Pelota*. El “Juramento del Juego de la Pelota” fue un compromiso de unión presentado el 20 de junio de 1789 entre los 577 diputados del tercer estado para no separarse hasta dotar a Francia de una Constitución, haciendo frente a las presiones del rey Luis XVI. Cuando la guardia impidió que los diputados del "tercer estado" se reunieran, decidieron hacerlo en la sala del *jeu de paume* de Versalles. Este acto determinante de afirmación política del pueblo fue considerado como el nacimiento de la Revolución francesa. Para celebrar el acontecimiento, los parlamentarios jacobinos (Sociedad de los Amigos de la Constitución) encargaron un año después a Jacques-Louis David plasmar el juramento. Pero un gran número de diputados del Congreso constituyente fue identificado después con las facciones enemigas del Gobierno, por lo que David abandonó la obra. Sin embargo, uno de sus discípulos la acabó a partir del esbozo realizado por su maestro. Para simbolizar el sentimiento de unanimidad, hace converger hacia Bailly la mirada y los brazos de todos los diputados presentes, el cual levanta un brazo para silenciarlos y leer la declaración.
Centrados y en primer plano se representan tres clérigos abrazados, uno de ellos cartujano y otro protestante representando la tolerancia. Robespierre, en primer plano a la derecha, de pie y con las manos sobre el pecho. La parálisis del único opositor al juramento, el diputado Martin-Dauch, sentado a la derecha del todo, se contrae ante el entusiasmo general.
Tras la caída de Robespierre (su amigo personal) sufrió presidio, del que fue liberado por el ya Emperador, Napoleón, para el que hizo algunos cuadros propagandísticos, como la *Coronación de Napoleón* o *Napoleón atravesando los Alpes*.
El Declive de David y el Ascenso de Ingres
Sin embargo, el gusto del emperador Bonaparte entroncaba ya con el Romanticismo, por lo que su estrella fue decayendo poco a poco en favor de otros pintores. Entre sus obras también encontramos bellos retratos, de extraordinaria factura, como el retrato a la griega de *Madame Recamier*. Aunque David fue el pintor paradigmático del Neoclasicismo francés, no debemos olvidar que gracias (o a pesar) a la Academia francesa se forjó una gran generación de pintores plenamente clásicos, academicistas, entre los que brilla con luz propia Ingres.
La Transición al Romanticismo
Aunque muchos pintores de técnica perfecta siguieron la estela de Ingres, pronto se dejaron llevar por las nuevas modas y los nuevos sentimientos, y en apenas una generación desembocaría en el Romanticismo, que abandonaría casi todos los presupuestos clásicos. Sin embargo, aún se pueden considerar como neoclásicos, aunque con matices, a Girodet Trioson o a Gérard, cuya afectación, cercana al manierismo, no fue bien acogida en la propia Academia.
Jean Auguste Dominique Ingres: La Perfección Clásica
JEAN AUGUSTE DOMINIQUE INGRES se opuso a todas las innovaciones, que consideraba como una desviación. La pintura de Ingres es perfecta en todos los sentidos, tanto desde el punto de vista del dibujo como por el tratamiento de la luz, tamizada y suave, la pincelada relamida, el gran dominio del claroscuro o los temas, dentro de la ortodoxia de la Academia. Sin embargo, también se concedió algunas licencias, como en su famosa *Gran Odalisca*. Ingres es, además, el maestro indiscutible del desnudo clásico, con obras fundamentales como la *Bañista de Valpinçon* o *La fuente*, cuyas composiciones usó en multitud de óleos, como en *El baño turco*.